Este blog nace con la intención de unir identidades lejanas. Lejanas en el espacio, en el tiempo y en su sombra. Y es que a pesar del olvido y desde cierta perspectiva, estas identidades sólo son atravesadas por la música. El otro día, sin ir más lejos, buscando en una bolsa que era el caos de cosas que pasar a limpio, encontré esta nota que decía: "Busca Flor de té. Raquel Meller"
Raquel Meller, una celebridad de su tiempo ante cuya voz Chaplin cayó rendido, desterrada impunemente por el propio tiempo. Os animo a llevarle siempre la contraria, a daros el placer de revivir voces calladas. En esas andaba yo, escuchando su voz y mirando fotografías cuando en concreto una me llamó la atención. Era la fotografía de una imponente medusa imperial y satisfecha, reina de los mares de la música, sentada en el reposabrazos de una silla.
Nunca me dejará de sorprender todo el bien que nos hace la técnica a la hora de salvaguardar un destello de lo que fue, en otro devorador tiempo, la genialidad.
Si me permitís, ya os dejo con su música y su imagen de desproporciones acuáticas.
Os escribo pronto sobre la música encerrada en la flor del té.
Buaahh tío!! Me has evocado recuerdos del pasado cuando mi abuelo ponía en el tocadisco canciones de la Meller y, se quedaba con los ojos cerrados meciéndose en la mecedora. Esa sonrisa que se le dibujaba rememorando buenos tiempos lejanos, no tenía precio.
Gracias por recordar a esta gran artista que fue pionera en el cuplé y la copla y que por desgracia murió olvidada. De bello rostro y voz aguda debería recordársela más, pues sin duda fue inspiración para otras grandes que vinieron después y que sí tenemos más presentes. Al escucharla no puedo evitar acordarme de canciones que escuché toda mi infancia cantadas por Concha Piquer y Sara Montiel, pero antes fue Raquel Meller y es un crimen no recordarla. ¡Gracias nuevamente!