Lo vieron mis ojos,
simultáneamente
con lo que esa noche
se marcó en el tiempo:
la luna en el cielo,
la flor en la rama,
la luz penetrando
por una ventana
haciendo de pétalos
al rozar su espalda.
¡Cómo la alumbraban
de hermoso los rayos!
Mi mano, nerviosa,
buscó la guitarra.
Su cuerpo alumbrado
me dio su cintura.
Mi mano alumbrada
rozó su silueta.
Su cuerpo nervioso
sonó sus acordes.
La vieron mis ojos
que estaban cerrados
mientras la miraban.
¡Grande era la luna
que tenía en el alma!
¡Brillante la rosa
que a mí me entregaba!
La miré en sus ojos
que estaban cerrados,
que estaban de luna
cuando me miraban.
Nos miramos todo
sin decirnos nada
y no hicimos nada
sin decirnos todo;
así fue esa noche
de luna en su espalda.
Imagen hecha en Canva
Me gusta esa última estrofa! Siento que este poema está tan lleno de imágenes, visuales y sonoras, que no sé dónde comienza el cuerpo de la mujer, el de la guitarra y la luna. O tal vez, no sea necesario. Saludos, amigo
Agradezco tu amable apreciación. Saludos.
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@tipu curate 8
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Que lindo. Me gusta mucho cuando las personas incluyen a sus temas al universo o algo relacionado a este, pues tiene mucho poder. Saludos, me gustó leerte
Gracias por tu amable visita.