Imagen editada con Canva. Fuente de la imagen: Pexels
Hay nostalgias que son inevitables,
y las de aquellos amores
que no pudieron ser por
razones del caprichoso destino
son las que de repente
invaden el corazón.
Pronto te preguntas por qué
no se dio, por qué no hubo
la oportunidad para poder
demostrar ese amor que le
reservaste.
De repente te imaginas
cómo pudo haber sido,
solo para darte cuenta al
final que quizás esa persona
no era para ti
y que el no haber dicho algo
o enfrentar el rechazo fue
lo mejor que pudiste hacer.
Habrán veces que llorarás,
y otras veces que viene a ti
de forma pasajera, pero
¿qué se puede hacer antes
esos amores imposibles?,
¿qué se puede hacer ante la nostalgia
de esos amores que no pudieron ser?
Quizás pudiste haber luchado,
quizás pudiste haber hablado
a sabiendas de que tu corazón
no sería correspondido.
¿Pero quién podría saber qué
habría sucedido si nuestras
decisiones hubiesen sido otras?
Porque nadie es un adivino,
nadie tiene una máquina del tiempo.
Mejor seguir adelante,
abrazando esas nostalgias
como parte de uno,
porque la vida es esa:
abrazar lo que venga.