Hace unos días me pasó algo bastante curioso y, ahora que lo pienso cómico. Fijaté, Yo no tengo hijos, pero soy la tía universal de todos los hijos de mis amigos. En estos días, una de mis sobrinas hace un berrinche de esos tontos, porque estábamos hablando su mamá, su tía y yo. Resulta que su mamá le había llamado la atención varias veces y ella molesta le dice: Ustedes no me prestan atención (toda dramática, ella) y salto yo y ledigo: No querida, en realidad, te prestamos demasiado atención y por eso no puedes lidiar con la indiferencia.
La niña se quedó atónita. Mirándome a punto de llorar. Tragó en seco y sólo se devolvió a jugar. Su mamá se la quedó viendo, me miró y se paró a reírse en la cocina, porque ella nunca había visto esa cara de la niña.
Supongo, que le molestó en algo lo que le dije, pero, después de un rato me dice, sabes qué, tienes razón en algo. Ella tiene toda nuestra atención y cuando ve que ella no es el centro se frustra. Me lo ha hecho varias veces, sólo que nadie, por pena supongo, lo ha dicho.
Imagino que ella conversó con su niña y ahora sabe que no puede estar interrumpiendo a cada rato.
Para resumir, es cierto que tenemos brindar atención a los hijos por igual, pero también hay que tener cuidado con eso, porque a veces puede llegar a ser mucha como en el caso de la niña que te acabo contar.
Me encantó leerte @abisag
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