Concurso Hispaliterario 32/ Ojos hechizados

in Literatos10 months ago (edited)

Banner diseñado por mí en canva.com Imagen de Irene Lasus Almirón en Pixabay
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Apenas él la vio la mordida entró por el ojo. Esa tarde de domingo estaba aburrido y decidió salir a caminar por la ciudad un rato. La vio a la entrada de un restaurant, parecía esperar a alguien, miraba el reloj y luego a la calle con ansiedad. Estaba intranquila, como cuando se duda si quien esperas va a venir o no vendrá. Tenía un vestido que delineaba su cuerpo, sus senos, sus caderas. Para Raúl fue un fogonazo, se detuvo, disimuló viendo una vidriera cercana. La mujer pelirroja, bien maquillada, de boca sensual, era lo más interesante que le había pasado en meses.


Entonces llegó el hombre que ella esperaba, el hombre bronceado, atlético, elegante pero de malos modales, se bajó de un carro de lujo, su saludo fue: -¿Qué te pasa?¿Por qué miras así? Sólo llegué media hora tarde. Entremos. Raúl sabía que era mejor seguir, que la mala suerte de esa mujer bella no era su problema. Él era un tipo rutinario, daba clases de literatura en una universidad y ni siquiera se había ligado con alguna de sus lindas alumnas adolescentes que estuviera buscando una figura paterna para ilusionar su corazón. Él no, él era un tipo solitario y tranquilo que escribía novelas de misterio.


Ya había comido hace rato, pero entró en el restaurant italiano un momento después que Pamela y Giorgio. Pamela lo había mordido cuando la vio, con su sensualidad ponzoñosa, y su fragilidad. Tenía que salvarla, no sabía bien de qué, del tipo que la había mirado con displicencia, como los hombres con dinero miran a las mujeres que les gustan pero no les interesan, porque las pueden cambiar en cualquier momento. Ella se había relajado al entrar al restaurant. Su acompañante rápidamente llamó a un mesonero y pidió vino.


Así comenzó todo una tarde aburrida de domingo. Cuando ella sonrió definitivamente le clavó en el ojo la mordida. Raúl la miró atrapado por ese rostro, más bello cuando sonreía, ya no pudo huir. La siguió cuando se despidió de Giorgio. Porque no se fueron juntos, no eran pareja, no vivían juntos, sólo eran amantes y se veían eventualmente. Empezó a seguirla, aprendió sus horarios, sus rutinas. Trabajaba en una tienda de ropa para caballeros. Quizá allí había conocido al hombre del automóvil de lujo.


Raúl entró un día a la tienda, le preguntó por algunas prendas. La vio de cerca, la olió como se huelen los perros cuando la hembra está en celo. Le gustó su olor. De nuevo Pamela le mostró su sonrisa, era sólo una sonrisa cordial, de vendedora de tienda amable. Raúl seguía atrapado por la mordida del ojo, de esa primera vez que la vio. No se amedrentó cuando la vio salir nuevamente con Giorgio, cuando los vio entrar a un hotel. Sabía que era absurdo seguirla, pretenderla. Se sorprendió cuando una tarde la invitó a tomar un café y ella aceptó. Otro día la invitó a una restaurant modesto y ella también aceptó. Estaba cansada del trato displicente de Giorgio. Raúl era gentil, la trataba con respeto. Pamela se sorprendió cuando no volvió a verlo. Lo habían encontrado con un tiro en la sien en un callejón, pero ella no lo sabía.



Con este relato participo en el concurso Hispaliterario 32 cuyo tema es “La mordida entró por el ojo”. Invito a participar a @juniorgomez y @sacra97



THE BITE WENT THROUGH THE EYE


As soon as he saw her the bite went through his eye. That Sunday afternoon he was bored and decided to go for a walk around the city for a while. He saw her at the entrance of a restaurant, she seemed to be waiting for someone, she looked at the clock and then at the street anxiously. She was uneasy, like when you doubt if the one you are waiting for will come or not. She had a dress that outlined her body, her breasts, her hips. For Raul, it was a flash, he stopped, he dissimulated by looking at a nearby shop window. The red-haired woman, well made up, with a sensual mouth, was the most interesting thing that had happened to him in months.


Then the man she was waiting for arrived, the tanned, athletic, elegant but ill-mannered man got out of a luxury car, his greeting was: "What's wrong with you, why are you looking like that? I'm only half an hour late. Let's go in. Raul knew it was better to go on, that the bad luck of that beautiful woman was not his problem. He was a routine guy, he taught literature at a university and he hadn't even hooked up with any of his pretty teenage students who were looking for a father figure to make their hearts skip a beat. Not him, he was a lonely, quiet guy who wrote mystery novels.


He had already eaten a while ago, but he entered the Italian restaurant a while after Pamela and Giorgio. Pamela had bitten him when he saw her, with her poisonous sensuality, and her fragility. He had to save her, he didn't quite know from what, from the guy who had looked at her with disdain, the way men with money look at women they like but don't care for, because they can change them at any moment. She had relaxed upon entering the restaurant. Her companion quickly called a waiter and ordered wine.


hat's how it all started one boring Sunday afternoon. When she smiled she definitely bit him in the eye. Raul looked at her caught by that face, more beautiful when she smiled, he could no longer run away. He followed her when she said goodbye to Giorgio. Because they didn't leave together, they weren't a couple, they didn't live together, they were only lovers and saw each other eventually. He began to follow her, learned her schedule, her routines. She worked in a men's clothing store. Maybe that's where she had met the man with the luxury car.


Raul came into the store one day, asked her for some clothes. He saw her up close, smelled her the way dogs smell when the female is in heat. He liked her smell. Again Pamela showed him her smile, it was just a cordial smile, a friendly store saleswoman's smile. Raul was still trapped by the bite in his eye, from that first time he saw her. He was not daunted when he saw her leave again with Giorgio, when he saw them enter a hotel. He knew it was absurd to follow her, to pretend to follow her. He was surprised when one afternoon he invited her for coffee and she accepted. Another day he invited her to a modest restaurant and she also accepted. She was tired of Giorgio's lackadaisical treatment. Raul was gentle, he treated her with respect. Pamela was surprised when she never saw him again. He had been found shot in the temple in an alley, but she didn't know it.



With this story I participate in the Hispaliterario 32 contest whose theme is "La mordida entró por el ojo". I invite @juniorgomez and @sacra97 to participate.


Translation to english by deepl.com


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¡WOW!
Una historia cautivadora, la chica me tenía mordido. Jamás esperé el final.
Muy bueno tu texto, me encantó.
Cariños.

Muchas gracias por tu lectura y comentario, Germán. Me contenta mucho que te haya gustado el relato y te haya sorprendido. 🙂👍

Muchísimas gracias por la bonita invitación.
Siguiendo la historia con los detalles del ambiente y de los personajes, no sabía para donde íbamos o que podía suceder. Totalmente inesperado el resultado. Muchísimo éxito @beaescribe un abrazo.

Muchas gracias por tu lectura y comentario, querida @sacra97

No esperaba ese final. Te quedo buenisimo. Suerte en el concurso.
Saludos @beaescribe

Muchas gracias por tu lectura y comentario @mafalda2018 Y gracias por tus buenos deseos. Hay relatos muy buenos en el concurso.

¡Caramba mi querida @beaescribe! Me pregunto cómo un hombre como Raúl, vino a dejarse morder por alguien que estaba comprometida. Esa mordida les salió muy cara a ambos. Me encantó tu relato, pues tuvo un desenlace inesperado. Un abrazote y muy buenas vibras. 🍀☘️

Gracias por tu lectura, querida @numa26 El amor y el deseo son así, mi querida lectora. Cuando te muerde, cuando te atrapa te arrastra sin remedio. Un abrazo.