Un relato muy ocurrente, mi amigo. Sí, de seguro, son conscientes del cautiverio, y quizás, esperan que detrás de la pared invisible está el amplio mar. No están locos, pero si ignoran el destino que les espera si se rompe su jaula.
Un abrazo en la distancia, mi querido Félix.
¡Hola, mi estimado Javier!
Una idea que estuvo dando vueltas en la cabeza, sin llegar a tomar forma, hasta que me puse frente al teclado y palabra a palabra fue tomando forma. Como si mientras pulsaba cada letra se formara la siguiente frase.
Leí tus dos relatos navideños, pero no los comente, pues mi espíritu no estaba en sintonía con la emoción y sentimiento. La añoranza acumulada que se suele presentar en estas fechas hizo presa en mí, bloqueándome hasta que finalmente paso y me dispongo a celebrar.
Un fuerte abrazo.