"Tranquila Samy, papá nunca más volverá a tocarte. Si nos hubiésemos quedado, lo habría matado”.
Esa frase final me marcó, me llegó al corazón y hasta los huesos porque es tan real que duele. Un tema muy común que parece no importar ya pero sucede muchísimo en muchos lugares del mundo.
Excelente trabajo, cariño.
Este relato está dedicado a todos aquellos niños (de ambos géneros) que lograron superar los abusos de procreadores que no pueden llamarse padres, ante las miradas indiferentes e incrédulas de quienes tampoco pueden llamarse madres.
Tristes realidades, amiga @arlettemsalase.