Sueño con Ella.
Por eso prefiero sentarme al frente de la casa, hacer como que busco algunas hierbas en el jardín, así espero hasta que la veo venir, estoy cerca de la puerta, me escondo detrás de la mata de palma, casi soy un tallo seco esperando por agua, Ella pasa con su bolso de compras, a mí me gustaría ayudarla y llevárselo. Al principio venía con una falda que le llegaba hasta las rodillas y la baba se me salía viendo sus pantorrillas y después mis ojos subían y me detenía en sus labios, eran grandes como una piscina en su rostro, donde imaginaba sumergirme, entonces mamá llamaba a gritos y me sacaba del agua, lugar que hubiera preferido para ahogarme.
Pero después Ella cambió, vestía con unos faldones largos por donde solo podía soñar, imaginar hasta el color de sus ojos…
─ ¡A usted qué le importa eso!
─Es que, desde allá, donde me siento a ver la tarde no puedo mirar nada y yo quisiera tenerla más cerquita... y sin tanto trapo encima… Lo siento, no quise ofenderla, disculpe, ya me voy...no le vaya a decir nada a esa señora, si esa que está hablando con la vecina, es mi mamá y a ella le encantan los chismes... Si le dice algo, ¡uy, me jode! no me da de comer y a mí me gusta mucho comer, disculpe ya me voy.
Ni siquiera una sonrisa soltaba y eso era lo que yo esperaba, quería ver si me mostraba sus dientes, una sonrisa que calmara esa presión aquí en mi pecho; pero ahora, ya eso no era posible, no se quitaba ese tapabocas y de paso, llevaba un paño de colores con el que vestía su cabello, era como un maniquí de esos que visten en los escaparates de las tiendas para vender ropas de señoras muy mayores, pero ella no era mayor, ni vieja, porque si no sus labios serían como esos terrenos secos donde no hay mucha agua y la tierra se va rajando y se ve todo como un rompecabezas, ella era... no lo sé, es decir me cuesta explicarlo, incluso no sé por qué se me metió entre los ojos y ya la veo hasta de noche, cuando mamá cierra la puerta y apaga las luces.
También cuando veo la tele y ¡pum!... se va la luz y de la oscuridad empiezan a salir voces que vienen y lloran, se ponen bravos y algunas veces hablan como si quisieran pegarle al gobierno, dicen palabrotas muy feas y mi mamá me mira o eso creo yo, siento su mirada como un golpe, porque en la oscuridad no veo nada, veo solo sombras, y me dice que si repito eso, me tumba los dientes de un chancletazo, pero ahí ocurre el fenómeno, la veo venir, muy erguida, Ella entra, no saluda a nadie, solo me mira a mí y yo tiemblo, no encuentro el piso para pisar y correr, entonces de seguro me doy con el filo de la puerta y todos me lanzan un tobo de carcajadas, no sé qué hacer y me quedo quieto en un rincón donde siempre se acuesta el perro, todo está calentito y espero que Ella se vaya y no me mire así, como castigándome, quiero que venga la luz y todo vuelva a ser normal.
Eso se repite mucho y no sé si ya tengo el miedo pegado, metido entre mis huesos, por eso prefiero que la luz se vaya de día, así es mejor y puedo esperar por las tardes en esos días que Ella pasa con su bolsa de compras, su falda larga, con su tapabocas ahuyentando ese virus que anda por ahí, Ella viene toda forrada y erguida, sin mirar a ningún lado, yo quisiera pegarle un chiflido de esos que uno lanza cuando juega en el campo de béisbol.
Me he puesto a pensar en cómo hacer para salir y averiguar dónde vive para preguntarle por qué me visita en la oscuridad y me mira con esos ojos que no puedo describir. Yo también puedo ir a su casa, a lo mejor allí no tiene tapabocas y puedo ver sus labios desnudos, quizá se sonría y no me diga que soy un maleducado falta de respeto.
Tengo mucho miedo, pero ya tomé la decisión, hasta robé una flor del jardín de mamá para regalársela, aquí estoy con mi flor, escondido detrás de la mata de palma para que no me vean y no se den cuenta que arranqué una flor.
No sé qué le voy a decir, tal vez le cuente que por las noches me imagino sus labios llegando hasta mí, se abren muy grandes y me cubren como una cobija y su aliento calentito me estremece hasta que me quedo dormido. ¿Será qué le digo que siento algo aquí dentro en mi pecho cuando ella pasa y casi no puedo respirar?
Aquí estoy esperando con mi flor, tiembla entre mis manos y algo me hace taritas en la barriga, estoy pendiente para cuando mi mamá venga de donde la vecina y abra la puerta, así podré escaparme, ¡ay! el tiempo pasa y tengo miedo porque la tarde ya se está yendo y mi flor se está doblando y a lo mejor se va la luz.
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Mujer con falda / Muchacho / Rosa 1 / Rosa 2
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vector tapabocas: clipart azul png de es.pngtree.com
#posh
Maestro de maestro, tremenda narrativa y excelente la forma como hilvana las peculiares características del lenguaje y personalidad de ese vigilante, de esa esperanza y ese romance presente en un solo lado de la historia. Es versátil la cronología. Siempre es un placer leerle, maestro.
Muy agradecido @miguelmederico por esas palabras que siempre sirven de aliento para seguir en esa lucha por producir buen contenido en medio de tantas dificultades y con la premura podemos no lograr los resultados esperados. Gracias de nuevo y un fuerte abrazo.
Este post ha sido propuesto para ser votado por el equipo de curación de Cervantes.
Muy agradecido por el apoyo que siempre me han brindado, un fuerte abrazo desde Venezuela para todo el equipo de Cervantes.
Excelente lección, maestro. Un abrazo...
Gracias hermano, en la lucha seguimos, un fuerte abrazo.