Una, dos, tres.
No tendría por qué llamarme la atención el que ese chico cogiera tres naranjas, solo hasta que noto cómo las esconde dentro de su chaqueta.
¿Está robando naranjas?
Quizá es pobre y tenga que recurrir al hurto para poder tener algo en el estómago. Aunque si yo fuera él robaría algo que sacie mi hambre por un largo rato, las naranjas tienes muchas vitaminas, pero vamos, nada más tres no te quitan el hambre.
Veo la hora en el reloj en mi muñeca. Ya es tarde para regresar a la escuela luego del receso para el almuerzo. Pero no me decido, ¿compro alcohol y sigo con mi rutina o cruzo la calle hasta la autopista y…?
El chico viene hacia donde estoy.
Automáticamente, me muevo en dirección opuesta, no quiero que se me relacione con un ladrón por muy triste que sea su historia. Tomo el camino hacia el siguiente pasillo y sigo recto hasta la gran nevera con bebidas, la abro sin estar muy segura aún, pero cojo una lata de cerveza al azar sin importar la marca.
Cuando estoy en la caja registradora pagando veo que el chico ladrón pasa campante detrás de mí y sale hacia el aparcadero. Nadie parece inmutarse por el pequeño robo que acaba de sufrir el establecimiento.
Le muestro mi identificación falsa a la cajera, pago por la lata de cerveza y le digo que puede quedarse con el cambio. Salgo hacia el aparcadero lo más rápido que puedo siguiendo a ese chico.
Estoy a unos ocho pasos de él cuando se detiene y gira sobre sí mismo para verme de frente.
—¿Por qué me sigues? —Su tono es bastante frío y despectivo.
¿Debería responder? Ya que estoy aquí no entiendo por qué lo sigo. Debería emprender camino hacia el otro lado, hacia la autopista.
—Uh… S-solo quiero conocerte, es todo.
—Con que es eso… Y dime, señorita-consumidora-de-alcohol-con-diecisiete —dice echando un vistazo rápido a la lata que ya había olvidado que llevaba en las manos—, ¿por qué justo hoy quieres conocerme si tuviste tantos años para hacerlo, o para siquiera dirigirme la palabra, al menos?
Porque mis padres no me dejan relacionarme con gente de mi edad que no beneficie mi estatus.
—No sé, siempre es bueno hacer amigos nuevos…
—Ven conmigo entonces. —Me señala un lugar apartado de la carretera a un costado de la tienda. Lejos del que era mi destino hace unos cinco minutos.
Lo sigo como si esto fuera buena idea. Aunque lo conozca, podría seguir siendo un chico pobre que quiere robar mis cosas porque conoce mi nivel monetario y social. Pero ir hacia la autopista es probable que no sea muy buena idea.
Se sienta en la acera y me insta a seguirlo. Lo hago aun sabiendo que voy a estropear mi uniforme y eso me traerá problemas más tarde.
Aunque, por otro lado, su compañía me hace falta en este justo momento. Lo miro más de cerca y me percato de que no parece un pobre, al contrario, lleva zapatos deportivos de último modelo e impolutos.
¿Cómo era su nombre…? ¿Pablo, Felipe o era Félix?
—Fabiano —dice, mirándome divertido—. Ese es mi nombre. Probablemente, no te sabes el nombre del hijo de los sirvientes que tuviste en tu casa por más de once años. —Como no respondo sigue—: Pero estamos a mano, porque yo tampoco recuerdo cuál es el tuyo.
—Clara, ese es mi nombre —digo tan bajo que estoy segura de que debo repetir la frase, pero no, él asiente y pronuncia al aire mi nombre unas cuantas veces.
Aprovecho y destapo la lata y bebo un sorbo largo. Y miro nuevamente la autopista, atrayéndome. Me decido y dejo la lata en el suelo, me levanto y estoy a punto de ir hacia ese lugar, pero él chasquea la lengua y me saca del ensimismamiento.
Me dice que espere antes de irme y comienza a rebuscar en el bolsillo de su chaqueta hasta sacar dos naranjas. Extiende una hacia mí y la miro absorta un momento.
—Te agradezco, pero no quiero quitarte una de tus tres comidas del día…
A veces no controlo lo que digo cuando estoy nerviosa, y me doy cuenta de lo que he hecho porque primero pone una expresión de confusión, pero ahora se está riendo con ganas.
—Espera… ¿De verdad crees que soy un pobretón que necesita robar naranjas para poder comer algo en el día? —Está viéndome fijo y tan serio que no hace más que alborotar mis nervios—. Claro, se me olvidaba que los ricos piensan que los que no somos ricos, todo el resto de la humanidad, somos pobres que vivimos debajo de un puente pidiendo limosna —termina diciendo ya molesto.
Me siento a su lado de nuevo y muevo mis manos sin parar sobre la falda. Él guarda de nuevo las naranjas en la chaqueta.
—Fabiano, no, no es eso, es que en mi mente fue lo que más tuvo sentido cuando te vi robar esas naranjas. Además, no puedes culparme por suponer eso, tu familia dejó su trabajo en mi casa y jamás volvimos a saber de ustedes —digo tratando de defenderme, pero por su expresión sé que empeoré todo.
—Si no supieron sobre nosotros fue porque nunca se interesaron por buscarnos y preguntar. Tus padres fueron informados de la causa de retiro del trabajo; quizá no te dijeron, pero mi abuelo murió y nos dejó una fortuna que no sabíamos que tenía. Así que sí, robar naranjas no es por pobreza, quizá solo es un hobby.
Claro, eso suena mucho como a mis padres: «los únicos asuntos que a ti te importan son los que se relacionan con tu futuro y el camino para llegar a él, lo demás es ajeno a tu conocimiento y no tiene por qué importarte». Fueron incapaces de comunicarme que las personas que estuvieron por tanto tiempo en casa se fueron porque se liberaron de trabajar para los demás y finalmente tienen una vida.
—Lo siento, por hacer deducciones erradas de tus acciones…
Ahora su mirada es más gentil, y deja caer sus hombros antes rígidos. Definitivamente, la personalidad de este chico es muy extraña, es un completo enigma. Tiene muchos matices y los deja ver todos. Es como la contraposición de mi personalidad, yo únicamente sé ser la obediente-callada-inteligente chica que mis padres criaron para ser.
—Tranquila, yo también te debo una disculpa por hablarte en ese tono —pausa por unos minutos en los que solo me mira fijamente—. Te he visto durante muchos años y sé que eres tímida, por eso no te guardo rencor por nunca acercarte a mí. En esos momentos necesitaba un amigo, aunque, creo que te conviertas en mi amiga o no, llegaste en el momento indicado para acompañarme.
— ¿Por qué? —digo con curiosidad.
—Porque ahora la vida me está tragando, y necesito a alguien quien me acompañe a ser tragado.
Comienza a reírse fuertemente de nuevo y me contagia de su risa.
—No, pero en serio —comienza—, esta etapa de mi vida podría llamarse “puntos suspensivos” —dice, dibujando los puntos en el aire—, porque así vivo cada día últimamente. No reconozco lo malo de lo bueno, ni consigo encontrar mi pasión. Y eso significa que no soy nadie, porque si no tengo una pasión a los dieciocho quiere decir que no he encontrado el para qué nací, y si no he encontrado eso… ¿Tiene sentido vivir?
Uf. Al final somos más parecidos de lo que pensaba.
¿Tiene sentido vivir? Más allá de un comentario con toque suicida, es la pregunta que se repite en mi cabeza segundo a segundo y la que me llevaba a hacer algo extremo hasta hace unos minutos. Ahora no quiero hacerlo, mejor me quedo aquí con Fabiano.
Yo tampoco tengo una pasión, pero mi vida está manejada de principio a fin por las personas que me rodean, así que más que ¿tiene sentido vivir?, para mí sería: ¿tiene sentido vivir sin ser quien tiene el control de mi propia vida?
—Te entiendo —atino a decir nada más.
Fabiano se levanta y sacude sus pantalones y zapatos. Me ayuda a levantarme también y me pregunta si mañana podemos vernos de nuevo aquí.
—Claro. Podemos robar naranjas juntos —digo emocionada.
—Sería un honor —dice y hace una reverencia. Al parecer él también está emocionado.
Se despide y se aleja hasta que no lo veo más.
Fabiano es lo único deliberado que me ha pasado y quizá sea esa la razón de que me sienta alegre por volver a encontrarme con él. O quizá sea que siento que esta “amistad” es el comienzo de algo importante para mí; sin dudas, gracias a su corta compañía, hoy no hice lo que desde muchos años había estado queriendo hacer.
A pesar de las consecuencias que pueda acarrear el juntarme con él, tengo que intentarlo.
One, two, three.
I shouldn't notice the boy taking three oranges, only until I notice how he hides them inside his jacket.
Is he stealing oranges?
Maybe he's poor and has to resort to shoplifting to keep something in his stomach. Although if I were him I would steal something that would satiate my hunger for a long time, oranges have a lot of vitamins, but come on, nothing but three won't take away your hunger.
I look at the time on the watch on my wrist. It's too late to go back to school after the lunch break. But I can't decide, do I buy alcohol and continue with my routine or do I cross the street to the freeway and...?
The boy is coming towards me.
Automatically, I move in the opposite direction, I don't want to be associated with a thief no matter how sad his story is. I take the path to the next aisle and go straight to the big fridge with drinks, I open it not quite sure yet, but grab a random can of beer regardless of the brand.
As I'm at the cash register paying I see the thieving guy walk past me and out into the parking lot. No one seems to be fazed by the petty theft the establishment has just suffered.
I show my fake ID to the cashier and pay for the can of beer and tell her she can keep the change. I head out to the parking lot as fast as I can following this guy.
I'm about eight steps behind him when he stops and turns around to face me.
-Why are you following me? -His tone is rather cold and dismissive.
Should I answer? Since I'm here I don't understand why I'm following him. I should be heading the other way, towards the highway.
-Uh... I-I just want to meet you, that's all.
-So that's it... And tell me, miss-alcohol-consumer-with-seventeen," he says, taking a quick look at the can he had already forgotten he was holding, "why do you want to meet me just today if you've had so many years to do it, or to even talk to me, at least?
Because my parents won't let me socialize with people my age who don't benefit my status.
-I don't know, it's always good to make new friends....
-Come with me then. -He points me to a secluded spot off the road to the side of the store. Far from what was my destination about five minutes ago.
I follow him as if this is a good idea. Even if I know him, he might still be a poor guy who wants to steal my stuff because he knows my monetary and social status. But heading towards the freeway is probably not a very good idea.
He sits on the sidewalk and urges me to follow him. I do it even though I know I'm going to ruin my uniform and that will get me in trouble later.
On the other hand, though, his company is needed at this very moment. I take a closer look at him and notice that he doesn't look like a pauper, on the contrary, he's wearing the latest model and spotless sneakers.
What was his name... Pablo, Felipe or was it Felix?
-Fabiano," he says, looking at me amused. That's my name. You probably don't know the name of the son of the servants you had in your house for more than eleven years. -When I don't answer, he continues: "But we're even, because I don't remember yours either.
-Clara, that's my name," I say so softly that I'm sure I must repeat the phrase, but no, he nods and utters my name a few times in the air.
I take advantage and uncork the can and take a long sip. And I look at the highway again, luring me. I make up my mind and put the can down, stand up and am about to head for that spot, but he clicks his tongue and pulls me out of my reverie.
He tells me to wait before I leave and starts digging in his jacket pocket until he pulls out two oranges. He holds one out to me and I stare at it in rapt attention for a moment.
-I thank you, but I don't want to take away one of your three meals a day.....
Sometimes I don't control what I say when I'm nervous, and I realize what I've done because first she makes a confused expression, but now she's laughing heartily.
-Wait... Do you really think I'm a poor guy who needs to steal oranges to get something to eat during the day? -He's staring at me and looking so serious that it's really getting on my nerves. Of course, I forgot that the rich think that those of us who are not rich, all the rest of humanity, are poor people who live under a bridge begging for alms," he finishes, already annoyed.
I sit down next to him again and move my hands restlessly on my skirt. He puts the oranges back in his jacket.
-Fabiano, no, it's not that, it's just that in my mind it made the most sense when I saw you steal those oranges. Besides, you can't blame me for assuming that, your family left their work at my house and we never heard from you again," I say trying to defend myself, but from his expression I know I made everything worse.
-If they didn't know about us, it was because they were never interested in looking for us and asking. Your parents were informed of the cause of retirement from work; maybe they didn't tell you, but my grandfather died and left us a fortune we didn't know he had. So yes, stealing oranges is not out of poverty, maybe it's just a hobby.
Sure, that sounds a lot like my parents: "the only matters that matter to you are the ones that relate to your future and the path to get there, the rest is outside of your knowledge and need not matter to you." They were unable to communicate to me that the people who were home for so long left because they were freed from working for others and finally have a life.
-I'm sorry, for making wrong deductions from your actions.....
Now his gaze is gentler, and he drops his formerly stiff shoulders. Definitely, this boy's personality is very strange, he is a complete enigma. He has so many nuances and he lets them all show. It's like the opposite of my personality, I only know how to be the obedient-silent-smart girl my parents raised me to be.
-I also owe you an apology for speaking to you in that tone," she pauses for a few minutes and just stares at me, "I've seen you for many years and I know you're shy, so I don't hold it against you for never approaching me. In those moments I needed a friend, although, I think whether you become my friend or not, you came at the right time to accompany me.
- Why? -I say curiously.
-Because now life is swallowing me up, and I need someone to accompany me to be swallowed up.
He starts laughing loudly again and I catch his laughter.
-No, but seriously," he begins, "this stage of my life could be called "suspensory points," he says, drawing the dots in the air, "because that's how I live every day lately. I don't recognize the bad from the good, and I can't find my passion. And that means I'm nobody, because if I don't have a passion at eighteen it means I haven't found what I was born for, and if I haven't found that... Is there any point in living?
Ugh. In the end we are more alike than I thought.
Does it make sense to live? Beyond a comment with a suicidal touch, it is the question that repeats in my head second by second and the one that was driving me to do something extreme until a few minutes ago. Now I don't want to do it, I'd better stay here with Fabiano.
I don't have a passion either, but my life is managed from beginning to end by the people around me, so more than does it make sense to live, for me it would be: does it make sense to live without being the one in control of my own life?
-I understand you," I say, and that's all I can say.
Fabiano stands up and shakes his pants and shoes. He helps me up too and asks me if tomorrow we can meet again here.
-Sure. We can steal oranges together," I say excitedly.
-It would be an honor," he says and bows. He seems to be excited too.
He says goodbye and walks away until I see him no more.
Fabiano is the only deliberate thing that has happened to me and maybe that's the reason I'm happy to meet him again. Or maybe it is that I feel that this "friendship" is the beginning of something important for me; no doubt, thanks to his short company, today I did not do what I had been wanting to do for many years.
Despite the consequences of getting together with him, I have to try.
Estoy aquí de nuevo, irónicamente en el mismo pasillo, ahora hablando con Fabiano desde unos diez minutos atrás. Escaparme de la escuela por segunda vez consecutiva tendrá consecuencias peores que solo restringirme la cena por una semana.
—Oye, ¿podemos darnos prisa? —le pido—. Si mis padres se enteran de que estuve fuera de la escuela de nuevo por tanto tiempo, su furia será mucho más fuerte que ayer.
—¿Ellos aún son tan severos y violentos contigo? —dice en un susurro pegándose a mí—. ¿Siguen encerrándote en ese sótano tenebroso y frío por noches enteras cuando haces algo mal?
Demasiados matices. Ahora es un chico con mucha curiosidad y también lástima.
Me limito a asentir, le doy la espalda y camino por el pasillo hasta quedarme a unos pasos del estante de las naranjas. No puedo ver la expresión que hace al darle mi respuesta, eso me mataría.
Fabiano está detrás de mí y lo oigo suspirar.
Ya no puedo más. Siento que la garganta me pica, literalmente. Necesito preguntarle ya. Yo también tengo demasiada curiosidad.
—¿Por qué lo hago? —Me sorprende que sea él quien lo diga. Después de todo, parece que también es psíquico. Me giro y está viéndome fijamente como suele hacer, pero de una manera más afligida—. No lo sé con exactitud… Quizá es porque soy más como tú de lo que llegué a creer antes.
—¿Cómo yo?
—Sí… Es la necesidad de sentirme vivo lo que hace que haga cosas que tendrán consecuencias en algún punto, aun sabiendo que no me irá muy bien cuando ellas lleguen.
La necesidad de sentirse vivo.
Lleva un poco de razón en eso. Puede que fuera por eso por lo que lo seguí desde un principio. Esa visión que tuve desde el comienzo de él como un chico ladrón me hipnotizó y me hizo pensar que con él podría sentirme viva. Él es el camino que me llevará a conocer esa sensación.
—Hay tantos cambios e ilusiones a diario, que se me hace difícil descifrar si realmente estoy viviendo o si solo soy una visión de lo que un humano debería ser —dice ante mi silencio. Su voz suena más afligida mientras habla—. Las naranjas son mis únicas compañeras últimamente, y me doy cuenta de que solo ando en busca de una sensación todo el tiempo. Cuando comencé a robar las naranjas sentí esa sensación que no puedo simplificar en palabras, sino que es algo que me supera, y aunque no me convertiré en un ladrón, sé que tendrá consecuencias el perder mi tiempo robando en una tienda nada más por sentirme vivo mientras lo hago. Las cosas cambian y mi vida también lo hizo, pero no logro extender esa sensación en los demás campos de mi vida. Ahora que eres mi amiga, ¿puedes decirme si esto te parece pasajero o es un padecimiento cruel? —Para cuando termina de hablar sus ojos están ya llorosos y su voz se quiebra.
¿Pero por qué ponernos en peligro es sentirse vivo? Él mismo dijo que hace cosas que sabe que tendrá consecuencias no muy buenas, y ayer también dijo que no reconocía lo bueno de lo malo. Aun así, no pisa freno a sus acciones. Cuando era pequeña me deslizaba encima de un cartón escaleras abajo. Llevo semanas escapándome de la escuela sin pensarlo y emborrachándome con cerveza en el cine sin importarme las severas consecuencias, ¿es eso lo mismo? ¿Me sentía igual de viva como él haciendo esto?
Quizá todo radique en la adrenalina.
Más allá del peligro es el sentir que pierdo toda posesión mental del cuerpo para dar paso a la improvisación del instinto. Sí, puede ser eso.
La adrenalina me hace sentir que me pierdo en el tiempo y es la espontaneidad del instinto la que toma el relevo de mi respuesta ante las situaciones. Puede salir bien, o mal, pero es muy parecido a una droga que me hace subir muy arriba y… sentirme viva. Entonces nadie puede controlarme.
Qué trillado me parece eso.
—No te puedo responder esa pregunta, Fabiano, porque yo también estoy tratando de encontrar la respuesta. Aunque sí te puedo invitar a que la descubramos juntos, amigo. —Saco la sonrisa más grande que puedo en estas circunstancias y él me sonríe también.
—Es loco, porque somos como niños de kínder que deciden ser amigos de repente sin importar si se conocen o no.
—¡Sí, qué buena comparación! Aunque si soy sincera, no creo que conocernos haga falta. Sabemos lo esencial de cada uno. Muchos pasan toda su vida junto a alguien que realmente no conocen. Tal vez nos alejemos en el camino como dos niños, así como una amistad verdadera. Pero por ahora… vamos, las naranjas no se robarán solas. —Tomo a un Fabiano sonriente por el brazo y corremos hacia el puesto donde están las frutas.
Ahora yo soy una chica ladrona. Y necesito probar de nuevo la sensación de sentirme viva.
I'm here again, ironically in the same hallway, now talking to Fabiano from about ten minutes ago. Running away from school for the second time in a row will have worse consequences than just restricting my dinner for a week.
-Hey, can we hurry this up? -If my parents find out that I've been out of school for that long again, their anger will be much stronger than yesterday.
-Are they still so stern and violent with you? -Do they still lock you in that cold, dark basement for nights on end when you do something wrong?
So many nuances. Now he's a boy with a lot of curiosity as well as pity.
I just nod, turn my back on him and walk down the aisle until I'm a few steps away from the orange shelf. I can't see the expression he makes when I give him my answer, that would kill me.
Fabiano is behind me and I hear him sigh.
I can't take it anymore. My throat feels itchy, literally. I need to ask him now. I'm too curious myself.
-Why do I do it? -I'm surprised he's the one to say it. After all, he seems to be psychic too. I turn around and he's staring at me as he usually does, but in a more distressed way. I don't know exactly... Maybe it's because I'm more like you than I came to believe before.
-Like me?
-Yes... It's the need to feel alive that makes me do things that will have consequences at some point, even if I know I won't do very well when they come.
The need to feel alive.
He's kind of right about that. That may have been why I followed him from the beginning. That vision I had from the beginning of him as a boy thief mesmerized me and made me think that with him I could feel alive. He is the path that will lead me to know that feeling.
-There are so many changes and illusions every day, I find it hard to decipher if I am really living or if I am just a vision of what a human should be," he says at my silence. His voice sounds more distressed as he speaks. Oranges are my only companions lately, and I realize that I'm just searching for a sensation all the time. When I started stealing the oranges I felt that feeling that I can't simplify into words, but it's something that overcomes me, and although I won't become a thief, I know it will have consequences to waste my time shoplifting just to feel alive while doing it. Things change and my life did too, but I fail to extend that feeling into the other areas of my life. Now that you are my friend, can you tell me if you find this passing or a cruel suffering? -By the time she finishes speaking, her eyes are already teary and her voice cracks.
But why is putting us in danger feeling alive? He said himself that he does things he knows will have bad consequences, and yesterday he also said he doesn't know right from wrong. Still, he doesn't curb his actions. When I was little I used to slide down stairs on top of cardboard. I've been sneaking out of school for weeks without thinking about it and getting drunk on beer at the movies without caring about the severe consequences, is that the same? Did I feel just as alive as he did doing this?
Maybe it's all about the adrenaline.
Beyond the danger is the feeling of losing all mental possession of the body to give way to the improvisation of instinct. Yes, that may be it.
The adrenaline makes me feel like I'm lost in time and it's the spontaneity of instinct that takes over my response to situations. It can go right, or wrong, but it's very much like a drug that makes me soar high and... feel alive. Then no one can control me.
How trite that sounds to me.
-I can't answer that question, Fabiano, because I'm trying to find the answer myself. But I can invite you to discover it together, my friend. -I give the biggest smile I can under the circumstances and he smiles at me too.
-It's crazy, because we're like kindergarteners who decide to be friends all of a sudden regardless of whether they know each other or not.
-Yeah, what a good comparison! Although if I'm honest, I don't think we need to know each other. We know the basics about each other. Many people spend their whole lives with someone they don't really know. Maybe we'll drift apart along the way like two kids, just like a true friendship. But for now... come on, the oranges won't steal themselves. -I take a smiling Fabiano by the arm and we run to the stand where the fruits are.
Now I'm a thieving girl. And I need to taste again the feeling of being alive.
¡Hola, Hive! Este relato lo dividí en tres partes. Esta, por supuesto, es la primera, las dos siguientes las estaré compartiendo más adelante mediante esta misma comunidad.
Espero que les haya gustado <3
Hi, Hive! I divided this story into three parts. This, of course, is the first one, the next two I will be sharing later through this same community.
I hope you liked it <3
El texto fue traducido en DeepL Translator Free Version | The text was translated at DeepL Translator Free Version
Separador de texto: Fuente | Text separator: Source
Una historia muy llamativa y bien contada. Estos dos personajes tocados por el desconcierto y la búsqueda de sí mismos resulta una relación que contiene un tema de sumo interés. Gracias y saludos, @nafonticer.
Gracias a usted por leer, ¡saludos!
Qué buen relato. Me emocionó leerlo porque me hizo pensar en los conflictos reales que tiene muchos jóvenes y que son ignorados o minimizados. Dos personas que se encuentran y se plantean la razón de su existencia y terminan acompañándose. Ya espero los faltantes. Gracias por compartir.
Es cierto lo que dices, por esa razón quise escribir el relato. La adolescencia es una etapa bastante agitada en la que sentimos que no nos queda mucho tiempo y debemos saber exactamente quienes somos; creo que todos alguna vez en nuestra adolescencia pasamos por ese problema existencialista.
Me emociona que te haya gustado y también que te hayas tomado el tiempo de dejarme tu comentario. ¡Gracias y saludos!
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Que chevere este relato, espero para leer el próximo.
Qué bueno que te haya gustado, ¡Muchas gracias por comentar!
Me parece muy interesante la relación entre estas dos almas buscando respuestas. ¿Su relación terminará en amistad o habrá algo más? Creo que tendré que esperar a las partes siguientes.😁
Es acertado el uso de la voz narrativa y la manera de entrar y salir de la conciencia de la prota.
Permíteme felicitarte ya que eres mi seguidora #70! 🎉🎉
Cuando empecé en Hive me propuse celebrar cuando llegara a determinadas cifras en seguidores y también estimular de alguna manera a los usuarios seleccionados. Por eso te haré reblog y compartiré tu historia en todas mis redes sociales (Twitter, Instagram, Facebook, Linkedin)
Dime si lo apruebas y si tienes cuenta en esas redes para etiquetarte!
!LUV
!PIZZA
¡Hola!
Me emociona mucho que te haya gustado, al principio tenía un poco de inseguridad, respecto a este relato, pero me decidí y lo publiqué. Sobre su relación... Sí, tendrás que esperar las próximas partes 😁🙃
Hace rato estaba leyendo algunas de tus publicaciones y me di cuenta de que no te seguía, así que lo hice, qué sorpresa que sea la número 70. Te felicito a ti también, por cierto. Me gusta eso de celebrar con los demás usuarios cuando llegas a determinadas cifras, es muy original y como dices, es una manera de estimular a los usuarios.
Me parece bien el que quieras compartir mi historia en tus redes. Estoy de acuerdo, lo apruebo 😊
Mi usuario en Twitter es: zerrrrrrXoXO
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Muchas gracias por el apoyo, te lo agradezco mucho <3<3
@ditoferrer(1/1) gave you LUV. H-E tools | connect | <><
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¡Wohoooo!, un texto increíble y emocionante.
Muchas gracias ☺️
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@ditoferrer(4/10) tipped @nafonticer (x1)
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Excelente relato, te felicito y te deseo mucho éxito! Saludos
¡Gracias por leer y por el comentario! Me emociona que te haya gustado <3 ¡Saludos!
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