Lo siento hermano; ya es TARDE
— Wow, esa si que es una compra, ¿donde estabas y por que tardaste tanto? Debiste avisarme, te habría acompañado. —Puntualice—
— «¿No es obvio acaso?, fui de compras, Holaaa?!!»
«Hermano, un tráfico terrible. Tranquilo deja de sobre-protegerme tengo tu edad y puedo cuidarme sola.»
«He negociado las vacas que pudimos birlar al vecino, y aproveché para salir de compras pues, debía seleccionar las mejores verduras para aderezar los cerdos que matamos.» —Rebatió con rebeldía propia de un mujer basta de experiencia pero, con evidente ingenuidad, tal vez...
—¿Los cerdos?. — Pregunté con ánimo sarcástico de corregirla.
—El cerdo, digo. Corrigió con ademán de desconcentración.
—Por más debo acompañarte...
— Despreocúpate no creo que lo note, jamás sospecharía de sus vecinos, de igual manera, la finca que nos dejo papá la mantenemos como podemos y de momento tiene lo necesario. Podemos desviar cualquier sospecha.
— Bueno no creo que se haya dado cuenta de que no está.
— Te aseguro que no lo notara y creeme, no le hará falta.
— ¿Y por que tan segura?.
— Solo lo sé. Vamos, veamos como sigue la finca y de que el cuidador esté bien...
—«No sé qué tenía ese cerdo viejo que ella quiso tanto matar...»—
— Pues no, no sabemos nada oficial, ¿cuando sucedió?. —Curioseé— Justo íbamos para la finca...
— El acontecimiento se dió aproximadamente a la 1 a.m. del día Miércoles 16. Ya tiene mi número telefónico, agradecemos nos informe si sabe de algo. –Contesto la voz al otro lado de la línea.
— Sí oficial, si nos enteramos de algo se lo haremos saber de inmediato. –Aseguré.
— Buena Tarde. –Cortando la comunicación el oficial.
Salí hacia el auto. Katy preguntó por qué tardé, pero estupefacto sacando cuentas del reciente día anterior preciso que matamos el cerdo, solo no contesté. No quise decirle para no inquietarle además, solo era un cerdo lo que matamos... Sin mencionar el robo de las vacas.
En la finca estaba todo en orden. En la finca vecina solo se apreciaban cintas policiales, cámaras, patrullas y en resumen, la investigación de una escena de crimen.
Katy recordó de pronto que debía cobrar "el negocio" así que salimos. En camino, me pidió que fuese yo quien cobrara puesto que se empezó a sentir mal; quiso que la dejara en casa y en efecto, eso hice.
Con el dinero ya, iba en camino a casa pero se me antojó una cerveza y estacioné en un bar lugareño clandestino. Recibí una llamada telefónica una vez mas, del comando, en el momento justo que llevaba la botella a mi boca para festejar con la refrescante bebida.
— Sr Gary, habla el comisario Torres, hemos detenido a su hermana por el asesinato del Señor Joseph Brahmas dueño de la finca vecina a la de ustedes. Debe venir para alegar. «Calle 115, Av. 5ta - Valle Alto». –Lo que logré retener... nunca lo olvidaré–
Un nudo en la garganta evitó que el frío liquido se deslizara por mi garganta, nervioso, estropee mi camisa derramando el liquido. Con torpeza deje el dinero respectivo de la cuenta saliendo veloz y trémulo al auto. Pude acelerar mas de lo que mi estado me permitió. Llegué rápido relativamente.
El comando estaba repleto de criminales, los oficiales hacían su trabajo rutinario, y ella, Katy estaba allí parada de espaldas a la pared que contenía el blasón policial, siendo de esa manera fotografiada para lo correspondido. Esbozó hacia mi una sonrisa de tranquilidad casi invisible, casi imitando a un cuadro que ví una vez en la ciudad, «La Gioconda» –consideré absurdo el gesto.– antes que se la llevaran esposada a una celda femenina por lo que entendí a simple vista. Yo permanecí atónito en todo momento, no funcioné normalmente, estaba, pues, en trance.
Un uniformado se acercó y me preguntó si yo era su representante y dije que sí, sin pensar.
Sugirió que lo acompañara a su oficina y sin preámbulo comenzó a dispararme diversas preguntas a las cuales solo respondí si y no, pues, mi alma estaba en los zapatos de Katy en ese momento, no recuerdo como logre eludir realmente las audaces preguntas pero al fin salí ileso de su oficina hacia al encuentro con Katy para hablarle los minutos que le concedieron.
— Hola. – Saludó —valga la redundancia— avergonzada pero tranquila, como si esa tragedia la llenara, como si encontró paso a un callejón sin salida; como despertando en un sueño disfrazado de pesadilla, así como si no importara nada mas en adelante, ni el vacío porvenir de sus días. ¿Estarían llenos de calma y paz interna?; éso luego lo comprendí...
— ¿Como paso? Pregunte incrédulo.
— El dinero, ¿lo tienes? –Concretó, evadiendo mi pregunta. Lo sé.
— Sí, lo llevo en el auto.
— ¿Acaso estás loco? Mira, solo puedo decirte que se lo mereció ese cerdo. Coge el dinero para ti, ese fue el principal propósito. Vete lejos, vende todo y empieza de nuevo, recuerda: tengo tu misma edad y se cuidarme sola. —Recalcó con humor.
— ¿Que? No!.
— Debes hacerlo o podrían culparte a ti también, yo estaré bien.
— ¿Por qué Katy? No puedo entender todo esto... Si vas a estar ausente y dejarme en esta posición en la que te debo reprochar, por lo menos explícame, carajo!.
— Gar, vete, algún día lo sabrás y entenderás. Tal vez...
Te comportas como niño.
— Velo como quieras pero necesito saberlo Katy, ¡demonios! ¿no entiendes qué será vivir, sabiendote encerrada por asesinato; obviando todo este maldito espectáculo?.
—Por que abusó de mi! Si!? Era un «malnacido».
Papá era amigo de ese bastardo... Una vez, estando mamá ausente por los viajes de negocios; tu estarias con la abueña, me llevó a visitarlo en su finca pero papá tuvo que salir de pronto y confió en el. Me mostró sus animales. Me entretuve, en especial con uno de sus cerdos, pero éste me tumbó al piso embarrandome de lodo el vestido nuevo. El insistía en llevarme a su regadera. Yo no quería...y...
— «Señorita, se acabó su tiempo» –Interrumpió el oficial a cargo.
— Espere oficial, un minuto más por favor.
— Lo siento caballero, ya es tarde.
— ¡Katy!.
— Lo siento hermano, ya es tarde.
FIN
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