Mira los espárragos,
hace una docena de soles
que te espero,
vas a beber del vaso sucio
/los restos de la noche
y el miserable cantará a su can
la misma tórrida canción
de los barqueros.
Cien siglos
entre basura y niebla,
con los dedos hinchados de raspar
/las paredes,
de comer cigarros hundidos en orine.
El tiempo lo inventé
para un reloj de ciegos.
Mis cosechas serán diezmadas.
La ceniza presente en el café
llena el estómago.
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