No debí regresar a casa ese día. Todas las señales me indicaban que debía permanecer en la cabaña de la montaña hasta la mañana del día siguiente.
El auto no quiso encender y, por más que lo intenté, no pude encontrarle la falla. Ninguno de los vecinos salía ese día para la ciudad y una densa niebla se apoderaba del entorno dificultando la vista. Sin embargo, yo estaba decidido a regresar ese mismo día, pues había adquirido un compromiso que no quería postergar.
Decidido a cumplir con mi compromiso, tomé el sendero de tierra que conducía a la carretera principal, para esperar un aventón que me acercara a la ciudad. La tierra estaba húmeda y los árboles que bordeaban el camino aún escurrían gotas de la llovizna que había traído la neblina.
Habiendo recorrido unos cuantos cientos de metros de la cabaña, la niebla se había hecho tan espesa que no se podía ver más allá del entorno de mis pies, pero como conocía el camino continué andando sin preocupación.
No había transitado mucho, cuando tropecé con un anciano jorobado que caminaba de regreso al caserío. Vestía un liquiliqui blanco ceniza, un sombrero pelo e guama que le cubría el rostro y un bastón de madera rojiza. Al chocar conmigo, batió su bastón contra mi pierna con cierta fuerza y en tono seco me dijo: “Mijo, le aconsejo que no atraviese la niebla porque la pelona está ahí adentro”.
Yo, algo molestó por la intromisión y por el golpe de bastón, le repliqué tratando de ser condescendiente: “Maestro, deje quieto al que está quieto y no trate de meterme miedo. Siga pa su rancho que yo conozco este camino hasta con los ojos cerrados”.
–La arrogancia no es buena consejera muchacho; sin embargo, le voy a colaborar pa que llegue al otro lado... aunque todo tiene su precio –dijo el viejo con tono relajado.
Se levantó el sombrero con el puño del bastón, y sus ojos eran de un negro intenso que parecía tener llamaradas de fuego en sus pupilas; sonrió con sus dientes ennegrecidos por el chimó que también le bordeaba la comisura de sus labios. Me tomó del brazo con una fuerza que no me esperaba en un anciano de su edad, y escupió con fuerza su negra y espesa saliva sobre el dorso de mi mano.
Rápidamente y asqueado busqué en mi bolsillo un pañuelo para limpiar su asqueroso escupitajo, y cuando levanté la mirada para reclamarle, el viejo ya no estaba. La niebla comenzó a disiparse y me encontré a la orilla de la carretera, donde me recogieron unos campesinos que bajaban a la ciudad.
Después de ese día, mi vida ha continuado como siempre, sin mayores cambios; pero la mancha de chimó en mi mano nunca desapareció y cada día se apodera del resto de mi cuerpo que se va necrosando a su paso, quizá hasta el día en que lo cubra por completo, y entonces habrá llegado el final.
Todo tiene su precio.
veac021024
CONCURSO DE MICRORRELATOS DE LITERATOS: Tributo al escritor Miguel de Unamuno
...presentar microrrelatos en los que se use la niebla como recurso o imagen central que genere la pequeña historia narrada o se entrelace con ella.
Se participará con un microrrelato de entre 250 y 500 palabras.
Debe estar escrito en español.
Ese anciano es como gitano, o con aires así como de un diablo.
Muy bueno tu relato, hasta da para una segunda parte compartiendo otro episodio de su negra enfermedad.
El llano tiene sus misterios y algunos de viejos pobladores tienen ciertos dominios de la natualeza y sus elementales.
Gracias por apreciar y valor esta publicación.
Saludos.
Que gran relato, y me encantó escucharlo de tu propia voz.
Dios bendiga tu creatividad literaria.
!discovery 35
Me encanta leer esos relatos y darles un poco de misterio en la entonación. Que bueno que te haya gustado.
Gracias por la visita.
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“La arrogancia no es buena consejera”, ciertamente así es. La arrogancia puede cegar a cualquiera. Escucha al anciano sabio, pues su experiencia es un tesoro invaluable. La humildad y el respeto abren puertas que la rebeldía cierra. Debemos aprender de quienes han recorrido el camino antes que nosotros.
Como dice el refrán popular: "mas sabe el diablo por viejo que por diablo", y realmente hay mucho saber en nuestros viejos campesinos.
Encantado de que te haya gustado el relato. Saludos.
Impresionante mi estimado Eliezer, escritos que te hacen entrar al mundo oscuro y a la vez sentir algo de satisfacción por ello.
El lado oscuro siempre está latente, más cerca de lo que creemos y más terrible de lo que deseamos.
Saludos don Rich.
Buen relato @eliezerfloyd !
El anciano le echó una maldición con el escupitajo porque no soportó esa arrogancia de juventud...Se suponía que el chico tendría otros modales pero su orgullo venció su razón. A la larga esa actitud generó consecuencias...
Suerte en el concurso!!!
Una maldición que le salvó la vida en el momento, pero que le dejó secuelas, porque "todo tiene su precio".
Gracias por los buenos deseos.
Felicitaciones, es una narrativa que atrapa, buen uso del diálogo y la intriga en el relato. Da hasta escalofríos, ¿sabe?
Ese relato me tenía atrapado, desde que se estaba fraguando en mi cabeza, aunque quedó un poco resumido debido a la limitante de las 500 palabras.
Me alegra que lo hayas disfrutado, con escalofríos y todo.
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Un placer escribir para esa prestigiosa comunidad, que constantemente me brinda la oportunidad de expresarme en letras.
Gracias.
Buen relato como acostumbras a regalarnos. Me gustó la atmósfera que has creado con tan pocos elementos. Y, por supuesto, hay que hacer caso a las señales.
Me alegra mucho verte por aquí con tus relatos. Un abrazo muy grande @eliezerfloyd.
Las señales siempre deberían hacer clic en nosotros, porque siempre hay algo que está por llegar.
Encantado con tu visita.
Hola, amigo @eliezerfloyd.
Me acabo de deleitar con esta historia envolvente en la que lograste sumergirme en una atmósfera inquietante desde el primer momento. Mantienes esa sensación de misterio e incertidumbre hasta el final.
La parte en la que mencionas: "la mancha de chimó en mi mano nunca desapareció y cada día se apodera del resto de mi cuerpo..." me mató. ¡Qué vaina tan buena!
Amigo mío, cuando sea grande quiero escribir como tú, pura excelencia.
Un fuerte abrazo desde este lado de la pantalla. Esto es para leerlo más de una vez y compartirlo.
El chimó, como el alcohol o el cigarro (la mancha), es una sustancia que lleva latente un daño a largo plazo.
Hay mensajes que se camuflan entre las líneas del relato.
Me alegra que te haya guastado y que lo hayas disfrutado.
Muy lindo su relato, donde enaltece la sabiduría de los ancianos y se recrimina la soberbia. Saludos
Los ancianos, sobre todo los del campo, tienen saberes que trascienden el conocimiento, y eso hay que respetarlo con humildad.
Saludos amigo.
Un lectura con una atmósfera inquietante. Ya esperaba que el final no fuera bueno para tú protagonista pero lo de la mancha de chimó fue muy original.😉
Saludos @eliezerfloyd y gracias por compartir tu cuento. 🌻
Todo campo tiene sus misterios, con realidades que aveces sobrepasan nuestra capacidad imaginativa.
Un placer tenerte por mi blog.
Como siempre, mi querido queridísimo, traes debajo de la manga los dichos de nuestros abuelos. Bien enlazados con tu historia. "Deje quieto lo que está quieto" mala respuesta, a la oferta del viejo, del sombrero y el bastón. Finalmente, pudo cobrarse la ayuda. Te dejó la marca del camino de la niebla. Un abrazo cariño. Buenas vibras.
🤗 🍀☘️😍
Cuando un viejo sabio nos lanza una advertencia, es mejor prestarle atención y seguir su consejo, pues su experiencia y saber los ha llevado sobradamente por esos caminos que otros están comenzando a transitar.
Saludos mi querida profe.
Gracias por el apoyo, estimado profe.