Un encuentro insólito
La chica corre por el sendero despreocupada escuchando música a todo volumen con sus modernos auriculares inalámbricos. Una rutina que ejercita tres veces por semana en el área boscosa aledaña al complejo residencial enclaustrado en plena naturaleza.
Hacía tres meses que ella y su esposo, luego de obtener un préstamo bancario, hicieron realidad el objetivo de la casa de ensueño. Además, el teletrabajo permitió romper las ataduras a la oficina y evitar atascos en las mañanas y las tardes.
El aire puro expande sus pulmones como solo lo hizo cuando era pequeña y vivía entre las montañas, hasta que sus padres, en busca de bienestar se mudaron a la gran ciudad.
Hermosos pájaros de distintos colores y tamaños la deleitaban con el trinar armonioso como si de una orquesta se tratara.
Sentía con intensidad el retorno a lo natural por momento, sin perder la comodidad de la modernidad al regresar al hogar acogedor que motiva el trabajo para pagar la deuda contraída.
Detiene el paso al ver al borde del camino a un enorme oso negro que la observa. Recuerda, no sabe de donde, el consejo de quedarse quieta e ignorar al animal con el ánimo de evitar llamar su atención.
El oso avanza lentamente hacia ella con curiosidad y con su gran pata delantera la toca con suavidad en el muslo, y voltea esperando que ella reaccione.
No siente ninguna energía agresiva en el, solo curiosidad. Así que, instintivamente sin prisa toma una selfie. El oso mostró por momento su mejor ángulo como si le importará ser fotogénico.
Pensó en que nadie le creería si no tuviera evidencia del insólito encuentro.
El oso se posó en cuatros patas e inmóvil vio a la mujer proseguir en forma paulatina la marcha.
Ella avanzó cerca de veinte metros sin mirar atrás, confiada en que el majestuoso animal la dejaría ir sin inconveniente. No soportó la curiosidad y volteó sin desmayar el paso. Allí, aún estaba el oso observándola, pero muy adentro de sí, supo que no la atacaría, de haber querido, ya sería una historia triste de una chica desaparecida.
Jamás olvidaría el insólito encuentro con la bestia de alma amistosa y del cual guardaría el testimonio para sorpresa y asombros de sus amigos.
Fin
Imagen de François BENOIS en Pixabay
Una micro ficción original de @janaveda
Imagen de portada jplenio en Pixabay
Fugaz, pero significativo. Me gustó mucho. A veces tenemos más miedo de ellos que ellos de nosotros. Muy bonito. Saludos.
Hola @gislandpoetic,
Muy contento por tu comentario.
Gracias por pasar.
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De nada @janaveda, es un placer 😊👍 ¡Gracias por su participación de lesiones!