La chica del Café
Estaba teniendo uno de esos días, es los que todo sale mal, como si el mundo se hubiera puesto de acuerdo para conspirar en mí contras. Seguro saben de qué hablo, a todos nos ha pasado alguna vez. Era tanto el agobio que decidí salir por un café. No suena nada fuera de lo normal, solo por el hecho que no lo bebo con frecuencia, pero aquel día el cuerpo me lo pedía a gritos para reanimar el ánimo. Lo otro era un whisky, así que la balanza se decantó por lo que en ese instante pensé más sensato.
Las pocas calles que me separaban de mi destino se me fueron en un abrir y cerrar. Absorto en mis pensamientos caminaba mecánicamente. Me sorprendió un poco cuando me encontré frente a la puerta de cristal y no podía recordar todos los detalles del trayecto que acababa de hacer.
Al entrar la calidez del sitio fue atravesando lenta, pero de forma agradable, las capas de ropa que llevaba hasta hacer contacto con mi piel. El local estaba repleto, las mesas, llenas de personas con sus portátiles aprovechando el Wifi gratis y el ambiente acogedor. Otras con grupos de amigos que conversaban animados.
Me acerqué al mostrador y me atendió un joven con una expresión amable pre ensayada. Le pedí un capuchino, le puse cuatro cucharadas de azúcar y volví a recorrer el lugar en busca de un asiento. No me apetecía tomar el café para llevar. Comer o beber en la calle no está entre mis cosas favoritas.
En el fondo vi una silla vacía en una mesa para dos. Una de ellas estaba ocupada por una chica con la mirada perdida a través de la ventana. Desde donde me encontraba no podía ver su rostro por la sudadera con capucha que llevaba y su espeso pelo castaño ondulado, que caía con gracia sobre sus hombros.
Fui acortando la distancia, sorteando alguna mirada que se posaba en mí por un segundo, para regresar a sus asuntos, dispositivos electrónicos o conversaciones. Me paré a su derecha y estaba tan lejos en sus pensamientos que no se percató de mi presencia.
-Hola, disculpa que te interrumpa. Me puedo sentar contigo, el local está lleno y no me gustaría tomar mi café en la calle- le dije.
Mi voz la sacó del trance. Primero volteó a examinar el lugar para confirmar que mis palabras eran ciertas. Posó sus ojos verde marino en los míos y asintió con la cabeza.
Le di las gracias y me senté a su lado en silencio. Tome un sorbo del café y estaba ardiendo, así que lo dejé sobre la mesa, no sin antes hacer una mueca por la temperatura del oscuro líquido que bajaba por mi garganta sin prisa alguna.
Una melodiosa risa brotó de la chica y me sentí algo apenado. Le devolví de manera torpe una sonrisa en respuesta a la suya.
-Deberían poner una gran señal de aviso en las tazas, "Riesgo de incendios y quemaduras graves”— comenté sin pensar.
-Eso y unos guantes gratis para manipular sustancias peligrosas— repuso ella señalando mi café.
-Me llamo Nate, escupe fuego a medio tiempo- le tendí mi mano para saludarla-
Se quitó la capucha dejando al descubierto su cabello y tomó mi mano. Al contacto con la mía sentí una fuerte conexión acompañada de una intensa corriente que recorrió todo mi cuerpo. La miré fijamente y pude notar que ella también experimentaba la misma sensación. Fue como encontrarme de golpe frente a la persona correcta y me inundó la certeza absoluta que mi vida no sería la misma a partir de ese instante. Solo no contaba con que el destino no me lo iba a poner fácil.
Continuará...
English
The girl from the Cafeteria
I was having one of those days, it's the ones that everything goes wrong, as if the world had agreed to conspire against me. Surely you know what I'm talking about, it has happened to all of us at some point. It was so overwhelming that I decided to go out for a coffee. It doesn't sound like anything out of the ordinary, just because I don't drink it often, but that day my body was crying out for it to revive my spirits. The other was a whiskey, so the balance favored what I thought was most sensible at that moment.
The few streets that separated me from my destiny left me in the blink of an eye. Absorbed in my thoughts, I walked mechanically. I was a little surprised when I found myself in front of the glass door and couldn't remember all the details of the journey I had just taken.
Upon entering the warmth of the place slowly but pleasantly passed through the layers of clothing I was wearing until it made contact with my skin. The place was packed, the tables, full of people with their laptops taking advantage of the free Wi-Fi and the cozy atmosphere. Others with groups of friends who chatted animatedly.
I approached the counter and was served by a young man with a friendly pre-rehearsed expression. I asked him for a cappuccino, put four tablespoons of sugar in it, and went back around the place looking for a seat. I didn't feel like taking the coffee to go. Eating or drinking on the street is not among my favorite things.
In the background I saw an empty chair at a table for two. One of them was occupied by a girl with a lost look through the window. From where she stood I couldn't see her face because of the hoodie she was wearing and her thick wavy brown hair, which fell gracefully over her shoulders.
I was shortening the distance, dodging any look that landed on me for a second, to return to their business, electronic devices or conversations. I stood to the right of her and was so far away in her thoughts that she didn't notice my presence.
-Hello, sorry to interrupt you. I can sit with you, the place is full and I wouldn't like to have my coffee in the street - I told him.
My voice snapped her out of her trance. She first turned to examine the place to confirm that my words were true. She fixed her sea green eyes on mine and nodded.
I thanked her and sat next to her in silence. I took a sip of the coffee and it was burning, so I left it on the table, but not before grimacing at the temperature of the dark liquid that unhurriedly went down my throat.
A melodious laugh broke out from the girl and I felt somewhat embarrassed. I awkwardly returned a smile in response to his.
-They should put a big warning sign on the cups, "Risk of fire and severe burns" - I commented without thinking.
-That and some free gloves to handle dangerous substances- she replied, pointing to my coffee.
-My name is Nate, he spits fire at half time- I held out my hand to greet her-
She removed her hood, revealing her hair, and took my hand. Upon contact with mine I felt a strong connection accompanied by an intense current that ran through my entire body. I stared at her and I could tell that she was also experiencing the same sensation. It was like suddenly finding myself in front of the right person and I was flooded with the absolute certainty that my life would not be the same from that moment on. I just didn't count on fate not going to make it easy for me.
To be continue...
Me alegraría que sugieran temas o ideas que les gustaría que desarrollará, ya sea en forma de poesía o narración. Me despido feliz de escribir para ustedes.
I would like you to suggest themes or ideas that you would like me to develop, either in the form of poetry or narration. I say goodbye happy to write for you.
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Igual como la chica Randon que se cruza en el transporte, pero a la que no le hablas nunca
Algo así, pero debería hablar con esa chica random la próxima vez
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