Una buena reflexión de este proceso que llevas con los niños. Ya sabes que Amelí en su condición marcará su propio ritmo de aprendizaje. Estoy muy de acuerdo contigo, de nada vale angustiarse o enojarse con los niños cuando no hacen lo que uno como adulto espera. Que sean ellos quienes digan y decidan cuándo, cómo y dónde realizarán sus tareas..
Saludos cordiales amiga, gracias por compartir tu experiencia.
Saludos mi estimada Belkis, así es, todo tiene su tiempo, lo dice la biblia y en especial lo niños, hay que dejarlos avanzar a su ritmo, pasa que a muchos adultos se nos olvida que también fuimos niños y que la vida misma es un constante aprendizaje.