Sigo soñando con ella, y lloro...
Fuente: Pixabay
No sé qué:
estas llamando cansancio.
Porque no estoy cansado de verte,
de amarte con el corazón libre,
nunca agotado por las ganas,
ya lo intuyo claro.
Es extraño, lo siento en tu mirar.
Hoy, después de soñar despierto,
de verte sonreír de nuevo
vuelvo a mis adentros
con sinceridad de ciego
para decirte con esta misiva,
¡Amor mío vales el cielo!
y es importante que lo sepas,
ya tiemblan mis manos
pero sigues aquí y es
todo lo cierto,
un magno amor libre con pasión
infinita aunque ya
no vuelva a despertar…
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí!