Se me viene a la mente la idea de que me corrompí. Que ya no soy el mismo romántico soñador, me he vuelto más concreto y pragmático. Pero también me he vuelto más honesto al menos conmigo mismo, soy capaz de decirme lo que realmente quiero sin inventar pretextos para quedarme en mi zona de confort y no salir a buscarlo.
Tal vez mis antiguas parejas, con quienes intentamos seguir el camino del amor eterno estarían decepcionadas de mí o tal vez ellas también han tomado nuevos caminos, han cambiado y se han permitido cosas que antes no, continuando su exploración de autoconocimiento. Pienso en ellas siempre pero también sé que debo forjar mi camino más allá de las cosas que hayamos hablado o que hayamos asumido como verdad en su momento. Después de todo, lo que creíamos cierto en esos momentos ya es parte del pasado.
Igual las cosas no eran como pensábamos; éramos muy ingenuos y no sabíamos cuál era el precio de crecer, de hacerse responsable de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de todo nuestro ser. Tantos idealismos, tantos proyectos sin fundamento, construcciones que se querían terminar antes de poner el primer clavo. Que no se mal entienda estoy eternamente agradecido por esos momentos pues han sido los más inocentes y bellos que he podido experimentar. Si la vida me ofreciese la oportunidad de revivirlos sin dudarlo lo haría aunque no sé cómo mi conciencia lidiaría con los nuevos conocimientos que ha adquirido y su incompatibilidad con la ingenuidad.
El amor propio es de esas pocas modas que llegó para quedarse. Es un trabajo tan infinito y con tantos frutos por cosechar que difícilmente podría existir una calidad de vida elevada sin su práctica. Lo gracioso es que los resultados que va ofreciendo no se parecen en nada a los que imaginábamos tras las dolorosas separaciones con aquellas personas que pensábamos serían parte de nuestra vida hasta el final.
Quizás mis palabras no representan a la gran mayoría de las personas pero sí estoy seguro que much@s quienes han buscado respuestas para las dolencias de su espíritu han experimentado la compañía de alguien quien les mostró cuánta carencia había en su alma y cuántas heridas había que sanar.
Hay gente que dice que la historia de las llamas gemelas es solamente un invento del internet sin mayor trascendencia en el desarrollo espiritual, algo que se ha usado para manipular las mentes de aquellos que añoran regresar a esa persona que tanta felicidad les trajo... y tanto dolor. La historia no es falsa pero tiene un error: creer que la llama gemela es una persona, cuando en verdad es un espíritu, el cual se puede encontrar morando en distintos cuerpos y personalidades, trasciende el tiempo y el espacio para encontrarte.
No creo que sea manipulación, creo que es uno de los pasos más importantes en el autodescubrimiento: sentir conexiones profundas, darse permiso para creer ciegamente en el amor y así desde las más alta expectativa caer al más profundo abismo donde solamente el coraje y la luz que brilla dentro puede sacarnos. Entonces es cuando se logra la misión, cuando enciendes tu propia llama y ya no estas vacío, muerto de frío. Ahora si estas de par en par con tu llama gemela y la puedes encontrar en todas partes, a toda hora, y sobre todo, en tu propio corazón.
Me gustó tu reflexión, me identifique un poco, saludos