Un día en la playa con la familia

in Motherhood3 months ago

(ENG/ESP)A Sunday with the family, enjoying the sea, and empanada at Manzanillo beach.

Once again we are here in this beautiful community to tell a little about our Sunday, a family day, a day at home.

Una vez más estamos por aquí en esta hermosa comunidad para contar un poco sobre nuestro domingo, un día en familia, un día en casa.


I got up very early and decided to make some empanadas, waiting for my husband and baby to get up. I wanted them to leave with the surprise that I had prepared empanadas with ground beef and cheese for our beloved Emmanuel. When they got up, I had everything ready and prepared to give them the news that we were leaving for the beach. We were going to leave all our worries behind, put on our bathing suits and enjoy the best day together as the team we are.
Emmanuel loves nothing more than his beach, he calls it "his little beach". You know that, because of his condition, I always try to keep him calm, and these days without school he has been a little restless, cooped up in the house. Although he does yard work with my husband, he has spent more time at home than outdoors. When he came out of the room, I gave him the news and said, "We're going to the beach!". Her eyes got huge, she ran to hug me and went out to get her bathing suit. She has made tremendous progress with her therapies and all she kept saying to me was, "Where's my bathing suit?". She loves surfing and the waves, although I must confess that I am a little afraid of the beach. I'm afraid of not feeling the ground or the sand on my feet, or encountering an animal, but the beach we went to is very shallow, with calm waves and wonderful people.

Me levanté muy temprano y decidí hacer unas empanadas, esperando que mi esposo y mi bebé se levantaran. Quería que, al salir, se encontraran con la sorpresa de que les había preparado empanadas con carne molida y queso para nuestro querido Emmanuel. Al levantarse, ya tenía todo listo y preparado para darles la noticia de que nos íbamos para la playa. Íbamos a dejar todas las preocupaciones atrás, ponernos el traje de baño y disfrutar del mejor día juntos como el equipo que somos.
Emmanuel no hay nada que le guste más que su playa, él la llama "su playita". Ustedes saben que, por su condición, siempre trato de que esté calmado, y en estos días sin colegio ha estado un poco inquieto, encerrado en la casa. Aunque hace tareas de jardín con mi esposo, ha pasado más tiempo en casa que en la calle. Cuando salió del cuarto, le di la noticia y le dije: "¡Nos vamos para la playa!". Sus ojos se pusieron enormes, corrió a abrazarme y salió a buscar su traje de baño. Ha avanzado muchísimo con sus terapias y lo único que me decía era: "¿Dónde está mi traje de baño?". Le encanta el surf y las olas, aunque debo confesar que le tengo un poco de miedo a la playa. Me da miedo no sentir el piso o la arena en mis pies, o encontrarme con algún animal, pero la playa a la que fuimos es muy bajita, con olas calmadas y gente maravillosa.


We picked up everything, towels, empanadas, frozen water, soft drinks and the knick-knacks we were going to take with us to spend a different day, a family day, enjoying the sun, the beaches, the blue water and the beautiful people that always welcome us in Manzanillo.
We arrived at the beach and Emmanuel wanted to take off his sandals and go to the sea. I told him to take it easy, we set up the awning, the towels, then his bathing suit. Definitely, the beach relaxes him; he ran towards the waves and jumped into the water like a fish, he looked so happy.

Recogimos todo, toallas, empanadas, agua congelada, refrescos y las chucherías que nos íbamos a llevar para pasar un día diferente, un día en familia, disfrutando del sol, las playas, el agua tan azul y la gente preciosa que siempre nos recibe en Manzanillo.
Llegamos a la playa y Emmanuel quería quitarse las sandalias e ir al mar. Le dije que todo con calma, pusimos el toldo, las toallas, luego su traje de baño. Definitivamente, la playa lo relaja; corrió hacia las olas y se metió en el agua como un pez, se veía tan feliz.


In the meantime, my husband and I relaxed talking. There were many boats around us; in 10 years we had never seen so many boats on the shore and we could notice that some were taking octopus, but we decided not to buy on this occasion, because we will enjoy the beach, and we would have nowhere to keep it.
Since it is Sunday, the people of Margarita do not go out much to fish, they stay on the beach or at home. Almost all of Margarita is at the beach on Sundays.

Mientras tanto, mi esposo y yo nos relajamos hablando. Había muchos botes a nuestro alrededor; en 10 años nunca habíamos visto tantos botes en la orilla y pudimos notar que algunos estaban sacando pulpo, pero decidimos no comprar en esta ocasión, porque disfrutaremos de la playa, y no tendríamos dónde guardarlo.
Por ser domingo, los margariteños no salen mucho a pescar, se quedan en la playa o en casa. Casi toda Margarita se encuentra en la playa los domingos.


While I was at the beach, I was approached by a dog named Bam Bam. What a companion and what a happy visitor! He came and lay down on my towel, dried himself off and filled me all over with sand. Really, he was a very welcome visitor. His owner, very sorry, came to apologize to me because the invader was lying on my towel. I told her that it was no problem, that he was a little animal and that he felt free and happy. She stayed talking to me and I understood that she was a foreigner. She told me that she had been in Venezuela less than a year, that she had come from Chile and that she was very happy to know the island and that she would stay and live here. She introduced me to her husband, a super nice man too, just like her, but of Brazilian origin. We laughed a lot seeing that we were three different nationalities, chatting and enjoying ourselves. So much so that they invited us to their house and we invited them to ours. Since they have no friends here, we extended our hand and welcomed them, as we were also welcomed one day outside our country. She was telling me how wonderful Margarita Island was, the people, the food, the coconuts. She was happy to have tasted coconut and the sun so tasty here (for me the sun is very strong). But how nice it is when someone comes and shows you what you have and they take advantage of it today; it makes you more grateful. Meanwhile, our Emmanuel was rolling in the waves, playing with some children who approached him. Although he doesn't have many friends, there they were, playing in the water for a long time.

Estando en la playa, se me acercó un perro llamado Bam Bam. ¡Qué compañero y qué visitante tan feliz! Llegó y se acostó en mi toalla, se secaba y me llenó todo de arena. De verdad, fue un visitante muy grato. Su dueña, muy apenada, vino a pedirme disculpas porque el invasor estaba acostado en mi toalla. Le dije que no había problema, que era un animalito y que se sentía libre y feliz. Ella se quedó hablando conmigo y entendí que era extranjera. Me dijo que tenía menos de un año en Venezuela, que había venido de Chile y que estaba súper feliz de conocer la isla y que se quedaría a vivir aquí. Me presentó a su esposo, un hombre súper agradable también, igual que ella, pero de origen brasileño. Nos reímos mucho viendo que éramos de tres nacionalidades diferentes, charlando y disfrutando. Tanto así que nos invitaron a su casa y nosotros a la nuestra. Como ellos no tienen amigos aquí, les extendimos nuestra mano y los acogimos, como algún día también nos acogieron a nosotros fuera de nuestro país. Ella me contaba lo maravillosa que era la isla de Margarita, su gente, su comida, los cocos. Estaba feliz de haber probado coco y del sol tan sabroso que se vive aquí (para mí el sol es muy fuerte). Pero qué sabroso es cuando alguien llega y te muestra lo que tú tienes y ellos hoy lo aprovechan; te hace ser más agradecido. Mientras tanto, nuestro Emmanuel se revolcaba con las olas, jugando con algunos niños que se le acercaban. Aunque él no es de tener muchos amigos, ahí estaban, jugando en el agua por mucho rato.


Well, it was time to go. It was almost 4 o'clock in the afternoon and, since it was Sunday, there wasn't much of a trolley or public transportation to go back home. That was the beginning of the odyssey of getting Emma off the beach. In spite of everything, it was not so difficult; we told her we would be back soon and she left. He was already tired and so we returned home. It was a spectacular day with family, mostly not to think, just to hug and be happy, make good friends and meet wonderful people. We are grateful to our country. This is our story. A giant hug to all who read us.

Bueno, llegó la hora de irnos. Ya eran casi las 4 de la tarde y, por ser domingo, no hay mucho carrito o transporte público para volver a casa. Ahí empezaba la odisea de sacar a Emma de la playa. A pesar de todo, no fue tan difícil; le dijimos que volveríamos pronto y se salió. Ya estaba cansado y así nos regresamos a casa. Fue un día espectacular en familia, sobre todo para no pensar, solo para abrazar y ser feliz, hacer buenos amigos y conocer gente maravillosa. Estamos agradecidos con nuestro país. Esta es nuestra historia. Un abrazo gigante a todos los que nos leen.