Saludos mi estimados, hoy quiero compartir con ustedes la alegría que me embarga, pues el cumpleaños número nueve de mi hija fue anteayer, Dios me regalo una hermosa princesa un 1 de abril de 2013, era una mañana tranquila, tenía una cesaría programa para el nueve de abril, pero el 30 de marzo empezaron las contracciones por lo tanto mi doctor decidió hacerme una cesárea de emergencia el primero de abril, pero cuando llegue al consultorio tenía 9 dilataciones, así que el doctor me envió al hospital de inmediato para dar a luz a mi hija de manera natural.
Aunque llegue muy asustada pues todos me indicaban que el dolor de parir era muy fuerte, mi madre decía que me iba a morir del dolor, pero nada de eso paso, llegue a la sala de parto muy nerviosa, escuche a otras mujeres llorar, las miraba retorcerse del dolor, a mí me pasaron directo al “burro” como le llaman aquí en Venezuela, es una cama especial para parir, me acosté me abordaron dos doctores, mientras uno hablaba por teléfono con mi doctor el otro me atendía el parto, solo recuerdo que me dijeron “cuando la barriga se te ponga dura pujas”, y así lo hice, puje tan fuerte como pude y allí nació mi hija, sin dolor y sin complicaciones, prácticamente en un solo intento, entré a las 9:30 al hospital y a las 10 ya tenía a mi hija en los brazos.
Tengo esos recuerdos vivos en mi mente, parece mentira que ya han pasado 9 años desde aquel día, anteayer me pare muy temprano le preparé un rico pastel, su padre le mando un pequeño obsequio, se despertó miro su regalo, hablo con su padre y se fue a clases de música, iba muy contenta sabía que hoy era su día, al llegar de clases una gran sorpresa la esperaba, sus abuelos y su tía le prepararon una linda fiesta en la que compartió con sus amigos más allegados.
Esta es la segunda vez que le celebramos un cumpleaños a mi hija en casa de su abuela, es una locura ver a mi madre preparar todo con tanta dedicación, mando a lavar el tanque, busco una muchacha para que le arreglara los globos, llamo a una amiga para que la ayudara en la cocina, me fui temprano para ayudarla, pero cuando llegue con mi hija ya ella tenía todo preparado para recibir a su nieta adorada, definitivamente el amor de los abuelos es increíble.
Y su tía no se queda atrás, ella prepara los pasteles más hermosos, realmente es una gran artista, los hace con mucha dedicación, y con este de su sobrina se destacó, entre todos realizaron algo muy lindo para mi niña, me acosté muy cansada, ellos organizaron todo, pero yo fui la encargada de atender a los invitados, pero bueno es un cansancio acompañado de felicidad. Dios nos llene a todos de mucha salud para seguir viviendo momentos como este.
Photos taken and edited by @mjmarquez4151