> la soledad puede ser un maestro, una oportunidad para aprender a encontrarnos a nosotros mismos.
El verano llegó con su calor abrasador y su luz cegadora, pero yo estaba frío y oscuro dentro de mi corazón. Las calles bulliciosas y llenas de vida solo me recordaban lo vacío que me sentía.
Las playas estaban atestadas de risas y juegos, pero yo me sentaba solitario en la orilla, contemplando el mar en calma y tratando de encontrar algún consuelo en su inmensidad.
Los parques se llenaron de familias felices disfrutando del sol, pero yo caminaba solo por los senderos, escuchando los gritos de alegría como una tortura.
El verano debería ser una época de felicidad, de amor y de esperanza, pero para mí solo fue dolor, soledad y desesperación. El sol ardía en el cielo, pero yo estaba congelado en mi propia tristeza.
El verano pasó, y con él se llevó mis esperanzas y mis sueños. Solo quedó el recuerdo amargo de un verano vacío y doloroso. Un verano que jamás volveré a ver de la misma manera.
*Texto de mi creación
*imagenes de mi creación, (libre uso quien quiera usarlo)