A encontrar la gloria me he dedicado,
Pero la búsqueda me ha frustrado.
Más, desaforado, continúo en la adversidad.
He rebuscado en la mujer, en su piel.
En su compañía incondicional.
En su amor irracional.
En sus besos dulces como la miel, a veces de hiel.
Eso me condujo a husmear en las praderas de la verdad,
Pero a su vez sentí curiosidad,
De conocer la infidelidad, su pecar.
Hasta adentrarme en el engañoso y esperanzador nácar.
Con cortesanas una vez mas experimenté,
Cual hortelano me alimente.
Escudriñando su flor de lis,
Mágica flor del placer, me perdí feliz.
Me despedí impávido, al encaminarme.
Pues en sus siluetas la gloria, mientras me alejaba, divisé.
Más, estaba hipnotizado y ávido,
De probar de la tentadora Esfinge.
Empero por mi longevidad y ética, debí finalmente alejarme.
Caí en en un agujero, tal portal.
Que vislumbraba metafísica,
Todo lo que es y podría ser, de una masa fantástica.
En un aluvión de orbes. Sensacional.
Mi decisión jamás había sido más exquisita.
Un día inmerso en un cielo sin color.
Moría en el ocaso, el prismático demonio amarillo que a un sol imita.
Dejando a la noche caer su velo sin pudor.
Dispuse de una lucerna con la visión perfecta,
Desvele, viendo como se dibujaba la blanca circunferencia célibe,
En su Zenit despedir rayos de luz a diestra y siniestras al agua predilecta;
En medio del Gran Agujero Azul en Belice.
Era difícil transfigurar las hélices cercanas
Pero alcance a ver en el linde de la apartada por mi mano
El reflejo de un joven ajado por sirenas arcanas.
Volviendo en un chasquido a mi búsqueda en vano.
Quise caminar por un campo minado.
El infierno que por conocido lo hace menos tenebroso que un paraíso a conocer.
Era algo que no había intentado emprender.
Efectivamente todo hubo explotado,
En una acuciante voz que me hacia entender,
Que el resultado ha de doler
Entonces caminé airado.
Pero el despertador ya habría sonado.
Y me levante feliz y decepcionado un poco
Tal vez parezca loco
Pero en momentos anhelo aquel sueño
Del que conquisté, del que fui dueño.
Finalmente comprendo perfecto.
Nada está por estar.
Todo tiene causa y efecto.
Y a veces debes detenerte a pensar.
Con otros ojos mirar,
De otra forma escuchar,
Despacio saborear,
La vida y su andar.
De esta forma desde el mas allá como le dicen a este lugar.
Me di cuenta que no en cualquier algo o cualquier nada puede estar la felicidad
Cuestión de apreciación, infinita divinidad.
No obstante, tú atreverte debes, a explorar.
La gloria es la felicidad,
En vano la he buscado,
Estando tan rebuscado,
No pude discernir que tanto dentro, como fuera de mí está.
Por que ya se habría agotado mi longevidad.
Contenido Original
Fuente de Imagen: Estandarte.com
Imagen editada con: SnapSeed
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