Entrada al Concurso de microrrelatos de Literatos | ¿EL MUERTO VIVIENTE?

in Literatos4 hours ago

En este nuevo concurso se quiere resaltar la ironía y el humor de lo que significa la muerte. Aquí el link para participar

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El cinco de octubre moría Don Jacobo, conocido como Yago. Era el sastre del pueblo. Todos acudían a él para cualquier reparación o hechura a la medida. Su fama se había extendido a toda la comarca. No tenía familia. Por eso, los amigos y allegados, decidieron que el funeral se haría a cuerpo presente en una noche de cervezas. La idea era olvidarse de que la muerte fue triste e inesperada. Todos debían vestirse adecuadamente para la ocasión. Claro, todos menos Isnardo, el efusivo, agradecido y ocurrente fotógrafo. Posteriormente, lo llevarían al cementerio para darle cristiana sepultura. En el funeral la música alegre resonaba mientras, Domitila, la eterna novia de Yago, observaba la urna en solitario. Ella era mal vista por los amigos de Yago.

Entre cerveza y cerveza, la extraña fiesta a la nueva vida comenzaba. La muerte en una imagen… Un contraste entre la celebración y la solemnidad. La muerte nunca fue tan entretenida para los asistentes, excepto para Domitila. Ella recordó el poema, la guitarra y la ropa… Sus manos estaban temblorosas. Decidió acercarse más al ataúd. Un escalofrío recorrió su cuerpo lentamente.

-Tengo una sensación extraña. No sé definirla. Pareciese que estuviera dormido. Aunque Isnardo dijo que, tuvo en sus manos el certificado de defunción, no me atrevo a preguntar nada.

Los amigos comenzaron a contar anécdotas de la vida del difunto. Se acercaba el momento de partir. Cerraron la urna. Las flores volaron una a una sobre el ataúd. En ese momento una cálida luz emerge de repente y muchas luciérnagas se asoman para guiar al difunto por el camino.

Al llegar al cementerio, en la oscuridad de la noche, donde los estados emotivos confluyen más allá del tiempo y del espacio, se escucha un alboroto. Los ojos de los asistentes intentan adaptarse a la oscuridad para ver qué está pasando. Fuertes risas emergían desde las tumbas. Comenzaba la danza de los esqueletos para celebrar su herencia.

-Ya era hora se decían.

-Perdón por la tardanza amigos míos.

-La tardanza no importa, lo único que importa es que trajiste el dominó. Ya nos habíamos aburrido de contar chistes y cuentos.

Al final todos rieron a carcajadas. Quizás la muerte no es lo que parece…

¿EL MUERTO VIVIENTE? por María del Carmen Sánchez Copyright© 2024

Noviembre 05, 2024