Es cierto que esta película elevó a Anthony Hopkins a un nuevo estatus, pero decir que era desconocido en la meca del cine, creo que es algo inexacto. Antes de encarnar a Hannibal Lecter, Hopkins ya tenía un BAFTA, dos Emmys y una decena de nominaciones en festivales de cine, había protagnizado The Elephant Man de David Lynch y The Tenth Man (basada en la novela de Graham Greene); es decir, era alguien.
Coincido con tu opinión del guión y lo clave que fueron las actuaciones de una joven pero experimentada Jodi Foster y en especial los 16 minutos de aparición en pantalla de Hopkins que sin embargo se siente presente en toda la película. El único ejemplo que tengo de otra omnipresencia de este tipo a pesar de intervenir poco en la historia es el príncipe de las tinieblas de la novela Drácula de Bram Stoker.
En medio del boom que parece existir ahora respecto a este tipo de personajes, creo que es bueno volver a historias clásicas dentro del género y The Silence of the Lambs es sin duda una de las referencias más icónicas.
Saludos y gracias por compartir.
Cuando me referí así a Hopkins, lo hacía, no convencido desde mí perspectiva, sino desde la que, supone, Hollywood valora. Es decir, si no ganas en Los Ángeles, no eres "alguien". Ciertamente, fue una aseveración algo arriesgada. No obstante, la fuerza de esta película está en su guión y en la meticulosidad que hubo para su realización. El guión es un calco de la obra madre, los productores y el director, consultaron con John Douglas y Robert Ressler, miembros del FBI con conocimiento en asesinos seriales y no solo esto, sino que al no poder filmar en las instalaciones de Quantico, Virgina (sede oficial del FBI), decidieron replicarla al detalle en los estudios. Y eso es lo que vemos,.como resultado final, nosotros. Gracias a ti por comentar, @cristiancaicedo
No sabía eso de la asesoría de los miembros del FBI, sin duda influyó en la adaptación de forma positiva. Gracias a ti, que estés muy bien