Reseña crítica para la presentación de la novela Atrapadas, de la autora Victoria Cabrales Gómez, Santiago de Chile, 16 de noviembre del 2024, Espacio Literario de Ñuñoa.
Hacer una observación panorámica sobre los diferentes aspectos que merecen lectura crítica e interpretación incisiva para desentrañar los temas que atañen a la literatura escrita por mujeres, más específicamente por nuestras escritoras latinoamericanas, pareciera tarea más fácil hoy, cuando ya se cuentan décadas de estudios dedicados a estos asuntos. Asuntos que, según la despectiva apreciación de muchos, son parte de un boom mediático, como si lo tendencial llevase un sello que de algún modo lo sentenciara a lo repetitivo hasta caer en la falta de contundencia. Voltear atrás la mirada con el propósito de seguir rescatando nombres femeninos del ostracismo en el que han quedado relegados, seguirá siendo por mucho tiempo (al menos eso espero) una tendencia, más allá de lo transmedial y las fiebres académicas transitorias. Olvidamos a veces que lo modal está en todo estudio, independientemente de la materia, pues, ¿qué buscamos entonces si no es eso que ha marcado pauta relevante ante el ojo del investigador tras denotar un patrón de repetición o reproducción, lo cual convierte a la cosa en sí en fenómeno?
Resulta ineludible distinguir el nexo. Absurdo ignorar la herencia que subyace en los argumentos contemporáneos de la literatura escrita por mujeres, amén de que aborden temáticas feministas o no. Pues, hemos venido trabajando genuinamente en superar esa supuesta orfandad de la línea materna que padece la literatura en nuestro continente, tesis que aboga la ginocrítica Cristina Eugenia Valcke Valbuena en su texto, Perspectiva de género en la literatura latinoamericana. Y para ello, el auténtico modo seguirá siendo el validar que “no estamos aceptando las cosas que no podemos cambiar, sino que estamos cambiando las cosas que no podemos aceptar” (Angela Davis).
Así se alza la novel autora Victoria Cabrales Gómez con su primera obra, bautizada nada más y nada menos que con el título de Atrapadas.
¿Cuánto enciende en nuestros cerebros esa palabra tratándose de un enfoque femenino? Pero, no hay alarmas si pasase desapercibida, a fin de cuentas, ¿no ha sido ese históricamente el orden natural de las cosas?
La novela, de producción independiente, editada y corregida por el colega cubano Ángel Escobar, se presenta con un frescor íntimo que conmueve al explorar la complejidad de las relaciones femeninas a través de generaciones. Marcada por el contexto de la pandemia COVID-19, la autora nos sumerge en el confinamiento de una familia de mujeres que se ven obligadas a convivir en un mismo espacio, forzadas a confrontar no solo el aislamiento físico sino también las historias y secretos de vida que cada una lleva consigo.
Resultan interesantes en este sentido los registros narrativos de los que hace uso su autora para dar voz a cada una de las personajes. Ellas evocan recuerdos que alegan distintos contextos históricos, políticos y sociales, lo cual matiza la obra permitiendo al lector avanzar entre recovecos sensoriales diversos. La elección de la primera persona, potenciando la escritura del yo y el artilugio de mutar quién cuenta en cada capítulo, ofrece una pluralidad de voces que desafían las narrativas dominantes. Cada mujer es portadora de su propia historia, sus traumas y sus sueños, lo que refleja la diversidad de experiencias que existen dentro del universo femenino.
Como una de las notorias ganancias del texto, destaca la vinculación estratégica que presenta en sus temáticas abordadas. Si bien hoy es felizmente común encontrar gran cantidad de obras sobre cuestiones femeninas, no es usual que estén relacionadas a la pandemia y los traumas que dejó. Sin embargo, Atrapadas maneja un hilo conductor en torno a estas tramas, que se prestan no solo como contexto objetivo sino también subjetivo para indagar y exponer la psiquis de sus mujeres. Por ello, el libro se erige como testimonio de resiliencia femenina.
Uno de los aspectos importantes de la novela es cómo Cabrales aborda las dinámicas intergeneracionales y los simbolismos que se desprenden de ello, pues, la figura de la abuela se convierte en un recordatorio de las limitaciones impuestas por su época. A través de sus relatos, se desnudan las expectativas sociales y los sacrificios que la marcaron, lo que invita a una reflexión sobre el papel histórico de las mujeres en la sociedad y cómo éstas experiencias han moldeado a las generaciones siguientes.
La madre, en contraste, representa una lucha por la autonomía y la búsqueda de identidad en un mundo que sigue imponiendo barreras. Sus anhelos y frustraciones resuenan como treta, revelando las tensiones entre el deber familiar y la necesidad de autodescubrimiento. Por su parte, las nietas simbolizan la esperanza; son el eco de un cambio donde los roles tradicionales pueden ser cuestionados y reinterpretados. A través de sus voces frescas, la autora sugiere que la nueva generación tiene el poder de reescribir su propia historia.
La narrativa en Atrapadas no solo se enfoca en el confinamiento físico, sino que explora el confinamiento emocional y social que las mujeres han experimentado a través de los tiempos. La casa de la abuela se convierte en un microcosmos donde se entrelazan los deseos reprimidos, los sueños olvidados y los conflictos no resueltos. Este sistema cerrado refleja las limitaciones que enfrentan en busca de autoexpresión. Además, es notable cómo Victoria incorpora el acto de escribir como una forma de resistencia, subrayando la importancia de contar desde la perspectiva femenina, reivindicando así el derecho a ser escuchadas.
Atrapadas es una obra que trasciende el simple relato familiar para convertirse en manifiesto sobre la condición femenina contemporánea. Victoria Cabrales Gómez logra tejer una narrativa que invita a la reflexión sobre los conflictos y desafíos, tanto emocionales como prácticos a los que se enfrentan las mujeres de su novela, que son perfectamente los mismos a los que nos exponemos diariamente todas, amén de nuestra condición geográfica, social o cualquier otro filtro que se le quiera añadir. Con una prosa evocadora y personajes cotidianos, esta novela no solo entretiene, sino que también empodera al lector al reconocer la fuerza inherente en las historias compartidas, promoviendo, potenciando la empatía en torno a las problemáticas de género.
Todas las imágenes utilizadas en este post son de mi propiedad.
A veces cuando más investigaciones hay realizadas sobre un tema resulta más difícil encontrar la manera de encausar un texto crítico. Pues, es más difícil decir lo que deseamos sin repetir lo que ya otros han dicho.
Pero estoy seguro que tu investigación sobre literatura hecha por mujeres en Latinoamérica tendrá una visión única, que como siempre nos hará ver lo que está más allá de lo superficial.
Ese es el caso de las reseñas literarias que haces y lo que has hecho con la novela que hoy presentas.
!BBH
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