La noche caía lentamente sobre la ciudad, cubriéndola con un manto frio de sombras y secretos. En una pequeña casa al final de la calle, Javier, un hombre marcado por las cicatrices de la vida, se encontraba solo en su escritorio. Frente a él, una carta abierta que había leído una y otra vez, cada palabra clavándose como una daga en su corazón.
Esa carta, escrita por la mano de su amada Isabel, revelaba una verdad que Javier nunca había querido aceptar. Isabel, la mujer con quien había compartido sus sueños y anhelos, había encontrado consuelo en los brazos de otro. El dolor de la traición era insoportable, un fuego que ardía en su pecho cada vez que pensaba en los momentos que Isabel había compartido con otro hombre.
En su desesperación, Javier comenzó a recordar una antigua leyenda familiar: la existencia de un espejo que podía mostrar la verdad oculta de cualquier persona. Decidido a descubrir más sobre la infidelidad de Isabel, Javier buscó ese espejo en el ático de su casa.
El espejo, cubierto de polvo y telarañas, estaba escondido en un rincón oscuro. Javier lo limpió cuidadosamente y, con el corazón acelerado, se miró en él. Lo que vio lo dejó helado: no solo vio a Isabel en los brazos de otro hombre, sino que también vio a sí mismo, transformado en una figura grotesca y monstruosa, consumido por el dolor y el odio.
Horrorizado, Javier apartó la vista, pero el espejo seguía llamándolo, susurrando su nombre. No podía resistirse y volvió a mirarse. Esta vez, el reflejo mostró algo aún más aterrador: una figura oscura que se acercaba a Isabel mientras ella dormía, con intenciones siniestras. El corazón de Javier se llenó de un miedo inexplicable, como si una parte de él supiera que esa figura era una manifestación de su propio odio y desesperación.
El espejo reveló que aquella figura oscura era capaz de atravesar los límites entre el mundo real y el reflejo. Con un horror creciente, Javier comprendió que la entidad en el espejo estaba tomando forma y se dirigía hacia Isabel. Desesperado, trató de romper el espejo, pero antes de que pudiera hacerlo, la figura se materializó en su propia habitación.
Javier sintió un frío helado recorrer su cuerpo mientras la figura se acercaba lentamente. No podía moverse, paralizado por el miedo. La figura, envuelta en sombras, se detuvo frente a él y susurró con una voz que resonó en su mente: - Tu odio me ha dado forma, y ahora cumpliré tu deseo de venganza.
La criatura desapareció en un instante, dejando a Javier solo en su habitación. Corrió hacia la casa de Isabel, con la esperanza de advertirle, pero cuando llegó, ya era demasiado tarde. Encontró a Isabel en el suelo junto a un charco de sangre negra, su vida extinguida por la misma figura que había visto en el espejo.
El dolor y la culpa consumieron a Javier, comprendiendo que su deseo de venganza había invocado algo mucho peor que la traición misma. El eco de los susurros perdidos en la noche ahora lo atormentaba, recordándole que algunas verdades es mejor dejarlas ocultas en las sombras.
📸 Imagen generada con inteligencia artificial.
Night was slowly falling over the city, covering it with a cold blanket of shadows and secrets. In a small house at the end of the street, Javier, a man scarred by the scars of life, sat alone at his desk. In front of him, an open letter that he had read over and over again, each word stabbing like a dagger into his heart.
That letter, written by the hand of his beloved Isabel, revealed a truth Javier had never wanted to accept. Isabel, the woman with whom he had shared his dreams and longings, had found comfort in the arms of another. The pain of betrayal was unbearable, a fire that burned in his chest every time he thought of the moments Isabel had shared with another man.
In desperation, Javier began to remember an old family legend: the existence of a mirror that could show the hidden truth of any person. Determined to discover more about Isabel's infidelity, Javier searched for that mirror in the attic of his house.
The mirror, covered with dust and cobwebs, was hidden in a dark corner. Javier cleaned it carefully and, with his heart racing, he looked into it. What he saw left him frozen: not only did he see Isabel in the arms of another man, but he also saw himself, transformed into a grotesque and monstrous figure, consumed by pain and hatred.
Horrified, Javier looked away, but the mirror kept calling him, whispering his name. He couldn't resist and looked again. This time, the reflection showed something even more terrifying: a dark figure approaching Isabel while she slept, with sinister intentions. Javier's heart filled with inexplicable fear, as if a part of him knew that this figure was a manifestation of his own hatred and despair.
The mirror revealed that the dark figure was capable of crossing the boundaries between the real world and the reflection. With growing horror, Javier realized that the entity in the mirror was taking shape and heading towards Isabel. Desperate, he tried to break the mirror, but before he could do so, the figure materialized in his own room.
Javier felt an icy chill run through his body as the figure slowly approached. He could not move, paralyzed with fear. The figure, shrouded in shadows, stopped in front of him and whispered in a voice that echoed in his mind: - Your hatred has shaped me, and now I will fulfill your desire for revenge.
The creature disappeared in an instant, leaving Javier alone in his room. He ran to Isabel's house, hoping to warn her, but when he arrived, it was too late. He found Isabel on the floor next to a pool of black blood, her life extinguished by the same figure he had seen in the mirror.
Pain and guilt consumed Javier, realizing that his desire for revenge had invoked something far worse than betrayal itself. The echo of whispers lost in the night now haunted him, reminding him that some truths are best left hidden in the shadows.
📸Image generated with artificial intelligence.
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