Saludos, queridos amigos. Les dejo una reflexión que hice hace poco:
En una brisa helada se encontraba mis lágrimas, se habían secado con la fuerza del viento y con el dolor de mi corazón.
Miles de kilómetros habían destrozado mis sueños, mi estabilidad.
Y allí me encontraba solo queriendo una familia, amor y protección. Seguridad y paz.
Escuchaba el crujido de mi corazón, sentía el nudo de la garganta y la ansiedad en los dedos del pie.
Veía como se alejaba de mí en ese avión, todo lo que algún día soñé. Se quedó entre calles arboladas, a pie de una montaña y en días lluviosos.
Se quedó el sueño de una niña, y paso a un sueño realista. Lleno de dolor y sacrificios. Esa niña sigue anhelando un beso de su padre, unas palabras de amor y de aliento. Ver su libro abierto. Y una montaña fría como hogar.
En un país realista, donde los sueños murieron y tomo lugar la necesidad. A esa pequeña, le doy un abrazo por ser fuerte.
Por llorar, aunque se congelen las lágrimas, por gritar, aunque sus gritos se queden ahogados, por sentir, aunque sea demasiado.
Porque sentir significa que sigue viva y que aún hay oportunidad de reparar sus sueños y su corazón.
Espero les haya gustado, gracias por leerme, votar y comentar.
algunas veces tambien me he sentido asi, mal
Estamos en un mundo, en países, donde los sueños parecen lejanos, las metas imposibles y la realidad es demasiado dura. Donde ser adulto es ansiedad, estrés, dolor, al menos alguna vez todos nos hemos chocado con la realidad. Pero animo, porque todo es pasajero y la vida significa que podemos seguir luchando.
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