MADRUGADAS|PARTE I

in Literatos7 months ago (edited)

MADRUGADAS

Paredes de rojo color vivo. Insensata pasión que nos desata después de meses de anillos sin compromisos. Yo lo creía mi mundo, parecía del todo perfecto, solo bastaba con una de esas miradas tuyas que me roban el alma y tu sonrisa tan amplia que hace que pierda el control sobre mí. Acostados en la cama mirando hacia el techo, me tomas de la mano, y no para darme un beso, sino para estrujar cada uno de mis deditos y sin excusas comenzar a pelear. Y eso nos encanta, revolcados de un lado a otro, alandote cada punta de tus negros y esponjoso cabellos, y tú, llenándome de mordiscos, que aunque duelen, te devuelvo la pelea y seguimos jugando a ver cual de los dos se resiste. Malamente siempre pierdo yo, y eso no vale, eres grande, rudo y fuerte, y yo, Jajajaj, yo apenas soy pequeña, delgada y frágil.
Eres mi oso de cariñosito.
Me hablas de tus grandes historias, experiencias acumuladas a pesar de tu corta edad. Y es que sabes mucho, suficiente como para enseñarme lo que hoy he aprendido y mucho mas.
Tus pupilas asomadas y de profundo caracter penetrante; tus ojos de pestañas tupidas, negras y largas que me observan como si siempre quisieras expresarme algo, ya sea para charlar o por alguna de tus idioteces que hacen que ría carcajadas a más no poder. Solo pasan segundos y ya tus grotescas manos recorren cada parte de mi cuerpo hasta el mas íntimo rincón. Esos momentos en que se me pone la piel de gallina y te digo que es por el frío; que excusa tan barata la mía, no admito el poder que tienes sobre mi y eso me obliga a mentir.
Me vacilas, sonríes y ya tu cuerpo está sobre mi. Puedo sentir la euforia viajando entre mis venas. Acariciandote el rostro te empiezo a besar y mordisquear tu labio inferior que tanto me gusta, de hecho, me encanta. Puedo sentir la calidez que quema cuerpo con cuerpo, el deseo inmenso e infinito que grita a los cuatro vientos el derecho a que seas mío, solo mío y de nadie más. Derecho a sentirte dentro de mi.
Adoro estos momentos, es como si detuvieramos el tiempo y murieramos de placer. Siento que siempre hacemos el amor. Momentos de perfección y sudor que corre por tu espalda y mis uñas clavadas en tu piel, a veces dibujan corazones y dejan marcas.