If there is something that characterizes the average caraqueño, it is his love for El Avila. I don't think there is anyone who doesn't feel the need to take a picture of it every time they see it towering over the city. And I don't blame them. Although I was not born in Caracas, in my heart I am from here, and it is impossible for me to look at that mountain without thinking that it is the most beautiful thing in this city.
The Waraira Repano, better known as Cerro El Avila, is part of the Waraira Repano National Park, declared as such in 1958 to protect its biodiversity. It is a natural lung in the middle of the city chaos, with multiple routes for those who enjoy nature and seek a respite from the noise of the city.
Climbing it is an incredible experience, either walking to exercise the body or by cable car to the iconic Hotel Humboldt, where you are greeted by delicious cold weather and spectacular panoramic views.
This year I made a resolution to connect more with nature, and of course, climbing El Avila was on my to-do list. So last Sunday I decided to give it a try with @pentaghast.
The adventure begins
We decided to go up Sabas Nieves, one of the most popular and relatively easy access routes. We left from the Altamira metro station and walked to the entrance of the trail. Some people prefer to take a bus up there, but we opted to go on foot to warm up our muscles.
I knew that Sabas Nieves was a famous and well-traveled route, but I was surprised to see so many people. I love that more people are encouraged to exercise and lead a more active life, although I suspect the high turnout is due to the time of year. The first quarter of the year is always full of good intentions, but not everyone manages to stay motivated as the months go by.
The trail is full of rock formations and inclines, but is quite accessible for beginners. In addition, there are several rest stations with benches and hydration points where you can refill your thermos with fresh water.
Climbing steadily (almost)
I feel proud that I made it up the climb without taking long breaks, just stopping for a few seconds to take pictures. Although halfway up I was already feeling heavy legs, I kept going (thanks in part to my boyfriend, who kept telling me that if I stopped it would be worse later 😂).
In total, it took us about 45 minutes to reach the top, so that's our record for now!
At the top the weather was perfect: cool, with a delightful breeze and surrounded by dense vegetation. In fact, it was so nice that it made me want to take a nap, and I was not the only one with that idea... I saw several people sleeping on the leaves. I didn't fall asleep, but I did take the opportunity to relax and read for a while.
The descent, a challenge apart
While the climb was challenging, I didn't like the downhill as much. The terrain was slippery in places and I was worried about falling and hurting myself. In fact, at one point I stepped wrong and felt some discomfort in my right ankle, but nothing serious.
In the end, between out and back, we made about 21,000 steps, approximately 13 kilometers. We arrived exhausted, but happy.
What did I learn?
I definitely need proper hiking shoes and, above all, to lose my fear when descending. There were stretches where I thought I couldn't, but in the end I made it. So I also need to trust myself more.
Climbing El Avila was an incredible experience, and I definitely want to repeat it many more times.
Do you like hiking? leave me your tips in the comments!
Cover made in Canva
Visual identity by @pentaghast
Si hay algo que caracteriza al caraqueño promedio, es su amor por El Ávila. Creo que no existe alguien que no sienta la necesidad de sacarle una foto cada vez que lo ve imponente sobre la ciudad. Y no los culpo. Aunque no nací en Caracas, en mi corazón soy de aquí, y es imposible para mí mirar esa montaña sin pensar que es lo más lindo de esta ciudad.
El Waraira Repano, mejor conocido como Cerro El Ávila, forma parte del Parque Nacional Waraira Repano, declarado así en 1958 para proteger su biodiversidad. Es un pulmón natural en medio del caos citadino, con múltiples rutas para quienes disfrutan de la naturaleza y buscan un respiro del ruido de la ciudad.
Subirlo es una experiencia increíble, ya sea caminando para ejercitar el cuerpo o en teleférico hasta el icónico Hotel Humboldt, donde te recibe un clima frío delicioso y vistas panorámicas espectaculares.
Este año me propuse conectar más con la naturaleza, y por supuesto, subir El Ávila estaba en mi lista de cosas por hacer. Así que el domingo pasado me animé a intentarlo junto a @pentaghast.
La aventura comienza
Decidimos subir por Sabas Nieves, una de las rutas más populares y de acceso relativamente fácil. Partimos desde la estación del metro Altamira y caminamos hasta la entrada del sendero. Algunas personas prefieren tomar un bus hasta allá, pero nosotros optamos por ir a pie para ir calentando los músculos.
Sabía que Sabas Nieves era una ruta famosa y bastante transitada, pero me sorprendió ver tantísima gente. Me encanta que más personas se animen a ejercitarse y llevar una vida más activa, aunque sospecho que la afluencia tan alta se debe a la época del año. El primer trimestre del año siempre está lleno de buenas intenciones, pero no todos logran mantener la motivación con el paso de los meses.
El sendero está lleno de formaciones rocosas e inclinaciones, pero es bastante accesible para principiantes. Además, hay varias estaciones de descanso con banquitos y puntos de hidratación donde puedes rellenar tu termo con agua fresca.
Subiendo sin parar (casi)
Me siento orgullosa de haber logrado la subida sin hacer pausas largas, solo parando unos segundos para tomar fotos. Aunque a mitad de camino ya sentía las piernas pesadas, seguí adelante (gracias en parte a mi novio, que no dejaba de decirme que si me detenía sería peor después 😂).
En total, tardamos unos 45 minutos en llegar a la cima, ¡así que por ahora ese es nuestro récord!
Arriba el clima era perfecto: fresco, con una brisa deliciosa y rodeados de vegetación densa. De hecho, era tan agradable que me daban ganas de tomar una siesta, y no fui la única con esa idea… Vi a varias personas dormidas sobre las hojas. Yo no me dormí, pero sí aproveché para relajarme y leer un rato.
La bajada, un reto aparte
Si bien la subida fue retadora, la bajada no me gustó tanto. El terreno estaba resbaloso en algunas partes y me preocupaba caerme y lastimarme. De hecho, en un punto pisé mal y sentí algo de incomodidad en el tobillo derecho, pero nada grave.
Al final, entre ida y vuelta, hicimos unos 21 mil pasos, aproximadamente 13 kilómetros. Llegamos agotados, pero felices.
¿Qué aprendí?
Definitivamente necesito unos zapatos adecuados para senderismo y, sobre todo, perder el miedo al bajar. Hubo tramos en los que pensé que no podría, pero al final lo logré. Así que también debo confiar más en mí misma.
Subir El Ávila fue una experiencia increíble, y sin duda quiero repetirla muchas veces más.
¿Te gusta hacer senderismo? ¡Déjame tus consejos en los comentarios!
Portada hecha en Canva
Identidad visual por @pentaghast
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No te creas lo del primer trimestre. En mi época éramos muchos todo el año. Inclusive hacías amigos de subidas porque los veías solo los días que ibas al cerro.
Unos buenos zapatos para senderismo son fundamentales, y lo que decía Sam es muy cierto, pues los músculos entran en reposo y es terrible volver a agarrar el ritmo si te detienes.
Oye, eso es super genial! Motiva mucho más tener compañeros con tu mismo objetivo o al menos el mismo amor por el senderismo.
Los zapatos ya son una necesidad. Vi unos de la marca RS21 muy lindos y funcionales.
Me alegro mucho haberle hecho caso a Sam, entonces.
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Beatufiul place!
Yesss. Wonderful!
Puedes creer que vivo en el mismo país pero jamás he ido a el Ávila, bueno, mi pareja si, y me cuenta lo mucho que le gustó, ahora quiero ir yo, jeje saludos. Me encanta tu post
Vives cerca de Caracas?? Si vives muy lejos pues es entendible que no hayas ido 😸
Yo vivo a dos horas de Caracas pero suelo ir y quedarme varios días al mes.