Los orígenes mitológicos del vampiro y el hombre lobo (IX): El yara-ma-yha-who y Dakuwanqa - @vickaboleyn

in Team Mexico5 years ago

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El día de hoy presentamos una nueva publicación de Pulso Del Escritor, nuestra compañera @vickaboleyn, nos preparo un escrito muy interesante.

Gracias por tu talento @vickaboleyn de parte del @team-mexico. 💙

Los orígenes mitológicos del vampiro y el hombre lobo (IX): El yara-ma-yha-who y Dakuwanqa por @vickaboleyn

La semana pasada reiniciamos el ciclo licantro-vampírico con Lilit, la madre de los vampiros y los demonios de la cosmogonía hebrea. Hemos visto que, en origen, fue una mujer creada por Dios para ser la compañera de Adán; sin embargo, su naturaleza rebelde provocó que Dios le castigara matando a los hijos engendrados por ella, y le indujo a vengarse de aquella masacre asesinando a las madres y a los recién nacidos.

Hoy iremos a la bella Oceanía, a las tierras de Australia y las Islas Fiji. Ahí se encuentran, respectivamente, dos habitantes de las higueras y de los océanos: el yara-ma-yha-who y Dakuwaqa, el dios tiburón.


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Yara-ma-yha-who.

Fuente: WikiMitología

De acuerdo con Brenda Rosen (2008), el Yara-ma-yha-who es descrito por los aborígenes australianos como un hombrecito de color rojo, cabeza grande, y boca enorme, la cual le permite engullir de un solo bocado a su víctima, sea ésta animal o humana. Su estatura no pasaba del metro o metro y medio. Habita en las higueras, desde donde ataca con precisión a sus víctimas para succionarles la sangre. Sobre la forma en cómo consumía el vital líquido, Michelle Bohn (2007) señala que utiliza los dedos de las manos y los pies, pues tienen forma de copa, permitiéndole acceder a su alimento sin complicaciones.

Una particularidad que Bruno Starrs (2014) menciona respecto a este vampiro aborigen es que la succión de la sangre tiene una finalidad: Debilitar a la víctima para luego devorársela, sobre todo si ésta descansa bajo una higuera. Rosen, al respecto, añade que la víctima aún se encuentra viva después de ser devorada por la criatura. Al principio uno pensaría que la víctima moriría de una forma lenta y dolorosa dentro del estómago de este ser sobrenatural; sin embargo, Rosen señala que es todo lo contrario: aún está con vida después de que el yara-ma-yha-who le regurgita, aunque su estatura se reduce unos cuantos centímetros y su piel adquiere un tono rojizo.

Como añadidura, la enciclopedia en línea Wikipedia menciona que el tono rojizo es indicio de que la persona podría convertirse en un yara-ma-yha-who luego de ataques repetidos durante el día, que es el período del tiempo en el que este ser sobrenatural se encuentra muy activo. Por lo consiguiente, si se quiere evitar el ataque y la transformación, las víctimas potenciales deben “hacerse las muertas”, es decir, no resistir a sus ataques.

Dakuwaqa



Escultura de madera de Dakuwaqa. Museo de Louvre.

Fuente: Wikipedia

En su trabajo de titulación de doctorado, Roberto Donato Altobelli (2011) explica que Dakuwaqa es un dios tiburón que protege las islas. Es muy temido y respetado por los habitantes, especialmente los pescadores, quienes le ofrecen todos los días ofrendas en forma de bebida.

Sobre él se cuentan varios mitos; en un relato recopilado en la enciclopedia en línea Wikipedia, Dakuwaqa es descrito como una deidad con la capacidad de transformarse en un ser zoántropo, es decir, mitad humano mitad animal. Otro relato, recopilado en la página turística de las Islas Fiji, describe a Dakuwaqa como un dios fiero, celoso y necio aficionado a las peleas. Su afición era tal que de vez en cuando visitaba las islas en forma humana y buscaba pleitos con los seres humanos.

Un detalle interesante sobre este relato en particular es la dimensión política que adquiere cuando Dakuwaqa decide buscar el control de las islas circundantes a Fiji. Ansioso por controlar el Pacífico, Dakuwaqa desafía a muerte a las divinidades protectoras de aquél lugar. La arrogancia y el deseo de conquista aumentaban conforme iba derrotando a sus rivales; apelando a ambos defectos, Masilaca, otro dios tiburón, le habló de las islas Kadavu y de su divinidad protectora, una deidad pulpo. Convencido de su superioridad en fuerza, Dakuwaqa se dirige hacia la isla, en donde fue recibido por su rival.

De acuerdo con el mito, la lucha entre ambos dioses fue desventajosa para Dakuwaqa, pues la deidad pulpo no cedió en su agarre y sí lo empezó a apretujar hasta el punto de dejarlo sin aire. Al final, Dakuwaqa decidió rendirse y le prometió someterse a su voluntad a cambio de perdonarle la vida. La deidad pulpo aceptó el trato y le hizo prometer que no volviera a atacar Kadavu y las islas circundantes.

Dakuwaqa honró su palabra.

La próxima semana nos iremos al continente americano, en donde nos esperan dos interesantes personajes mitológicos con historias igual de interesantes: El lobisón y el nahual.

Fuentes consultadas:

Altobelli, Roberto Donato. 2011. The experience of shark diving in Pacific Harbour, Fiji: who goes and how important is education and interpretation? Tesis de doctorado en Filosofía. Auckland, Nueva Zelanda. Auckland University of Technology. Recuperado de: http://openrepository.aut.ac.nz/handle/10292/2824, el 22 de enero de 2020.

Bohn. Michelle L. 2007. Shadow of the Vampire: Understanding the transformations of an icon in popular culture. Tesis de Honor de Maestría en Literatura. Estados Unidos. Texas State University of San Marcos. Obtenido de: https://digital.library.txstate.edu/handle/10877/3224 el 20 de enero de 2020.

“Dakuwaqa”, en: Wikipedia. Consultado el 22 de enero de 2020.

“Dakuwaqa The Shark God”, en: Tropical Fiji. Consultado el 22 de enero de 2020.

Rosen, Brenda. 2008. La biblia de las criaturas míticas. China / España. Gaia Ediciones.

Starrs, Bruno. 2014. “Writing Indigenus Vampires: Aboriginal Gothic or Aboriginal Fantastic?, en Media Culture Journal núm. 17, vol. 4. Recuperado de: http://journal.media-culture.org.au/index.php/mcjournal/article/view/834 el 20 de enero de 2020.

“Yara-ma-yha-who”, en: Wikipedia. Consultado el 21 de enero de 2020.



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Como una pequeña nota aparte, Dakuwaqa y Dakuwanqa son las dos formas correctas de escribir el nombre de esta divinidad oceánica.