El ramo del 14 de febrero (Relato corto)

El ramo del 14 de febrero

Caminando rumbo a casa, un hombre se encuentra con su amigo.

■ Hola Maikol, como estás. Pienso que bien, veo que cogiste en grande la conmemoración y seguiste de fiesta hoy.

□ Si supieras amigo lo que me ocurrió, no pensarías así. Esta cerveza tiene otro motivo.

■ La verdad ando contra el tiempo, mi esposa me espera en casa para cenar y no me gusta llagar tarde. Pero si deseas conversar de lo sucedido, puedes aprovechar el camino. Aún estamos a muchas cuadras de nuestras casas.

□ Vale, te contaré no porque estoy borracho. Si no porque, como mi amigo, me gustaría escuchar y dar tu opinión.

□ Yo nunca ando regalando flores a mi esposa. Tú sabes, eso es cosa de viejos. Ni ella ni yo estamos para eso.

□ Hoy, como todos los días, me levante temprano para el trabajo y me fui. De camino a la pincha, fue que me percaté que era 14 de febrero.

□ Había un vendedor de flores pregonando sus ramos de rosas, así que pensé. Ya que no compré un regalo para hoy, aprovecharé y le regalaré un ramo de rosa a mi esposa.

□ Como no estaba lejos de la casa, regresé y le puso el ramo de flores sobre la mesa y me fui.

□ Al regresar a la casa al atardecer, me esperaba mi esposa con el ramo de flores en sus manos, escondidas tras su espalda.

□ Cuando me vio con unos tragos y sin ningún otro regalo. Me dijo una pila de cosas, me lanzó el ramo de flores por la cabeza y me votó de la casa.

□ Mi amigo, las mujeres de hoy, no quieren flores, lo que quieren es plata o regalos caros. Mira lo que me costó el ramito.

■ Maikol amigo. Quieres saber sinceramente mi opinión o quieres que confirme tu opinión sobre las mujeres.

□ Tu opinión, claro. La opinión mía la tengo más que clara y probada.

■ Recuerdo que dijiste que nunca le regalabas flores a tu esposa, que ni ella ni tú estaban para eso, pues era cosa de viejos. También me dijiste que al levantar ayer no te acordaba que era 14 de febrero, así que también se te olvidó felicitar a tu esposa. Me dijiste que aprovecharte la ocasión del pregonar de los ramos para saldar la deuda, pero no fuiste y entregaste el detalle, lo dejaste sobre la mesa. Para colmo al regresar tarde del trabajo sin otro presente, pues las flores no es algo que ella admira, sin una felicitación y sumado a eso, borracho. Qué otra cosa podrías esperar.

■ Te diré más, de milagro estás vivo. Por menos que eso, hay esposa que le han dado candela a su marido jajaja.

□ Sabes mi amigo, yo no lo había pensado de esa manera. Excepto en lo de borracho, que solo fueron unas cervecitas, lo demás es verdad.

□ Creo que exageré, aquí el que no sirve no es mi esposa. Soy yo.


Gracias por acompañarme.

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 4 days ago  

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