"Sigurd, hay algo que siempre he querido preguntarte", murmuró Cora Fairchild-Gunnhildson una mañana de 1855, mientras arrullaba a su hijo Simon, de un año, entre sus brazos junto a la ventana.
Su esposo apartó el periódico un momento, replicándole cuál era la pregunta. Acomodándose un poco en su asiento, Cora le preguntó: "¿Cómo surgieron la Alianza y el Gremio de las Sombras?"
Doblando el periódico y colocándolo a un lado, Sigurd se inclinó para adelante y, juntando ambas manos, le respondió: "¿Recuerdas el libro que te regalé para tu cumpleaños el año pasado?"
"Sí, lo recuerdo. ¿Por qué?"
"Lo que cuenta ahí Homero, aunque en un sentido mucho más estético y literario, no fue solo una mera guerra acontecida en un lugar de la Anatolia turca. Fue la Gran Guerra Vampírica".
"¿Gran Guerra Vampírica? ¿O sea que los personajes de ese libro en verdad existieron?"
"Sí, aunque en el caso de los dioses sus nombres fueron sustituidos para darle un sentido más fantástico. Lo único que cambia fue el motivo. Por lo que mi padre una vez nos contó a mis hermanos y a mí fue que Selene y Endymión, los verdaderos nombres de Helena y Paris, estaban enamorados. Selene era vampiresa, hija de Melenao y Hécate de Nyx, reyes de los vampiros y de Esparta. Endymión era humano, hijo de unos pastores de Eleusis. Suena sorprendente, pero los griegos siempre estuvieron enterados de la existencia de los vampiros y los licántropos; de hecho, evadían los viajes nocturnos el tercer día de cada mes, dado que muchos miembros de las comunidades salían a cazar. Si se descubría que un hombre o una mujer era mordido por un vampiro o un licántropo, se le pedía que se marchara de la ciudad ante el temor de que pudiera hacer daño a la gente. De lo contrario, lo mataban".
"¿Y qué hacía la persona expulsada?, ¿se unía a la comunidad licantrovampírica?".
"Por lo general se asentaban en otro lado, ya que no se sabía en ese entonces que el único modo de convertirte en un vampiro o un licántropo era bebiendo la sangre de uno u otro. Ahora, Selene y Endymión se conocían de pequeños, pues él la rescató de ahogarse en un río en las cercanías de Atenas mientras cuidaba al rebaño de su padre. Ambos conectaron y congeniaron tan bien que cuando alcanzaron la adolescencia, se enamoraron. A sabiendas de que la ley de los vampiros dictaminaba que al nordekai humano se le convertía o asesinaba, ambos se fugaron en una noche de invierno".
"¿O sea que los híbridos no eran bien vistos en ese entonces?"
"No. Como ahora entre los miembros del Gremio de las Sombras, éramos considerados abominaciones. De hecho, Selene quedó embarazada en algún momento de su viaje hacia Troya, una gran villa escondida en la región de la Anatolia fundada por aquellos vampiros que no estaban de acuerdo con la ley vampírica. Su bebé fue un varón, Anfitrión, el primero de los tres hijos que tuvieron en común. Los otros dos eran mujeres, Ío y Argento. Los tres híbridos. Al pasar dos décadas, Troya se convirtió en una gran ciudad de mayor importancia en cuanto a comercio. Para ese entonces estaba en una era dorada de crecimiento, con Endymión y Selene como sus gobernantes elegidos. Ahora, aquí empieza realmente la canción de Homero, pues resulta que una de las hermanas de Selene, Vesta, estaba de paso en aquella ciudad cuando reconoció a la reina. Ésta le reclamó su traición, pues ella no había convertido o matado a su esposo; Selene le dijo que esa ley en Troya no era válida, y que toda vida era respetada. Aquella respuesta encendió la chispa de la guerra y definió las actuales facciones. Lo demás es historia, excepto que la Alianza logró evacuar a los no combatientes con tiempo, incluyendo a una embarazada Argento... Mi tatarabuela".
Ilustración creada con la inteligencia artificial de Starryai
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Fascinante relato @vickaboleyn me atrapaste en tu telaraña vampiresa.