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«De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria».
«Of the various instruments invented by man, the most amazing is the book; all others are extensions of his body.... Only the book is an extension of the imagination and memory».
— Jorge Luis Borges
E S P A Ñ O L
PRIMERA PARTE
La pesadilla
Pasaba otra noche y la locura molesta del terror, caminaba entre pasos agigantados frente a la habitación de Estela. Mi pobre hermana susurraba de nuevo, ardiente en padecimientos extenuantes provocados por aparentes pesadillas. Espectros sombríos parecían rodear su cuerpo como aves de rapiña, observando con ojos blancos y diabólicos las visiones que mi hermana transmitía.
Entré a la habitación desconcertado, pues los sonidos de su boca eran apabullantes y perturbadores. Me le acerqué y me senté a su lado. Ella sudaba descontroladamente, temblaba y por mucho rato mencionaba un nombre repetidamente: «Gioconda».
Al principio pensé en la universal obra del pintor Leonardo Da Vinci: «La Gioconda», pero a pesar de ser una obra muy conocida, mi hermana menor no sabía de ella, dudo a su vez que haya escuchado ese nombre anteriormente, por lo que comencé a comprender que aquello era el título de alguna pesadilla, un sueño con el que ha estado lidiando por semanas y que no ha podido superar.
Hablé con Regina; mi otra hermana, al respecto de esta situación. Al principio no nos molestaba, pues sus gemidos y sonidos incómodos no nos perturbaban durante la noche, pero últimamente, Estela ha comenzado a elevar el tono, lo cual ya nos tiene bastante alarmados. Cuando se le preguntaba sobre el tema, ella desconocía y hasta llegó a creer que eran inventos nuestros. No demostró ningún ápice de reconocimiento o estupor ante nuestras interrogaciones sobre esas pesadillas.
Como era de esperarse también, mi pobre hermana no reconocía el nombre de Gioconda o cualquier elemento que se relacionase, por lo que fue aún más alarmante para nosotros y quisimos llevar a nuestra hermana con un profesional. Provenimos de una familia humilde habitante de un campo; tierras domesticas dejadas de herencia por nuestros padres. Últimamente, las cosas nos han salido muy bien en cuanto a la granja, pero comenzamos a sentirnos agotados con el tema de las pesadillas de Estela.
No soy asiduo creyente de la psicología ni de ninguna de esas ciencias inexactas, pero si algo podía hacer por la buena salud de Estela y la nuestra, estaba dispuesto a bajar la guardia y redimirme. Mi hermana fue a cada una de las sesiones, con el único terapeuta que residía en uno de los pueblos más cercanos. El psicólogo le recetó un tratamiento extraño con medicamentos, los cuales le permitirían dormir con profundidad. Nos dio indicaciones de como tratar con Estela, en realidad eran irrelevantes pues todo iba a seguir, en su mayoría, igual.
El primer día en que Estela comenzó su tratamiento, todo parecía ir bien. Esa noche durmió hondamente dejándonos tranquilidad a Regina y a mí. Todo iba bien hasta la tercera noche, cuando inesperadamente como un impacto, sentí unos pasos fuertes en el pasillo. Obviamente me levanté para averiguar. Tomé la escopeta de papá puesta debajo de la cama, y me encaminé precavido hacia la oscuridad de la casa, teniendo en cuenta de que me podría enfrentar a un peligroso intruso.
Descendí por las escaleras y caminé hasta la cocina; no había nada. Eché un vistazo a la sala; el mismo resultado. De repente, un frío de la nada empezó a recorrer mi espalda, era como una lamida helada y húmeda. Me estremecí. Mis rodillas temblaban. Mi corazón se elevó en agitaciones y no supe cómo reaccionar. Al echar un vistazo rápido hacia la ventana de la sala, noté horrorizado a una figura oscura y sin rostro posada sobre el cristal.
Despedí un alarido y fue entonces que mi cuerpo reaccionó. Sujeté la escopeta apuntando hacia aquel merodeador y disparé. La ventana voló en mil pedazos, me dirigí hacia afuera rápidamente para encontrar al intruso, pero para alimentar más el horror de mis nervios, no había nadie. Regina se asomó asustada para averiguar lo que pasaba, pero mi ansiedad no me permitió contestarle, así que nos metimos de nuevo a la casa.
Al reflexionar sobre tal locura, decidimos sentarnos un rato en el sofá, sin embargo, Regina no dejaba de preguntar y eso me ponía aún más nervioso. Súbitamente, un ruido estremecedor proveniente de la parte de arriba de la casa nos interrumpió. Nos miramos fijamente y pensamos que podía ser Estela. Corrimos con celeridad hasta finalmente entrar en su habitación, y lo que vimos, fue el principio de una serie de horrores consecutivos.
Una mujer, vestida exactamente igual a Estela, con rasgos físicos también idénticos y hasta en su manera de encorvarse, se quedó mirando fijamente a mi hermana, mientras esta solo dormía profundamente.
CONTINUARÁ...
E N G L I S H
PART ONE
The nightmare
Another night passed and the annoying madness of terror walked with giant steps in front of Estela's room. My poor sister was whispering again, burning in exhausting sufferings provoked by apparent nightmares. Shadowy specters seemed to circle her body like birds of prey, watching with white, devilish eyes the visions my sister was transmitting.
I entered the room bewildered, for the sounds from her mouth were overwhelming and disturbing. I approached her and sat down next to her. She was sweating uncontrollably, trembling and for a long time she repeatedly mentioned one name: "Gioconda".
At first I thought of the universal work of the painter Leonardo Da Vinci: "La Gioconda", but despite being a well-known work, my younger sister did not know about it, I doubt she had heard that name before, so I began to understand that it was the title of some nightmare, a dream she has been dealing with for weeks and has not been able to overcome.
I talked to Regina; my other sister, about this situation. At first it didn't bother us, as her moaning and uncomfortable sounds didn't disturb us during the night, but lately, Estela has started to raise her tone, which has us quite alarmed already. When questioned on the subject, she was unaware and even came to believe that they were our inventions. She showed no hint of recognition or astonishment at our interrogations about these nightmares.
As expected too, my poor sister did not recognize the name Gioconda or anything related, so it was even more alarming for us and we wanted to take our sister to a professional. We come from a humble, country-dwelling family; domestic land left as an inheritance by our parents. Lately, things have been going very well for us on the farm, but we are starting to feel exhausted with the issue of Estela's nightmares.
I'm not an assiduous believer in psychology or any of those inexact sciences, but if there was anything I could do for Estela's good health and ours, I was willing to let my guard down and redeem myself. My sister went to each of the sessions, with the only therapist who resided in one of the nearest towns. The psychologist prescribed a strange treatment with medication, which would allow her to sleep soundly. He gave us indications on how to deal with Estela, but in reality they were irrelevant as everything was going to continue, for the most part, the same.
The first day Estela started her treatment, everything seemed to go well. That night she slept soundly, leaving Regina and me with peace of mind. Everything was going well until the third night, when unexpectedly, like a shock, I felt heavy footsteps in the hallway. Obviously I got up to find out. I grabbed Dad's shotgun from under the bed, and cautiously made my way into the darkness of the house, keeping in mind that I might be confronted by a dangerous intruder.
I descended the stairs and walked to the kitchen; there was nothing there. I glanced into the living room; same result. Suddenly, a chill out of nowhere began to run down my back; it was like an icy, wet lick. I shivered. My knees trembled. My heart rose in flutters and I didn't know how to react. As I took a quick glance toward the living room window, I noticed in horror a dark, faceless figure perched on the glass.
I let out a shriek and it was then that my body reacted. I held the shotgun pointed at the prowler and fired. The window flew into a thousand pieces, I headed out quickly to find the intruder, but to further feed the horror of my nerves, there was no one. Regina peeked out in fright to find out what was going on, but my anxiety wouldn't let me answer her, so we went back into the house.
Reflecting on such madness, we decided to sit on the couch for a while, however, Regina kept asking questions and that made me even more nervous. Suddenly, a shuddering noise from the top of the house interrupted us. We stared at each other and thought it might be Estela. We ran quickly until we finally entered her room, and what we saw was the beginning of a series of consecutive horrors.
A woman, dressed exactly like Estela, with identical physical features and even the way she slouched, stared at my sister, while she slept soundly.
TO BE CONTINUED...
Escrito por @universoperdido. 23 de abril del 2022
Written by @universoperdido. April 23, 2022
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¡Excelente, este relato va muy bien!, el ordenamiento de los sucesos, el suspenso, horror e intriga, todo fluye como la enfermedad en espera del antídoto...
Saludos, @universoperdido,
en espera de la II parte
Gracias, amigo @nachomolina2 yo espero que la segunda parte deje esa misma intriga como esta.
¡Saludos!
woww quedé en suspenso esperando la continución. Excelente historia 👍
Que bueno que te haya gustado, amiga. Esta es la continuación de mi cuento:
https://peakd.com/hive-132410/@universoperdido/esp-eng-gioconda-ii