She is Valerin, our brave dreamer, just past 30 years old.
I kept thinking, because that adorable creature had noticed me, or at least had come down from the seat where it was, to make that comment so absurd, so nonsensical.
A few months have passed since that first meeting, but in my mind and in my heart, those green eyes, almost honey-colored, had nested, something like, I don't know what color, but they made me fall in love.
Fuente Pinterest Jose E. Arno
Fuente Noupload
Fuente Pixabay Timhill
Fuente Asmodeus94
It was at that moment, when we saw two sailors calling the lookout and he was leaving with them after a bottle of rum.
Fuente Pcdazero
Ella es así, siempre pensando, fuera de la realidad, atrapada en su cruzada por encontrar ese mundo perdido que abandonamos al hacernos adultos, y encontrarnos con esa misma realidad.
Pero ella no, ella se regodea en sus sueños, no permite que nadie la distraiga, los grandes problemas de la vida, para ella son eso: "problemas de la vida, no de ella".
Ella es Valerin, nuestra valiente soñadora, apenas pasa los 30 años.
La conocí una tarde en un puerto de Europa, iba yo a recoger una encomienda que me enviaban de Suramérica, cuando me abordo y me dijo: "si necesitas algo de esas tierras lejanas, avísame, yo te lo traeré".
La observé subirse a su velero y zarpar rumbo a cualquier lugar, en busca de quien sabe que aventuras, fue la primera vez que la vi. Me quede pensando, porque aquella criatura tan adorable, se había fijado en mí, o al menos había bajado del sitial donde estaba, para hacerme aquel comentario tan absurdo, tan sin sentido.
Pero no tardaría el destino en cruzar nuevamente nuestras vidas, y esta vez seria de un modo que nos marcaría para siempre. Pasaron algunos meses desde aquel primer encuentro, pero en mi mente y en mi corazón, se habían anidado aquellos ojos verdes casi color miel, algo así como, no sé que color, pero que me enamoraron.
Habíamos viajado a Venezuela, a una ciudad pequeña del oriente de ese país, llamada Cumaná, cuando nos encontramos en aquel viejo puerto, de aquella vieja ciudad, luego supe que fue la primera ciudad fundada por el imperio español en aquel continente, por aquel 1492.
Fuente Pinterest Jose E. Arno
Nos hallábamos mi primo Eliecer y yo, en busca de algunos documentos que probaran nuestro parentesco con el abuelo, ese viejo aventurero que murió, dejando todo el dinero del mundo, pero que no había dejado ni un solo documento que probara que teníamos algún nexo familiar con él, y que pronto toda esa fortuna pasaría a manos de la caridad.
Estábamos en aquel puerto donde este trabajara buena parte de su vida y donde todo el mundo hablaba de él como un gran navegante o un gran embustero, dependiendo de a quien le preguntáramos.
De pronto la vi, estaba de pie en la aduana, tramitando su salida nuevamente para desaparecer como aquella vez, en el mar. Me pregunté, como diablos podía encontrarme a esa mujer en un sitio tan remoto, tan distante, y precisamente ella, la dueña de esos ojos. Supe que no podía ser casualidad y me dije que esta vez no iba a permitir que se fuera así nada más, al menos sin siquiera hablar con ella, tal vez hasta me atrevería a confesarle cuanto tiempo estuvieron sus ojos en mis pensamientos, hasta ese momento.
La aborde, cuál pirata con la intención de sorprenderla y aprovechar el factor sorpresa, pero de pronto, se volvió hacia mí y me quede congelado viendo aquellos ojos que ahora me parecieron que no eran ni verdes, ni miel, sino más bien como grises, tal vez por la rabia que tenía, ya que no la dejaban zarpar producto de una tormenta que se aproximaba.
Esa noche le invité a cenar y tal vez por estar tan lejos y tan sola aceptó mi invitación. Yo había despedido a mi primo que me acompañaba y le dije que nos veríamos al día siguiente en el hotel, aunque lo hice solo para presumir, para molestarlo.
Fue una cena muy sencilla, comimos alguna receta de aquellas tierras, muy extraña, pero exquisita, fue cuando ella me dijo, que lo mejor de la vida es llegar a un puerto totalmente desconocido, y probar comida totalmente desconocida, de gente totalmente desconocida, es allí donde la vida te sorprende, en cada olor, en cada sabor y sobre todo en como te trata cada espécimen de esa que llaman la "raza humana".
Después de eso me relató una muy extraña historia de una isla que en su interior tenía un lago de agua dulce y en el fondo de aquel lago se encontraban algunos de los tesoros más hermosos, escondidos por algunos marineros o piratas, por estar estos malditos. Y que esta isla se encontraba apenas a unos diez días de navegación del puerto donde nos encontrábamos y que una persona sola no podría visitar aquella isla, sin correr el riesgo de quedar atrapada por la maldición, que aunque no creía mucho en aquella leyenda, temía mucho ir sola y quedar atrapada, sin que nadie supiera nunca donde habían terminado sus huesos.
Me pidió que al día siguiente la acompañara por la ciudad, y así, sin más nos despedimos.
A la mañana siguiente baje a la recepción del hotel y me encontré con una nota, en ella me decía que la buscara en el puerto al final de la mañana, que quería hacerme una propuesta, que cambiaria mi vida.
Sin pensarlo mucho, me dirigí al puerto, donde efectivamente, ella me esperaba. Después de decir hola, me hizo una señal de que la siguiera en silencio, cosa que hice, ya que cada vez me intrigaba más aquella hermosa criatura. La seguí, creo que si se hubiese encaminado por las escaleras hacia el mismo infierno, hubiera seguido caminando en silencio, tal era la atracción que sentía por ella.
Caminó delante de mí hasta una vieja iglesia en el centro de la ciudad, ahí después de saludar al sacerdote, me condujo a la residencia de este y ahí comenzamos a hablar.
Me dijo que hacia días un individuo extraño la venia siguiendo y que le preocupaba su seguridad, que por favor la ayudara a despistarlo, ya que ella zarparía en la mañana del día siguiente y que lo menos que quería es que este la siguiera.
Así que ideamos un plan, donde ella se quedaría en la noche en nuestro hotel, y en la madrugada yo la llevaría en secreto al puerto para que pudiera zarpar sin riesgo alguno. Me dijo que en su nuevo viaje estaban en juego muchas cosas, entre ellas muchas riquezas, y que no me preocupara, ya que si todo salía según el plan, yo sería muy bien recompensado.
Esa noche se fue a nuestro hotel, dándome un enorme beso en la boca en la recepción para conducirme por el ascensor hasta mi habitación, Ya allí, todo volvió a la normalidad, se puso seria y se disculpó por aquel beso fingido, que cuando lo recuerdo estremece todo mi ser.
Eran las tres de la mañana cuando me despertó diciéndome que era hora de salir, así que me incorpore de un salto y nos escabullimos por la parte de atrás del hotel. Así llegamos al puerto, ya cuando nos despedíamos, vi como se alejaba hacia el velero, al igual que una silueta que se desplazaba detrás de ella, los seguí y cuando el sujeto se disponía a abalanzarse sobre ella, tome un impulso y de un empujón el tipo termino en el mar, las olas lo sacudieron y desapareció, fue entonces cuando vi a lo lejos, una banda de sujetos que se abalanzaban sobre nosotros, corrimos hacia el velero y zarpamos rogando a Dios que ningún disparo nos alcanzara, al subir sentí un golpe y caí dentro del velero, es lo último que recuerdo.
Desperté por el vaivén de las olas en medio de la tormenta, estas alcanzaban hasta ocho metros y levantaban aquel pequeño velero casi hasta el cielo, después sentía como reventaba hasta casi romperse con la superficie del agua, nunca me gustó navegar, pero mientras iba recordando lo que ocurrió la noche anterior, y me ubicaba en la situación actual, fue cuando caí en cuenta donde estaba y más importante aun, con quien.
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La observé por un rato largo, admirado de ver como una criatura tan bella, maniobraba sobre la tormenta, se desplazaba de un lado a otro del velero, sin inmutarse, como si hubiera nacido para ello, estoy seguro de que tres marineros normales no hubieran salteado esa tormenta con tanta habilidad y destreza, tomando en cuenta la belleza que suponía su hermosa figura, en medio de aquella tempestad.
Me di cuenta de que a cada maniobra de esta hermosa criatura, más enamorado estaba de ella. Ya no me importó la tormenta, las riquezas, la fortuna del viejo, mi retorno, no, solo pensaba en ella, en sus ojos color ocasión.
Después de la tormenta comenzamos a hacer un resumen de los daños, y concluimos con mucho pesar, que aparte de algunas galletas y conservas, solo contábamos con el infinito mar azul y nuestras almas, para aquella aventura tan sin igual.
Pero era ella, no era cualquier mujer, en aquellos días Valerin demostró todas sus habilidades, no solo en la pesca y sobrevivencia en el mar, sino que también demostró sus cualidades al prestarme todos los cuidados sacando la bala que aquella madrugada y en medio de la carrera, se había alojado en mi hombro, haciéndome caer desmayado en aquel velero bendito.
Al amanecer del quinto día, ya en mejores condiciones me dispuse a ayudar a mi hermosa compañera, a lo que esta me dijo que descansara y tratara de recuperarme, que esa energía la íbamos a necesitar al llegar a la isla de la laguna, como ella la llamaba, que me olvidara de todos esos complejos machistas y que allí estábamos dos marineros, no un caballero y una dama, como me había sembrado esa sociedad tan enferma de donde veníamos.
A partir de ahí el viaje se hizo más apacible, empezamos a platicar en confianza y descubrí que esta mujer tenía un serio problema con la sociedad, y que toda esa búsqueda de aventuras, no era más que un escape de todo aquello que tanto odiaba.
Casi sin darnos cuenta, llegamos a la isla, en medio de una segunda tormenta que nos zarandeó toda la noche, en nuestra pequeña nave, y que al llegar a los predios de la isla se hizo tan violenta, que terminamos estrellándonos en los acantilados, allí pudimos ver como en aquel instante, aquella pequeña nave se rompió en mil pedazos por lo que tuvimos que nadar, o mejor dicho ella me arrastraba por la superficie, evitando que me ahogara, ya que mi herida estaba todavía muy fresca y aún me costaba mucho nadar, así que como pudimos, llegamos hasta la orilla.
Esa noche, en una oscuridad total, quizás la más oscura de todas las noches, sentí su cuerpo desnudo sobre mí, tratando de calentarme entre los temblores de la fiebre y un frío terrible, quizás el más horrible que sintiera nunca, la abracé.
En la mañana siguiente caminamos hacia el centro de la isla y comenzamos a entrar en situación; estábamos en una isla desierta, a quien sabe cuantas millas náuticas de distancia de la civilización, solos, sin otra cosa que los trapos que nos quedaron encima después del naufragio, y la incertidumbre de como saldríamos de allí.
Esa mañana recolecté algunos frutos mientras Valerin rescato del naufragio algunos implementos de pesca y algunos materiales para construir un refugio para la noche, allí, sin más comimos como pudimos, fue cuando ella me dijo que estábamos muy lejos de las rutas de navegación y que pasaría mucho tiempo antes de que volviéramos a verle la cara a algún mortal, aparte de nosotros.
Pero estaba equivocada, a la mañana siguiente divisamos en el horizonte un barco velero, que se aproximaba a la isla donde pensábamos que quedaríamos atrapados por mucho tiempo, comencé a gritar y a dar saltos a pesar de mi herida, hasta que sentí una mano que cerro mi boca tras una señal de silencio, lo comprendí todo, entendí que en todo ese tiempo aquellos hombres de los cuales escapamos en esa noche del puerto, nos habían seguido la pista hasta aquella isla, y que seguramente si nos encontraban, esa isla sería nuestra tumba para siempre.
Fuente Asmodeus94
Así que nos escondimos y solo los observábamos, mientras estos piratas modernos recorrían la isla e iban amontonando en una cabaña improvisada aquellos tesoros de los cuales Valerin me había comentado y que eran la causa de aquella aventura tan extraña, que estábamos viviendo. Así pasó aquella segunda noche de náufragos y fugitivos, ya que nos mantuvimos bien escondidos, observando todos sus movimientos, en ese momento Valerin me hizo una señal para que me acercara diciéndome: "ahora todos están en la laguna, borrachos, celebrando el hallazgo del tesoro, en el velero se encuentra el vigía, cuidando la nave, en el momento en que esta salga a hacer cualquier cosa, asaltaremos el barco y los dejaremos aquí a su suerte, así que no bajes la guardia". Fue en ese momento, cuando vimos a dos marineros que llamaban al vigía y este se iba con ellos tras una botella de ron.
Nos acercamos al velero con toda la cautela del mundo, subimos y rápidamente ella me dio algunas indicaciones, ya que este barco era más grande y ella sola no podría maniobrarlo sin mi ayuda. Soltamos las amarras y al izar la vela, vimos como corrían aterrorizados hasta la orilla disparando a lo loco, pero ya era muy tarde, Valerin ya había tomado el control de la nave y nos desplazábamos por el ponto dejando tras de nosotros a aquellos piratas de agua dulce.
Fuente Pcdazero
Una vez a salvo, Valerin se acercó a mí y así sin más me beso de una manera tan apasionada, como todo lo que ella hacia, que por un segundo me sentí subir al cielo, cada vez que sentía su respiración en mi rostro, después de varios besos apasionados, se detuvo un momento para lamentarse que habíamos salido tan apresurados de aquella isla, que no pudimos traernos ninguna joya, de aquel inmenso tesoro. Pero muy en el fondo yo sabía que me traía el mayor tesoro, de todos los que estaban en aquella isla bendita.
Aprovecho para agradecer el apoyo incondicional que he recibido de @blocktrades, @ocdb @cervantes, a través de @sancho.panza y @fridakahlo @literatos, y por supuesto de la comunidad #theinkwell.
Que gran historia, una gran aventura aderezada con el peligro, el desafío, pero abrazados a la fe del amor como el mayor tesoro.
Muchas gracias @renataboreal, me alegra mucho que le haya gustado mi humilde trabajo.
Es un gran trabajo estimado @gilliatt, me gustó mucho, yo suelo escribir pero no con la coherencia y riqueza sintáctica que tiene tu gran escrito, felicidades!! continúa así.
Muchas gracias, es un honor.
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