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«La carencia de vicios añade muy poco a la virtud».
«Lack of vice adds very little to virtue».
— Antonio Machado
E S P A Ñ O L
EL LABERINTO
Una vez más rompí el silencio, me encontraba en una situación peligrosa; de esas que nunca suelo eludir, pero en este caso, todo se fue al extremo y me hallaba en un lugar extraño escuchando la voz de mi captor. Me rodeaban paredes blancas y carcomidas. Sentía sobre mis pies estruendos agigantados de algo enorme que se acercaba. Tuve que moverme rápidamente pues no quería ser víctima de aquel asesino o cosa que venía a buscarme. Hoy no parecía ser un buen día para morir.
De repente, escucho la voz megafónica de mi captor. Sonaba preocupante. Un gélido horror recorrió mis piernas con intensidad. No tenía idea de lo que estaba pasando.
— ¡Jorge, tienes que encontrar la palanca azul o él te atrapará! Recuerda que todo depende de que lo hagas. Tienes solo una oportunidad.
Quedé desconcertado y frío ante esas palabras. Miré mi mano derecha que sujetaba una bobina de hilo grueso y rojo. No entendía lo que significaba, pero luego de escuchar rugidos a la distancia y unos pasos; más que inhumanos parecían monstruosos, me moví con celeridad, siguiendo las instrucciones de la misteriosa voz.
Comencé a recordar rápidamente: sí, estoy atrapado en una especie de laberinto, con una criatura creada por el doctor Ávila; mi captor. Me sometí a este experimento voluntariamente, pero no recuerdo porqué, quizás mi falta de memoria tenga algo que ver en eso.
Mientras voy recorriendo el laberíntico camino, buscando una salida a “no sé dónde”, un dolor en mi pierna me hace tropezar y caigo de nuevo al suelo. Mi pantorrilla izquierda sangra a borbotones, causada por alguna herida profunda filosa: como la punta de un cuchillo o una estaca de vidrio. En ese momento, cuando reviso bien mi herida, empiezo a recordar quien era y la vida que llevaba.
Visualicé imágenes en mi cabeza discutiendo con una mujer: ¡Raquel! ¡Ese era su nombre! Esa noche tuvimos una discusión fuerte, ella me gritaba y yo le respondía de la misma manera. Salí del apartamento furioso y triste mientras Raquel se recaía en el sofá llorando a cantaros. ¿Ese fue el motivo por el que decidí venir aquí?
Otro rugido y esta vez más anormal, irrumpió mis recuerdos reemplazándolos por un poderoso espanto.
— ¡Jorge, está cerca de ti! ¡Date prisa, vas muy bien! —De nuevo la voz del doctor Ávila, esta vez más alentadora.
Me incorporé como pude y continué aunque el dolor en mi pantorrilla era una molestia. Tomé varios caminos, me equivoqué con algunos y otros solo me llevaban a otras direcciones. Escuchaba los rugidos y los pasos cada vez más cerca, como si tuviera al monstruo justo detrás de mí. Exhalaba mucho aire y mi boca estaba seca, ya me sentía agotado, solo deseaba que esto terminara.
—Ya estás cerca, sigue así. No te distraigas. —Espetó el doctor Ávila, mientras yo solo anhelaba recaerme en un sitio para descansar.
Visualicé finalmente una cortina azul; sostenida por enormes pilares de mármol, como si ocultara una entrada secreta. Al escuchar otro poderoso rugido y la insistencia del doctor Ávila para entrar, me asomé rápidamente y cerré asustado la cortina. Al estar dentro, atisbé una palanca azul, no sabía lo que hacía pero me apresuré en accionarla. Después de unos segundos no pasó nada, y al cabo de un rato más me sentí engañado.
— ¡Felicidades, Jorge! —Exclamó el doctor Ávila con alegría. Eres nuestro segundo voluntario en completar este experimento, sin embargo ya no hay lugar para ti en el exterior, por lo tanto, deberás convertirte en comida para mi criatura.
Aquellas palabras no hicieron otra cosa más que helarme la sangre con los ojos desorbitados. Quedé varado en la confusión: — ¿Es una maldita broma? —, me dije a mí mismo. Grité, berreé, incluso supliqué por mi vida de rodillas, pero la voz del doctor Ávila se había esfumado para siempre.
De pronto, irrumpiendo mi desesperación, escuché los gruñidos de mi depredador justo detrás de la cortina. Primero, vi con mis ojos lagrimosos un par de manos humanas y fornidas que se asomaban, para luego revelar a continuación un rostro bestial cubierto de pelo castaño, con cuernos, ojos oscuros y profundos y una espantosa nariz chata parecida a la de un toro. El resto de su cuerpo era el de un hombre musculado y desnudo, pero nada en su parte humana era tan impresionante como su cabeza de bovino.
Quedé paralizado. Era presa fácil. Al verme desprovisto de mis facultades y dominado por el miedo, la criatura me embistió con todas sus fuerzas, arrojándome a la pared con brutalidad. Mientras agonizaba, llegó a mi mente la imagen de un último recuerdo: era mi bella Raquel, quien parecía despedirse de mí con lágrimas en sus ojos.
FIN
E N G L I S H
THE LABYRINTH
Once again I broke the silence, I was in a dangerous situation; one of those that I never avoid, but in this case, everything went to the extreme and I was in a strange place listening to the voice of my captor. I was surrounded by white, decaying walls. I felt over my feet the gigantic rumblings of something huge approaching. I had to move quickly because I didn't want to be a victim of that killer or thing that was coming to get me. Today did not seem to be a good day to die.
Suddenly, I heard my captor's megaphone voice. It sounded worrying. An icy horror ran through my legs with intensity. I had no idea what was happening.
-Jorge, you have to find the blue lever or he'll get you! Remember that everything depends on you doing it. You have only one chance.
I was bewildered and cold at those words. I looked down at my right hand, which was holding a spool of thick, red thread. I didn't understand what it meant, but after hearing roars in the distance and footsteps; more than inhuman they seemed monstrous, I moved quickly, following the instructions of the mysterious voice.
I began to remember quickly: yes, I am trapped in a kind of labyrinth, with a creature created by Dr. Avila; my captor. I submitted myself to this experiment voluntarily, but I don't remember why, maybe my lack of memory has something to do with it.
As I walk through the labyrinthine path, looking for a way out to "I don't know where", a pain in my leg makes me stumble and I fall back to the ground. My left calf is gushing blood, caused by some deep, sharp wound: like the tip of a knife or a glass stake. At that moment, as I take a good look at my wound, I begin to remember who I was and the life I led.
I visualized images in my head arguing with a woman: Rachel, that was her name! That night we had a loud argument, she was yelling at me and I was yelling back. I left the apartment furious and sad while Raquel lay on the couch crying her eyes out. Was that the reason I decided to come here?
Another roar, and this time a more abnormal one, burst into my memories, replacing them with a powerful fright.
-Jorge, he's close to you! Hurry up, you're doing great! -Again Dr. Avila's voice, this time more encouraging.
I got up as best I could and continued even though the pain in my calf was a nuisance. I took several paths, I made mistakes with some of them and others only led me to other directions. I heard the roars and footsteps getting closer and closer, as if I had the monster right behind me. I was exhaling a lot of air and my mouth was dry, I was already feeling exhausted, I just wished this would end.
-You're close now, keep it up. Don't get distracted. -Dr. Avila spat, while I just longed to relapse in a place to rest.
I finally visualized a blue curtain; supported by huge marble pillars, as if hiding a secret entrance. Hearing another mighty roar and Dr. Avila's insistence to enter, I quickly peeked out and closed the curtain in fright. When I was inside, I glimpsed a blue lever, I didn't know what it did but I hurried to operate it. After a few seconds nothing happened, and after a while I felt cheated.
-Congratulations, Jorge! -exclaimed Dr. Avila with joy. You are our second volunteer to complete this experiment, however there is no more room for you on the outside, so you will have to become food for my creature.
Those words did nothing but freeze my blood with wild eyes. I was stranded in confusion: -Is this a fucking joke? -I said to myself. I screamed, bawled, even begged for my life on my knees, but Dr. Avila's voice was gone forever.
Suddenly, bursting through my despair, I heard the growls of my predator just behind the curtain. First, I saw with my teary eyes a pair of beefy, human hands peeking out, then revealing next a beastly face covered in brown hair, with horns, deep dark eyes and a hideous, flat, bull-like nose. The rest of his body was that of a muscular, naked man, but nothing on his human side was as impressive as his bovine head.
I was paralyzed. I was easy prey. Seeing me bereft of my faculties and overpowered by fear, the creature rammed into me with all its might, throwing me brutally against the wall. As I agonized, the image of a last memory came to my mind: it was my beautiful Raquel, who seemed to say goodbye to me with tears in her eyes.
THE END
Escrito por @universoperdido. 03 de octubre de 2021
Written by @universoperdido. 03 October 2021
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Interesante relato, con un final triste. !LUV
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