Es casi un desenfoque personal, por el exceso de importancia en este aspecto. De ahí que todo lo deje por la mitad, hasta las relaciones, que irónico, el altruista se convierte en egoísta o simplemente muestra al fin sus falencias al mundo que lo aguarda ansioso, relamiéndose con ganas de saborear más un fracaso ajeno que un acierto, o simplemente, este punto de vista sea el que retiene a los sueños que viven en esta ilusión tan sólida, que separa lo más puro de su esencia y lo funde con sus barrotes hasta que la cárcel, es uno mismo. Si la vieja trampa, dual, indiferente y paranoica, con una astucia equivalente al peso de todas las víctimas que se cobró.