Lo sabía… ¡Lo sospechaba, pero no hice nada! Debí detenerlo cuando podía, ahora me siento tan culpable como si mis manos hubieran sido ejecutoras de aquel terrible crimen. Ezequiel me maldijo con su espantosa verdad, y en su último baño de arrepentimiento, solo le quedó señalar aquella puerta.
Mi socio Ezequiel y yo éramos excelentes en nuestro oficio. Acabábamos de comenzar en el negocio de la taxidermia, aunque la vida no nos sonrió al principio con muchos clientes, paulatinamente fuimos enalteciendo nuestra compañía. En aquel entonces, todo era muy duro, ciertamente, pero la genialidad de mi socio trascendía a medida que nos dábamos a conocer.
Particularmente no éramos muy íntimos con nuestros clientes, pues no correspondía a nuestro oficio. El dolor no era algo que debíamos mitigar, sino postergar, preparando como a una estatua perpetua aquellos cadáveres que tuvieron un valor sentimental para las personas.
Convertíamos lágrimas en risas, pero sabíamos que aquello eran solo máscaras, que se disolvían una vez que cruzaban las puertas de sus casas. Descubrimos que disecar mascotas muertas para sus dueños, era un trabajo muy lucrativo. Las manos de Ezequiel, combinadas con las mías, hacían obras de arte.
Mi compañero era un enigma desde que lo conocí. No era casado y parecía nunca pretender una familia. Su único amante era el alcohol y su escenario la oscuridad de nuestro entorno de trabajo. Sus ojos saltones, su rostro pronunciado, su boca entumida y delgadez extrema, me hacían recordar a algún títere diabólico con excéntrico sentido del humor.
Si pudiera describir todos los defectos que me incomodaban de mi compañero, terminaría en varias páginas, sin embargo, no puedo negar la singularidad de su ingenio en el arte de la taxidermia, y sin yo saberlo, me he convertido en su pupilo al descubrir en él ciertas técnicas que no sabía que se podían emplear. Nuestra popularidad aumentaba y todo parecía ir bien, hasta que la semilla de la obsesión de mi compañero cruzó las puertas de nuestro taller.
Ella era muy joven y hermosa. A simple vista se veía que era una mujer de alta alcurnia, por su fina manera de vestir, prendas y teléfono carísimo. Su rostro tan fino y limpio como una taza de porcelana blanca y sus penetrantes ojos verdes casi escondidos debajo de su costoso sombrero llamaron nuestra atención de inmediato.
—Buenas tardes, señores, —dijo cortésmente— me han hablado mucho de su… taller de taxidermia y quisiera hacer un encargo.
—¡Por supuesto! ¿Qué quiere que hagamos? —Le respondí amablemente.
Ella comenzó a recorrer el lugar, observando cada animal disecado, expresando arcadas de repulsión con su rostro.
—El cumpleaños de mi esposo será pronto y quisiera obsequiarle algo que siempre ha querido desde que lo conocí: una cabeza de venado disecada.
—Oh, pues… —titubeé mientras colocaba mis dedos en mi quijada—. Eso será muy difícil, señora…
—¡Pero lo haremos! —Interrumpió Ezequiel vehemencia.
En ese instante, hubo un notorio cambio en su mirada. Sus ojos brillaban y su semblante ya no era tan terrorífico. Su sonrisa retorcida hasta parecía agradable, incluso llegué a pensar que mi compañero fue reemplazado súbitamente por una fuerza invisible fuera del espacio y del tiempo.
—Lo que mi compañero quiso decirle —prosiguió Ezequiel—, es que no contamos con los recursos en este momento, pero podemos conseguirlos, ¿verdad, Franklin? —Finiquitó mirándome con esos ojos saltones que me obligaban a estar de acuerdo con él. No tuve otra opción que asentir afirmativamente para averiguar qué era lo que tramaba.
—Bueno, ¡me parece excelente! —Exclamó la fina muchacha. —No me importa el costo, solo quiero saber para cuándo estará listo el encargo.
—Pues, depende, podría tardar varias semanas, —explicó Ezequiel— especialmente porque no contamos con la cabeza de ganado a disecar. No sé qué tan urgente sea su necesidad, pero esperamos no decepcionarla.
—¡Oh, no, señor!, no se preocupe por el tiempo. —Aseveró ella con tono calmado—Aún faltan un par de meses para el cumpleaños de mi esposo. Sabía que esto iba a ser una solicitud atareada, así que me anticipé a ello.
—¡Perfecto! Por cierto, ¿cuál es su nombre?
—Dalia Colmenares, mucho gusto. —Respondió de inmediato.
—El gusto es mío, señora Colmenares. Mi nombre es Ezequiel y él es mi compañero y socio, el señor Franklin. No le suelo pedir esto a los clientes, pero, ¿sería imprudente si usted pudiera venir cada semana hasta terminar nuestro trabajo? Solo si usted está interesada en ser testigo del proceso.
Mis ojos se convirtieron en dos lunas llenas por el asombro. No podía creer mi antipático compañero estuviera socializando con una cliente. Era evidente que sus intenciones iban más allá de la ética de nuestro oficio.
La joven quedó un poco consternada por aquella petición, pero luego observó a su alrededor formando en su rostro una expresión de intriga.
—¿Sabe? Siempre he querido estudiar medicina, por supuesto, lo que ustedes hacen no es lo mismo, ya que disecan cadáveres de animales, pero debo confesar que arde en mí la curiosidad de cómo realizan este arte. —Explicó la muchacha apretando sus manos.
—Pues entonces, es bienvenida. Verá todo el procedimiento y juro que será muy entretenido para usted.
La muchacha asintió con la cabeza y una sonrisa, luego ella y mi compañero finiquitaron las últimas palabras antes de marcharse. Atajé a mi compañero encolerizado, pues se suponía que no debíamos hacer eso.
—¿Qué fue eso? —Le pregunté.
—Tranquilo, no pasa nada. Sé que va en contra de nuestro código, pero, ¿has visto a esa mujer? ¡Es bellísima! ¡Parece un ángel! —exclamó exaltado.
—No seas tonto, Ezequiel. En primer lugar, está casada, y en segundo, es demasiado hermosa para ti. ¿Por qué no mejor te centras en nuestro trabajo en vez de estar ligando con los clientes?
Él solo refunfuñó torciendo sus ojos saltones ante mi reacción.
—Por cierto, ¿de dónde vamos a sacar una cabeza de venado?
—¡Ya lo tengo cubierto! —respondió frotándose las manos—. Tengo una resguardada en el cuarto frío. Me la dejó mi amigo, el cazador, para que se la disecara, pero el pobre diablo fue arrestado por infringir la ley al cazar al animal y desde entonces la cabeza quedó en mis manos. Estaba esperando a que llegara un buen cliente y venderla a un precio exorbitante, pero ¡esto es mucho mejor!
—¡Tenías una cabeza de venado guardada allá atrás y no me dijiste nada! —Le reclamé furioso.
—¡Porque sabía que insistirías en que se la vendiéramos a cualquier cliente, por eso la guardé! —replicó exaltado—. No te preocupes, querido socio, esta muchacha, aparte de hermosa, es muy rica. Dijo que no le importaba el costo, así que las ganancias serán muy grandes para ambos.
Suspiré una gran corriente de aire. Estaba consciente de que Ezequiel era una caja de sorpresas que podrían sacarme de quicio, pero tomé las cosas con tranquilidad. Si este negocio salía bien, ganaríamos buen dinero, solo esperaba en ese momento que no nos metiéramos en problemas, aunque fui demasiado confiado.
CONTINUARÁ...
DISSECTED HEART
Part One
I knew it... I suspected it, but I did nothing! I should have stopped him when I could, now I feel as guilty as if my hands had been the executors of that terrible crime. Ezequiel cursed me with his dreadful truth, and he could only point to that door in his last bath of repentance.
My partner Ezequiel and I were excellent at our trade. We had just started in the taxidermy business, and although life did not smile on us at the beginning with many clients, gradually we were expanding our company. At that time, everything was tough, certainly, but my partner's genius transcended as we became known.
We were not particularly intimate with our clients, as it was not in our line of work. Grief was not something we had to mitigate, but to postpone, preparing as a perpetual statue those corpses that had a sentimental value for people.
We turned tears into laughter, but we knew that these were only masks, which dissolved once they crossed the doors of their homes. We discovered that stuffing dead pets for their owners was a very lucrative job. Ezequiel's hands, combined with mine, made works of art.
My partner was an enigma from the moment I met him. He was not married and never seemed to intend a family. His only lover was alcohol and his stage was the darkness of our work environment. His bulging eyes, pronounced face, numb mouth, and extreme thinness reminded me of some diabolical puppet with an eccentric sense of humor.
If I could describe all the defects that bothered me about my companion, I would end up in several pages, however, I cannot deny the uniqueness of his ingenuity in the art of taxidermy, and without my knowing it, I have become his pupil by discovering in him certain techniques that I did not know could be employed. Our popularity was increasing and everything seemed to be going well until the seed of my partner's obsession crossed the doors of our workshop.
She was very young and beautiful. At first glance, it was obvious that she was a woman of high birth, by her fine manner of dress, clothes, and expensive telephone. Her face was as fine and clean as a white porcelain cup and her piercing green eyes almost hidden under her expensive hat caught our attention immediately.
"Good afternoon, gentlemen," she said politely, "I have heard a lot about your... taxidermy shop and I would like to place an order.
"Of course! What would you like us to do?" I answered politely.
She began to walk around the place, looking at each stuffed animal, expressing gags of revulsion on her face.
"My husband's birthday is coming up soon and I'd like to give him something he's always wanted since I met him: a stuffed deer's head."
“Oh, well...” I hesitated as I placed my fingers on my jaw. "That will be very difficult, ma'am..."
"But we'll do it!" Ezequiel interrupted vehemently.
At that instant, there was a noticeable change in his look. His eyes sparkled and his countenance was no longer so terrifying. His twisted smile even seemed pleasant, I even came to think that my companion was suddenly replaced by an invisible force outside of space and time.
"What my partner wanted to tell you,” Ezequiel continued, ”is that we don't have the resources right now, but we can get them, right, Franklin?" He looked at me with those bulging eyes that forced me to agree with him. I had no choice but to nod in the affirmative to find out what he was up to.
"Well, I think that's excellent!" exclaimed the fine girl. "I don't care about the cost, I just want to know when the order will be ready."
“Well, it depends, it could take several weeks,” explained Ezequiel, “especially since we don't have the head of cattle to stuff. I don't know how urgent your need is, but we hope we won't disappoint you."
"Oh, no, sir, don't worry about the time!" She said in a calm tone, “My husband's birthday is still a couple of months away. I knew this was going to be a busy request, so I anticipated it."
"Perfect! By the way, what's your name?"
"Dalia Colmenares, nice to meet you." She answered immediately.
"The pleasure is mine, Mrs. Colmenares. My name is Ezequiel and this is my partner and associate, Mr. Franklin. I don't usually ask this of clients, but would it be imprudent if you could come every week until we finish our work? Only if you are interested in witnessing the process."
My eyes turned into two full moons in amazement. I couldn't believe my unfriendly partner was socializing with a client. It was obvious that his intentions were beyond the ethics of our trade.
The young woman was a little dismayed by the request, but then she looked around her face with an expression of intrigue.
"You know, I have always wanted to study medicine, of course, what you do is not the same, since you dissect animal corpses, but I must confess that my curiosity burns in me as to how you perform this art." Explained the girl, clasping her hands.
"Well then, you are welcome. You will see the whole procedure and I swear it will be very entertaining for you."
The girl nodded her head with a smile, then she and my partner finished the last words before leaving. I snapped at my partner in anger, as we were not supposed to do that.
"What was that?" I asked.
"It's all right, it's all right. I know it's against our code, but have you seen that woman? She's beautiful! She looks like an angel!” He exclaimed excitedly.
"Don't be silly, Ezequiel. First of all, she's married, and secondly, she's too beautiful for you. Why don't you focus on our work instead of flirting with clients?"
He just grumbled, twisting his bulging eyes at my reaction.
"By the way, where are we going to get a deer head?"
"I've already got it covered!" He replied rubbing his hands together. "I've got one stashed in the cold room. It was left to me by my friend, the hunter, to stuff, but the poor devil was arrested for breaking the law by hunting the animal and the head has been in my hands ever since. I was waiting for a good customer to come along and sell it at an exorbitant price, but this is much better!"
"You had a deer's head stored back there and you didn't tell me anything!" I complained furiously.
"Because I knew you would insist that we sell it to any customer, that's why I kept it!" He replied exalted. "Don't worry, dear partner, this girl, besides being beautiful, is very rich. She said she didn't mind the cost so the profits will be very big for both of us."
I sighed a great draught of air. I was aware that Ezequiel was a box of surprises that could get on my nerves, but I took things in stride. If this deal went well, we would make good money, I just hoped at the time that we wouldn't get into trouble, although I was overconfident.
TO BE CONTINUED...
Texto traducido con Deepl | Text translated with Deepl
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Nos dejaste con el corazón en un puño. Excelente trabajo, deseando seguir la historia.
Muy buena historia, en ciernes, por supuesto. Es una situación bastante inusual que, por tanto, se presta a llamar la atención del lector que conecte con ella. Por supuesto, muy bien escrita, con apropiado uso de los recursos narrativos. Un gusto leerte de nuevo en esta comunidad. Saludos, @universoperdido.
Hola @josemalavem
Gracias por tu comentario y tú bienvenida de vuelta. Es un placer contar con tus palabras. Agradecido por el apoyo. Saludos.
Saludos, apreciado, @universoperdido; tan cerca de lo existente, pero es nada.
Interesante, la narrativa me acerca al lugar de los animales disecados, huelo a cuero, cachos y ojos abiertos.
Una buena pieza literaria
Saludos, @hiramdo muchas gracias por sus hilarantes palabras.
¡Que tenga muy buen día!
Me dio mucha tranquilidad ver que al final dice "continuará", esta historia está buenísima y quiero ver cómo sigue, me intriga la fascinación de la muchacha por la taxidermia. Excelente relato y redacción como siempre, saludos, @universoperdido 🤗.
Gracias, amiga @vezo
Las siguientes partes estarán llenas de más sentimientos e intriga.
Agradecido por tu lectura y comentario. Saludos.