The oil company in Venezuela used to be prosperous, productive in terms of quantities of crude oil that could be exported daily, being profitable for social investment and for the advancement of the national infrastructure. However, when it was taken over by the government (severe nationalization) it would be the beginning of a decline in free fall, totally expected. As a populist measure, in order to gain followers (votes) they froze gasoline prices to the public for more than 18 years. The sharp inflation, the foreign debt, in addition to the devaluation of the currency generated that the price of fuel was practically free. This free price may cause problems and more expenses in the future, since there is no real reinvestment in the area of crude oil extraction or gasoline production, since it is necessary to implement chemical additives to make it commercial. The refineries are deteriorated, with most of them out of operation; it is estimated that only one is operating intermittently below 15% of its capacity, which obviously does not cover the national demand. The government took the peculiar decision to import fuel from the Asian country: Iran. The price currently set for the sale of fuel is $0.50 per liter, considerably low when compared to other countries in the region and the world. Demand continues to outstrip supply, aggravating the shortage.
Without taking into account that cars in the South American country are designed to use octane ratings of 95 and 91. The Iranian octane rating is below 90 points, which in the long term of the use of this viscous liquid, will damage engines, worse performance, high consumption, so that with less kilometers traveled, the tank is emptied soon. A solution that several mechanics have recommended me to shorten the damage, is to use an octane improver, the product ensures to increase the initial number up to 2 units.
I used a pointed object to hold open the inlet to the tank, a funnel to properly filter the product. It takes 250ml of the liquid to take effect. In my personal opinion, the citizen should not break his head looking for ways to avoid damage due to corruption and bad practices. The feasible solution to the problem presented, evidently consists of repairing and making all the refineries in the country work, as we all know the oil reserves in Venezuela are gigantic, so importing gasoline is a waste of money, which does not solve anything, it is necessary to take advantage of the resources, although it seems that the government is not interested in the production apparatus, heading towards an impoverishing policy.
The most common failure of Venezuelan consumers of Iranian gasoline is the difficulty in starting their cars. Injectors in bad condition with signs of dirt, deteriorated spark plugs, clogged gasoline pumps or batteries falling apart. Curiously, a country like Cuba, which is not a major oil producer, was used to receiving barrels from Venezuela free of charge, and once they were offered Iranian gasoline, the rejection on their part was categorical. The cost of each octane booster in the Venezuelan market is around $4.00, i think, it is high for the average Venezuelan pocket, using 0,90$ minimum wage as reference. It should be noted that 98% of the country's exports are related to the sale of oil barrels; since there is no production, they do not come in, so they have had to sell gold reserves to finance this gasoline of dubious quality.
*Pictures taken by me.
Spanish:
La empresa petrolera en Venezuela, solía ser prospera, productiva en cuanto a cantidades de crudo podían exportar diariamente, siendo rentable para la inversión social y del avance de la infraestructura nacional. No obstante cuando fue tomada por el gobierno (nacionalización severa) sería el inicio de un declive en caída libre, totalmente esperado. Como medida populista, en pro de ganar adeptos (votos) congelaron los precios de la gasolina de venta al público, durante más de 18 años. La brusca inflación, la deuda externa, además de la devaluación de la moneda generaron que el precio del combustible fuera prácticamente gratuito. Lo regalado, puede acarrear problemas y más gastos a futuro, al no haber una verdadera reinversión en el área de extracción del crudo, ni producción de la gasolina, ya que es necesario la implementación de aditivos químicos para volverla comercial. Las refinerías están deterioradas, con la mayoría en fuera de operatividad, se estima que una sola está funcionando de manera intermitente por debajo del 15% de su capacidad, lo que obviamente no cubre la demanda nacional. El gobierno tomó la peculiar decisión de importar combustible desde el país Asiático: Irán. El precio en la actualidad establecido para la venta del combustible es de 0.50$ por litro, considerablemente bajo cuando se compara con otros países de la región y el mundo. La demanda continua superando la oferta, agravando la escases.
Sin tener en cuenta que los automóviles del país sudamericano están diseñados para usar octanajes de 95 y 91. El octanaje Iraní está por debajo de los 90 puntos, que al largo plazo del uso de este líquido viscoso, averiará motores, peor rendimiento, consumos elevados, por lo que con menor kilómetros recorridos, se vacía a brevedad el tanque. Una solución que diversos mecánicos me han recomendado para acortar el daño, es utilizar un mejorador de octanaje, el producto asegura aumentar el número inicial hasta en 2 unidades.
Usé un objeto puntiagudo para mantener abierta la entrada hacia el tanque, un embudo para que se filtrara adecuadamente el producto. Se requieren 250ml del líquido, para que surta efecto. A opinión personal, el ciudadano no debería quebrarse la cabeza buscando formas de que no se le dañen las cosas por culpa de la corrupción y malas prácticas. La solución factible al problema presentado, evidentemente consiste en reparar y hacer funcionar todas las refinerías en el país, como todos sabemos las reservas de petróleo en Venezuela son gigantescas, por lo que importar gasolina es un desperdicio de dinero, que no soluciona nada, hay que aprovechar los recursos, aunque parece que al gobierno no le interesa el aparato productor, dirigiéndose a una política empobrecedora.
La falla más común que presentan los venezolanos consumidores de la gasolina iraní; es la dificultad para encender los autos. Inyectores en mal estado con señales de suciedad, bujías deterioradas, bombas de la gasolina tapadas o las pilas descalabrándose. Curiosamente un país como Cuba, el cual no es un gran productor de petróleo, estaba acostumbrada a recibir barriles provenientes de Venezuela gratuitamente, una vez que les ofrecieron la gasolina iraní, el rechazo por su parte fue contundente. El coste de cada elevador de octanaje ronda en el mercado venezolano los 4$, que a mi consideración es alto para el bolsillo venezolano promedio, calculándolo con un salario mínimo de 0,90$. Cabe destacar que el 98% de la exportación del país está relacionada con venta de los barriles de petróleo, al no haber producción no ingresan, por lo que han tenido que vender las reservas de oro para financiar esa gasolina de dudosa calidad.