Salió el sol como suele hacerlo cada mañana, y estoy vivo.
Suficiente para agradecer y celebrar. Trabajar o descansar según corresponda a la agenda de cada quien.
Una reunión con amigos a los que solo veíamos a través de las redes sociales durante años, es una ocasión especial. Un suceso que hemos tenido oportunidad de disfrutar en varias oportunidades en los meses recientes.
No todos viven en Buenos Aires, algunos ni siquiera en Argentina, pero esta ciudad es mágica y tiene el poder de atraer a gente que por diferentes circunstancias eligió otros destinos cuando sintió la necesidad de buscar otros horizontes.
Todos en la fotografía salimos de Venezuela entre los últimos siete años y los siete meses. Algunos tenemos nuestras raíces en otros lugares, pero elegimos venir aquí, otros residen en otros países, pero los lazos familiares los trajeron a visitar la capital de La Argentina.
Venidos del cercano Santiago de Chile, Perú y Los Angeles, California. Todos pasaron a visitarnos y compartir gratos momentos, incluso tristes recuerdos de los que se fueron a la eternidad y nos esperan, fueron momentos que disfrutamos, e hicieron el día extraordinario.
Pero no todos los días son de celebración o tan cargados de emociones, algunos son tranquilos y sosegados como esta esquina de verdor desafiante al urbanismo.
En cada paseo por la ciudad puedo encontrar detalles dignos de ser capturados, como esta espinosa planta florecida, o el siguiente grafiti, manifiesto de protesta antiglobalista.
Inclusive hoy puede ser un día extraordinario, aunque no registre ningún suceso de marcada significación.
Tengo pendiente registrar en mi bitácora de jabón, la fórmula del reciente preparado con los detalles del proceso, para tener en cuenta en la siguiente preparación similar, luego es posible que disfrute de alguna serie o película y si la vagancia dominical no me domina, salir a caminar, aunque solo sea hasta alguna de las plazas cercanas.
La más cercana, muy concurrida el pasado 13 de diciembre con motivo de las vacaciones escolares. A vista de pájaro desde el balcón, llegar a su puerta equivale a una caminata de dos cuadras o manzanas.
Un lugar de esparcimiento familiar y desde que llego el verano, solario de quienes gustan de brocearse.
Solo espero que su día también sea motivo de estar agradecidos y disfruten momentos felices, aunque no sean extraordinarios.
Mientras escribía estas líneas, hice una pausa para una videollamada a mi hermano a 6.000 kilómetros de aquí y recibimos la de una tía que vive a la misma distancia y nos comparte su alegría de vernos a través de su primer teléfono inteligente a sus 85 años.
Años de vida plena. Algo extraordinario que celebrar.
Hasta mañana.
Day 12. An extraordinary day
The sun came out as it usually does every morning, and I am alive.
Enough to be thankful and celebrate. Work or rest as it suits each person's schedule.
A reunion with friends whom we only saw through social media for years is a special occasion. An event that we have had the opportunity to enjoy on several occasions in recent months. Not everyone lives in Buenos Aires, some not even in Argentina, but this city is magical and has the power to attract people who for different reasons chose other destinations when they felt the need to seek other horizons.
All of us in the photograph left Venezuela between the last seven years and seven months. Some of us have our roots in other places, but we chose to come here, others live in other countries, but family ties brought them to visit the capital of Argentina.
They came from nearby Santiago de Chile, Peru and Los Angeles, California. They all came to visit us and share pleasant moments, even sad memories of those who left for eternity and await us, they were moments that we enjoyed, and made the day extraordinary.
But not every day is a day of celebration or so full of emotions, some are calm and peaceful like this corner of greenery challenging urbanism.
On every walk through the city I can find details worth capturing, like this thorny flowering plant, or the following graffiti, a manifesto of anti-globalist protest.
Today may even be an extraordinary day, even if it does not record any event of marked significance.
I have pending to record in my soap log, the formula of the recent preparation with the details of the process, to take into account in the next similar preparation, then it is possible that I will enjoy some series or movie and if Sunday laziness does not dominate me, go out for a walk, even if it is only to one of the nearby squares.
The closest one, very crowded last December 13th due to school holidays. From a bird's eye view of the balcony, getting to the door is equivalent to a two-block walk.
A place for family recreation and, since summer arrived, a tanning spot for those who like to tan.
I just hope that your day is also a reason to be grateful and enjoy happy moments, even if they are not extraordinary.
While I was writing these lines, I paused for a video call to my brother 6,000 kilometers away and we received one from an aunt who lives the same distance away and shares her joy at seeing us through her first smartphone at 85 years old.
Years of full life. Something extraordinary to celebrate.
See you tomorrow.
Me gustó ver esa reunión de amigos, también me robó una sonrisa el graffiti.
Hasta mañana @felixmarranz. Un abrazo muy grande.
Amigos y familia al rededor del mundo.
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