Fuente (imagen editada en Canva)
Tomar distancia es también una forma de escribir.
Alberto Salcedo Ramos
Hace algún tiempo que vengo pensado en el oficio de escribir. Por momentos me he perdido y casi no he escrito nada, me he dedicado a leer (lentamente). Los libros parecen estar repletos de una cantidad de información difícil de procesar. El oficio de escribir es más complejo y difícil de lo que parece, y cada día me convenzo más de eso. Por eso, no solo me he dedicado a leer libros, buscando fórmulas secretas, atajos y acertijos para ser escritor. Ahora, también busco en las entrevistas a otros escritores, en palabras más simples, quizás, una forma breve.
Recientemente, lía un artículo de Alberto Salcedo Ramos que me dejó pensando justamente en el duro oficio del escritor. De allí tomé el epígrafe. Curioso el artículo. Hay que tener temple de escritor para ser escritor. Porque muchas veces, en este oficio (que no considero mío), se trata de la derrota, de pasar tiempo buscando entre las palabras aquellas necesarias para lo que quiere decir. Para ser un buen escritor no hay recetas mágicas. Para escribir cuentos, sí. Pero para ser un Borges, un Cortazar, un José Antonio Ramos Sucre, Montejo, no para eso no hay recetas.
Hay cansancio como en todo oficio, como en todo trabajo, hay dedicación, hay constancia, hay sacrificios. Y vuelto a la pregunta de siempre, entonces: ¿el escritor se hace o el escritor nace?
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Me gustó eso que escribió que dice Dorothy Parker: “Odio escribir, pero amo haber escrito”. Es una respuesta válida, un argumento profundo también. El proceso de crear es un trabajo arduo, para personas capaces de hacer ciertos sacrificios, pasar tiempo encerrado, escribir constantemente, no tener miedo al fracaso. Pero sobre todo tiene que ser alguien que sapa vivir, alguien que se deje admirar por el mundo. Siempre sin olvidarse de escribir, escribir y escribir, leer, leer y leer. Escribir de todo y leer de todo. Sin miedos.
Este pensamiento me hace volver constantemente sobre una película que vi, una de Roberto Benigni, La tigre e la neve. Si no sabes quién es él, pues él es el de La vita è bella. La película habla de la poesía realmente y hay una escena fantástica donde demuestra lo que debe hacer un poeta para escribir un poema. Película que recomiendo totalmente.
Este escrito fue inspirado por el artículo Consejos para un joven que quiere ser cronista publicado en Prodavinci.
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Escribir es ciertamente un arte. Y exige sacrificio, constancia y entrega...! Pero como todo arte viene envuelto de magia y pasion.
Sabía decisión de leer mucho antes de escribir. Pienso que escribir es un arte, y como muy bien dices, requiere una cuota de sacrificio. Saludos