En casa de Smith nos sentamos en la sala a conversar:
-¿Tienen el paquete? – preguntó el anciano.
-El sujeto no se encontraba, al parecer los guardianes lo seguían y decidió esconderse en otro lugar. Una vecina comentó que pudo haber ido a la Avenida Principal – contesté.
-¿Hace cuánto tiempo salió del departamento? – preguntó Smith.
-Aproximadamente dos horas – respondió la muchacha.
-Es posible que haya ido a una casa refugio. Tú encárgate de vendarla, yo y el nuevo iremos tras el paquete – dijo Smith al joven.
Salimos como flechas rumbo a la avenida. A unos doscientos metros de un semáforo decidimos separarnos e indagar en las casas refugio. Smith me explicó la dirección de dos de ellas.
De repente todos los semáforos y luces de edificios circundantes se apagaron, apenas quedó encendida una luz en la carretera. Me estaba acercando a una de las casas refugio cuando se abre la puerta y sale un sujeto con tres maletines. Sin duda alguna era el hombre que buscábamos. Comencé a acercarme rápidamente para interceptarlo. De repente lo atropella una camioneta negra. Unos sujetos armados se bajaron y decidí esconderme detrás de un depósito de basura. Aquellos hombres dispararon sin compasión al sujeto. Sus armas iluminaron la noche de manera artificial. El cuerpo baleado en el suelo parecía un manantial de sangre originando un río y aun muerto se aferraba a una pequeña envoltura, a un paquete.
Los asesinos quemaron el cuerpo en plena calle, nadie se asomaba a mirar lo sucedido desde las ventanas. Arrebataron de su mano el paquete y lo alzaron en señal de triunfo. Decidí correr fuertemente hacia ellos entre la oscuridad dominante y lo único que vieron fue mi sombra tomando la cajita. Todo sucedió tan rápido, no pudieron ni siquiera dispararme.
Los hombres armados encendieron linternas y comenzaron a buscarme desesperadamente entre algunos arbustos de los alrededores. Hubo un instante en el que quedé acorralado y no tuve más opción, comencé a correr. Inmediatamente me divisaron y sobre mi cabeza volaban las balas a una velocidad increíble. Decidí esconderme en un edificio pequeño, mas fui descubierto. Ya estaban en la puerta principal, no podía salir, ni mucho menos lanzarme como antes. Uno de ellos se quedó cuidando la entrada, mientras que el resto subía las escaleras para atraparme. Llegué al piso diez y último del edificio, no tenía otro lugar a donde ir. Por más que toqué las puertas nadie abrió a ayudarme. Ellos llegaron y me exigieron el paquete. No tenían uniforme militar ¿Quiénes eran esos hombres? Pensaba.
Sentía mi fin, el corazón latía demasiado rápido. Entonces la tierra tembló y el edificio empezó a estremecerse. En sus paredes se abrieron grietas y comenzó a desmoronarse. Los asesinos rodaron por las escaleras, un trozo enorme de concreto les cayó encima provocando una gran explosión de sangre, esta llegó a mi rostro. Los bloques de hormigón caían como gotas de lluvia rompiendo docenas de viviendas. Entre piruetas y saltos logré salir del diluvio sólido. Ya en terreno abierto observé la destrucción de al menos tres edificios medianos.
No tardaron en llegar las ambulancias y los militares, decidí retirarme del lugar tomando un camino a través de la maleza. Llegué a un arroyo donde agitadamente abrí la caja. Dentro había un anillo de gema roja. Comencé a pensar. ¿Por qué era tan importante un insignificante anillo? ¿Vale la pena arriesgar la vida por esto? Por más que trataba de entender no lo lograba. Ya molesto e indignado lo lancé al río.
Comprender en ese momento era imposible. Hay gente que busca sobrevivir asustando a otros y ellos mismos están asustados. Personas que como yo buscan una vida en el presente. Quizás lo mejor que me pudo haber pasado fue perder la memoria. Algunos se dedican a dar un salto de posición en el mando social para formar parte de algo ridículo y sin sentido como es la sociedad desigual. Son tan tontos esos que piensan en millones de sellos para superar al hombre que los fabrica. Un anillo valioso jamás nos va a acercar al productor de sellos. Para nada resolvería nuestros problemas.
¿Por qué Batiks no comparte sus riquezas con todos? ¿Será porque cree que él se lo ha ganado?
Tanto las imágenes como el texto son de mi autoría
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Excelente. Buen trabajo.
Hola sigo escribiendo próximamente
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