Caminaba sin rumbo aparente por la avenida principal. Ya no era necesario enfrentar su miedo a la multitud. Sus pensamientos estaban tan avocados a preparar la manera de contarle a Brian toda la verdad, que apenas reparaba en las personas con las que se cruzaba.
Todas las miradas se fijaban en ella. Con su cabello corto y dorado, sus pómulos pronunciados y sus ojos grandes, adornados por unos labios carnosos de un rojo intenso, tenía la figura de una reina de belleza.
Pero bajo esa hermosa fachada se contenía una enorme angustia. Su rápido caminar ocultaba el hecho de que era un manojo de nervios, que sus manos temblaban al imaginar las posibles reacciones de quien pusiera en ella toda su confianza y resultara traicionado.
Brian no escatimaba recursos para vengarse en sus enemigos. Sin embargo, contarle la dolorosa verdad no era una opción, era la única forma de salvar la vida de sus vecinos.
Llegó hasta una de las mesas públicas de un conocido café y se limitó a pedir una taza de té negro. Sacó un pequeño papel de su bolso, y en él estaba escrito un pequeño discurso que pretendía memorizar.
Cuando el mesero colocó el té sobre la mesa, su teléfono sonó repentinamente, causándole un sobresalto que casi le hace derramar su bebida.
—¿Se encuentra usted bien? —preguntó el mesero con cortesía.
—Sí, descuide —se limitó a responder, haciendo un gesto de rechazo con la mano.
La llamada era de Brian. Deseaba saber dónde se encontraba ella para poder verse. En ese momento él no tenía idea de lo que estaba por enterarse.
—Teresa, ¿dónde estás? Necesito verte cuanto antes —dijo algo ansioso.
A Teresa le temblaba la voz, pero acordaron hablar en el parque de la calle diez, como de costumbre.
—¿Le pasa algo a tu voz? —preguntó Brian.
Teresa negó con la cabeza.
—¿Teresa, me oyes? —insistió.
—Sí, te oigo… nos vemos en el parque en veinte minutos —respondió y colgó rápido el teléfono.
Lo difícil de fingir una vida es que debes decir muchas mentiras para mantener la farsa, y entre tantas mentiras siempre sale gente herida. Teresa llevaba una vida ficticia, una donde era inocente de todos los crímenes de su pasado, pero jamás pensó que llegaría el momento de tener que elegir entre ser la víctima o la victimaria.
Se quedó allí, callada y con la mirada perdida, pensando en su decisión. Diría toda la verdad, salvaría a dos personas maravillosas, pero no estaba dispuesta a morir como mártir por hacer algo bueno por primera vez en su vida.
Abrió su bolso y sacó algunas monedas para pagar su té, y mientras lo hacía, se percató del destello plateado de su revolver. Lo puso lentamente y con cuidado en sus manos, y se aseguró de que estuviera cargado.
Brian solía reaccionar violentamente ante las traiciones… ella reaccionaba violentamente ante las amenazas. El parque de la calle diez se convirtió esa tarde en la escena de un terrible suceso.
Este es un ejercicio de escritura basado en la narración. La escena se describe desde la optica del narrador quien conoce todo los detalles, hasta lo que piensan sus personajes. La idea, sin embargo, es que el narrador no cuente todo de una vez, sino pequeños indicios bien desarrollados para que el lector descubra la secuencia de sucesos. Verá que los diálogos son escasos y oportunos. En este ejercicio se deja el final sin definir sus detalles para que el lector termine de construir el relato según su propio criterio.
Gracias a estos testigos por su apoyo constante y orientación, ustedes merecen un voto de confianza: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a
He walked aimlessly down the main avenue. It was no longer necessary to face his fear of the crowd. Her thoughts were so intent on preparing a way to tell Brian the whole truth that she hardly noticed the people she passed.
All eyes were on her. With her short, golden hair, pronounced cheekbones and large eyes, adorned by full, deep red lips, she had the figure of a beauty queen.
But beneath that beautiful façade was contained an enormous anguish. Her quick walk hid the fact that she was a bundle of nerves, that her hands trembled as she imagined the possible reactions of the one who placed all his trust in her and was betrayed.
Brian spared no resources to take revenge on his enemies. However, telling her the painful truth was not an option, it was the only way to save his neighbors' lives.
He made his way to one of the public tables of a well-known café and simply ordered a cup of black tea. She took a small piece of paper out of her purse, and on it was written a short speech that she intended to memorize.
As the waiter placed the tea on the table, her phone suddenly rang, causing her to startle and almost spill her drink.
-Are you all right? -asked the waiter politely.
-Yes, don't worry," he replied, waving his hand dismissively.
The call was from Brian. He wanted to know where she was so they could meet. At that moment he had no idea what he was about to find out.
-Teresa, where are you? I need to see you as soon as possible," he said somewhat anxiously.
Teresa's voice was trembling, but they agreed to talk in the park on Tenth Street, as usual.
-Is there something wrong with your voice? -Brian asked.
Teresa shook her head.
-Teresa, can you hear me? -she insisted.
-Yes, I hear you... meet me at the park in twenty minutes," she replied and quickly hung up the phone.
The difficult thing about faking a life is that you have to tell a lot of lies to keep up the charade, and among so many lies, people always get hurt. Teresa led a fictitious life, one where she was innocent of all the crimes of her past, but she never thought that the time would come when she would have to choose between being the victim or the victimizer.
She stood there, silent and staring blankly, thinking about her decision. She would tell the whole truth, she would save two wonderful people, but she was not willing to die as a martyr for doing something good for the first time in her life.
She opened her purse and took out some coins to pay for her tea, and as she did so, she noticed the silver flash of her revolver. She slowly and carefully placed it in her hands, and made sure it was loaded.
Brian usually reacted violently to betrayals...she reacted violently to threats. Tenth Street Park that afternoon became the scene of a terrible event.
This is a narrative-based writing exercise. The scene is described from the point of view of the narrator who knows all the details, even what his characters think. The idea, however, is that the narrator does not tell everything at once, but small, well-developed hints for the reader to discover the sequence of events. You will see that the dialogue is sparse and timely. In this exercise, the ending is left without defining its details so that the reader can finish building the story according to his own criteria.
Buen trabajo amigo.
Muy buen trabajo,amigo. Me gustó la nota al final para conceptualizar la narración. En mi blog también me didico a la escritura. Te sigo.