El chico sobre la bicicleta empezó a aparecer una mañana de junio. Concretamente, ella empezó a notarlo para esa fecha, porque él tomó por costumbre saludarla. Primero, fue un leve pero perceptible movimiento de cabeza. Luego fue levantar la mano y agitarla en el aire, y después un sonoro ¡hola! que acompañaba de una sonrisa.
La chica no entendía nada, al principio no sabía si los saludos eran para ella o se los estaba imaginando. Aun así, los respondía por educación. No podía perder nada con devolver un saludo inocente, después de todo, el chico no parecía un pesado con intención de acercársele.
Pero un día se encontró caminando motivada al trabajo, preguntándose si llegaría a tiempo para ver al muchacho de la bicicleta. Sus horarios coincidían unos minutos, e imaginaba que, de llegar solo un poco más tarde, lo perdería de vista por ese día. Por alguna razón le resultaba demasiado tener que esperar la siguiente vez para verlo.
Por suerte era una persona puntual, y pronto descubrió que las veces que llegó tarde él igual apareció por la carretera, con sus gafas de montura negra, el cabello despeinado y aquella sonrisa que el mundo no parecía derrumbar. Este juego resultaba entretenido, y se mantuvo así durante meses. El chico de la bicicleta, de ser un rostro fugaz, que se le escapaba de la memoria minutos después de verlo, llegó a ser recordable y reconocible. También, objeto de su intensa curiosidad.
The boy on the bike started showing up one morning in June. Specifically, she began to notice him around that time, because he made a habit of greeting her. First, it was a slight but perceptible nod of the head. Then it was raising his hand and waving it in the air, and then a resounding hello! accompanied by a smile.
The girl did not understand anything, at first she did not know if the greetings were for her or if she was imagining them. Even so, she answered them out of politeness. She couldn't lose anything by returning an innocent greeting, after all, the boy didn't seem like a heavy with the intention of approaching her.
But one day she found herself walking to work motivated, wondering if she would make it in time to see the boy with the bicycle. Their schedules overlapped by a few minutes, and she imagined that, if she were just a little late, she would miss him for the day. For some reason it was too much for her to wait to see him the next time.
Luckily he was a punctual person, and he soon discovered that the times he was late he still showed up on the road, with his black-rimmed glasses, tousled hair and that smile that the world didn't seem to break. This game was entertaining, and it went on for months. The boy on the bicycle, from being a fleeting face, which slipped from her memory minutes after seeing him, became memorable and recognizable. Also, the object of his intense curiosity.
Se preguntaba de forma constante por él. ¿quién era? ¿a dónde iba todas las mañanas en la bicicleta? ¿qué edad tenía? ¿cuál era su nombre?
Eran cosas que esperaba saber algún día, pero tenía miedo de decepcionarse y por eso no se atrevía a imaginar nada más allá de esas preguntas. Ni su vida después de dejarla, ni si quería o no acercarse o que él se acercara.
Sus pensamientos cambiaron cuando una mañana él no apareció. Solo allí descubrió lo importante que se había vuelto para ella esos minutos de la mañana. Tenía algunas opciones que explicaban su ausencia, las más optimista era que había cambiado de vida, y ya no necesitaba pasar cada día por ese camino.
La más fatal: algo le había sucedido.
No sabía qué era peor, que la hubiese olvidado y nunca hubiese significado nada para él más que una diversión pasajera, o que le hubiese pasado algo grave y ya no pudiera verlo otra vez.
No hubo día que no lo recordara, y había tratado muchas veces de alejar la desesperación de no tener noticias. Cuando empezaba a rendirse respecto al asunto, apareció otra vez.
Who was he, where did he go every morning on his bicycle, how old was he, what was his name, what was he like, where did he go every morning on his bicycle, how old was he, what was his name?
They were things he hoped to know someday, but he was afraid of being disappointed and so he dared not imagine anything beyond those questions. Nor his life after leaving her, nor whether or not she wanted to get close or for him to get close.
Her thoughts changed when one morning he didn't show up. Only then did she discover how important those morning minutes had become to her. She had a few options that explained his absence, the most optimistic being that he had changed his life, and no longer needed to go down that road every day.
The most fatal: something had happened to him.
He didn't know which was worse, that he had forgotten her and she had never meant anything to him other than a passing amusement, or that something serious had happened to her and he could never see her again.
There wasn't a day that went by that he didn't remember, and he had tried many times to push away the despair of not having any news. Just as she was beginning to give up on the matter, he appeared again.
Fue como un acuerdo silencioso entre ambos. Ella, por un lado, se había levantado sin darse cuenta del banco donde estaba sentada. Él había dirigido sus ruedas hasta la acera, y se había bajado de la bicicleta.
-¿todo está bien contigo? -dijo, fingiendo despreocupación y naturalidad.
-te extrañé -contestó él.
Acordaron salir juntos esa semana.
Él se alejó reluciendo felicidad, y ella empezó a creer en los amores de películas.
Semanas antes, en la tienda de la esquina.
-Mira esto -dijo el vendedor a su jefe, enseñándole las grabaciones de la cámara-. este tipo pasa en la bicicleta varias veces en la mañana, no entiendo por qué. Pensé que era porque nos estaba vigilando, para hacer algo, ya sabes… pero hasta ahora, nada. Solo se devuelve y avanza. ¿tú qué crees, jefe? ¿se trata de un maleante o un loco?
-Loco no sé si estará, pero al parecer no es un maleante, pues no ha hecho nada. De todos modos, está atento y cualquier cosa llama a la policía. Vendrán enseguida.
En la escuela, sala de empleados
-¿Qué te hizo venir a trabajar en esta escuela, muchacho? -preguntó el jardinero-. Pareces demasiado joven para estar atrapado aquí, limpiando pisos.
El chico de la bicicleta sonrió.
-Todo tiene un propósito, señor Omar. Capaz Dios me quiere aquí.
Así respondía a todos los que le preguntaban, y luego se iba sonriendo a seguir con su jornada laboral.
El señor Omar lo miró incrédulo, preguntándose si acaso sería uno de los tantos creyentes locos que había en el mundo. Resultaba repentina su aparición en el colegio, pero no había tardado en acostumbrarse a él. Lo único que le resultaba desesperante era no poder descifrarlo.
It was like a silent agreement between the two of them. She, for one, had inadvertently gotten up from the bench where she was sitting. He had steered his wheels to the curb, and gotten off the bike.
-Is everything all right with you? -he said, feigning nonchalance and naturalness.
-I missed you," he replied.
They agreed to go out together that week.
He walked away glowing with happiness, and she began to believe in movie love.
Weeks earlier, at the corner store.
-Look at this," said the salesman to his boss, showing him the camera footage, "this guy rides by on the bike several times in the morning, I don't understand why. I thought it was because he was watching us, to do something, you know... but so far, nothing. He just goes back and forth. what do you think, boss? is he a thug or a crazy person?
-I don't know if he's crazy, but apparently he's not a thug, since he hasn't done anything. In any case, keep an eye out for him and call the police if anything happens. They will come right away.
At school, staff room
-What made you come to work at this school, boy? -asked the groundskeeper. You look too young to be stuck here, mopping floors.
The boy on the bicycle smiled.
-Everything has a purpose, Mr. Omar. Maybe God wants me here.
This is how he answered all those who asked him questions, and then he left smiling to continue with his workday.
Mr. Omar looked at him incredulously, wondering if he was one of the many crazy believers in the world. His appearance at the school was sudden, but he had soon become accustomed to it. The only thing he found maddening was that he couldn't figure it out.
At present, day of the appointment
Los dos jóvenes caminaban bajo la sombra de los árboles a un ritmo lento, comían helado y charlaban. La tarde era amena y se iba volando, también las dudas y las curiosidades que ambos siempre tuvieron. La muchacha, de nombre Lila, tenía una sonrisa de oreja a oreja y las mejillas sonrojadas. El muchacho, llamado Jeffrey, tenía una visión agudizada detrás de las gafas, conocimiento en manipulación, y una actuación convincente. También, algunos planes que venía maquinando desde hacía meses atrás, cuando vio a Lila por primera vez, una mañana normal.
-Doesn't this all seem so crazy to you? -She said, still smiling, "Should I believe it's a coincidence, or did you always plan to get close to me?
Jeffrey looked up, and held his chin, pretending to think. He nodded.
-You should think it's a coincidence, although yes, for a while now I've always been dying to get closer. In the end it all worked out well, didn't it?
-Yes, I guess so," she said, shyly, before letting herself be kissed.
He took her by the hand and they continued walking under the shade of the trees, she excited about the future, and he excited about his successful hunt.
En la actualidad, día de la cita
Los dos jóvenes caminaban bajo la sombra de los árboles a un ritmo lento, comían helado y charlaban. La tarde era amena y se iba volando, también las dudas y las curiosidades que ambos siempre tuvieron. La muchacha, de nombre Lila, tenía una sonrisa de oreja a oreja y las mejillas sonrojadas. El muchacho, llamado Jeffrey, tenía una visión agudizada detrás de las gafas, conocimiento en manipulación, y una actuación convincente. También, algunos planes que venía maquinando desde hacía meses atrás, cuando vio a Lila por primera vez, una mañana normal.
-¿No te parece todo esto muy loco? -dijo ella, sonriendo aún-. ¿debería creer que es casualidad, o siempre tuviste planes de acercarte a mí?
Jeffrey miró hacia arriba, y se sostuvo la barbilla, fingiendo pensar. Asintió.
-Deberías creer que es casualidad, aunque sí, de un tiempo para acá siempre me moría por acercarme. Al final todo salió bien, ¿no?
-Sí, supongo -dijo ella, tímidamente, antes de dejarse besar.
Él la tomó de la mano y siguieron caminando bajo la sombra de los árboles, ella ilusionada con el futuro, y él entusiasmado con su exitosa cacería.
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Un relato de una calidad particular: muy bien estructurado, con dos personajes llamativos y un final abierto que lo hace sumamente interesante. Saludos, @mariart1.
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