Los Niños del Bosque ( Parte 2 Wendigo)

in Literatos5 months ago (edited)

Primera parte de la historia aquí ☟ https://ecency.com/hive-179291/@yoecipri/los-ninos-del-bosque-parte?referral=yoecipri

Debía ser cosa de las noches sin luna, donde los claros se volvían peligrosos, pero la oscuridad aún más. Habían pasado semanas desde que el campamento improvisado se había empezado a convertir en un pueblo improvisado, que habían adornado con plumas de pájaros, otras con astas, incluso algún qué otro tallado rústico. Casuchos levantados casi de la nada con la experiencia de algunos que por alguna razón le sabían al tema. Las expediciones se habían vuelto algo cotidiano habían decidido que se hicieran en grupos de 4 integrantes para evitar una perdida multitudinaria de miembros del grupo en casi de que algún capricho del tiempo los empujara demasiado lejos. Formaron su propio sistema de símbolos qué poco a poco se iba estableciendo como lenguaje universal por el cual las expediciones se guiaban para volver a “casa” también cayeron en cuenta de que ciertas condiciones afectaban aquel bucle espacio-temporal donde se encontraban. Por ejemplo mientras más próximos se hay arán de la luna llena más arreciaban las distorsiones siento este el punto en el que todos se habían encontrado en aquel lugar razón por la que crearían que en luna nueva podrían finalmente escapar de aquel laberinto de árboles y oscuridad aparentemente sin fin.

Cuando por fin llego la noche sin luna un grupo conformado por algunos de los más intrépidos se aventuró en la profundidad del Bosque, como siempre tenían dos horas, una para ir hasta donde les fuera posible y otra para virar. Cosa que en ese tipo de noches se hacía casi imposible porque no tenían ni a la luna ni al sol para poder calcular el tiempo, pero los más experimentados, es decir los cuatro enviados a aquella misión sabía más menos como medir aquello. Si se retrasaban o se adelantaban demasiado eso querría decir que aún en esas condiciones el bosque seguiría influyendo en su espacio-tiempo. Bajo esa premisa partieron y al rededor de la gran fogata en medio del pueblucho, sus compañeros no hicieron más que esperar. Aunque no paso demasiado tiempo para que unos gritos de ayuda los hiciera salir del trance en que los mantenía las llamas. Hilda clamaba por socorro, remolcado a uno de sus costados, Albert se desangraba donde debía estar si brazo solo brotaba un manantial carmesí qué empapaba a la muchacha que sin mucho éxito intentaba trancar la hemorragia. Uruk como un veterano de viejas guerras perdidas agarro un leño en llamas de la hoguera y sin mediar palabra cauterizo la herida del muchacho haciéndolo perder la conciencia en le proceso. Hilda atropellando sus palabras explico al resto del grupo que habían sentido la presencia de algo en el bosque no mucho después de salir, pero no les prestaron importancia, cuando de un momento a otro una oscuridad más grande que la del bosque los envolvió haciéndolos perder la orientación y separándolos. Cuando por fin ella pudo hallar el sentido para donde debía encontrarse el campamento escucho el grito el Albert y al correr hacia él ya se lo había encontrado en esa condición, solo le había alcanzado a decir “cuidado los cuernos”. De los otros dos chicos no sabía nada.

A la mañana siguiente un desorientado Luca llego al pueblucho, semidesnudo, con moretones, rasguños y manchas de sangre por todo el cuerpo. No podía decir una palabra, todos asumían qué el shock de lo que fuera que le hubiera pasado había sido muy grande. A su llegada y luego de dejarlo junto a Albet al cuidado de Lili, quien parecía la más responsable para esos temas, los chicos del bosque decidieron reunirse. Les faltaba Alfonzo, tenían que encontrarlo. Entre uno y otro debate qué posicionaba a Hilda al centro de constantes interrogatorios los “Poliglotas” calle ron en cuenta que a pesar de lo que les había ocurrido esa noche el tiempo ni el espacio en el bosque se habían distorsionado de forma extraña, si querían encontrar al chico faltante, o lo que quedara de él, ese debía ser el momento de actuar. Pero luego de que un grupo de rescate inicial y otro par partieran sin éxito, con el mismo tiempo reglamentario para volver, pero como siempre apareciendo en momentos y por sitos aleatorios se dieron cuenta de que en las mañanas el bosque seguía con su rebeldía habitual. Aunque mientras más se aproximaba la noche estas variaciones espacio temporales se volvían más leves. Razón por la cual decidieron esperar a la noche y enviar un gran grupo liderado por U quien los había enseñado a tallar primitivas lanzas, a cazar. Y quien también le había dado forma a la gran roca que marcaba uno de los límites hasta donde los chicos había llegado en la primera expedición. Cuando la noche se puso bien negra el grupo de “salvamento” partió iluminado por antorchas, con lanza en mano y con el nombre de Alfonzo resonando en su garganta. Cuando Hasan y Yoko finalmente lo encontraron temblando bajo aquel montículo de tierra, más que su cara de terror, lo que más los alarmo fueron sus palabras “Luca tiene la culpa”. A su vez, en el pueblo, un muy malherido Albert salvaba a una petrificada Lili de aquella monstruosa forma que había tomado Luca al destruir la parte trasera de la cabaña y salir huyendo hacia el bosque. Jude fue el primero en caer, primero los cuernos desgarraron su vida para luego las garras y el hocico caravelino terminar de hacer el trabajo. Sus compañeros no lo vieron venir y aunque Leonora reaccionó a tiempo clavando una lanza en uno de sus pies para que no huyera, Bejnamin prendió su negrura con su antorcha y entre Roberto y Fabricio terminaron de arponeales eso no evitó qué la vida de su compañero se escapará en un instante. Tras morir el cuerpo de aquella criatura se trasfiguró en el de Luca.

Cuando el grupo volvió con los cuerpos de sus compañeros (de todos ellos) y relataron lo sucedido. Como su un ser famélico con el cráneo de algo, así como un venado y una negrura por cuerpo los había atacado para luego revelarse como uno de ellos, todos quedaron aterrados, todo menos Dakota. Haciendo uso de la una de las lenguas qué dominaban la mayoría de los “Poliglotas” explico que aquello era un Bendijo una maldición del bosque a los que se atreven a perturbarlo. Las tumbas de sus compañeros fueron cavadas y veneradas sin distinción alguna, lo que había pasado había sido cosa de aquel lugar, no su propia voluntad, pero a pesar de las oraciones y rezos a distintas divinidades en busca de salvación o apoyo, esa misma noche volvió a pasar. Amelia, uno de los políglotas, había destrozado el lugar donde dormía con sus compañeros y ahora arremetía contra todos mientras de forma aleatoria en su forma de bestia intentaba atrapar alguna “presa” o huir hacia el bosque. Todos intentaba huir a la vez que trataban de contenerla. Hasta que en un giro agarro a Horacio por el cuello mientras en el mismo giro ensartaba a Antonella en uno de sus cuernos iba destrozando con furia el pueblucho a excepción de las casas engarzadas con cuernos al parecer reconociéndolo en lo que se había convertido. Cuando el color había abandonado la cara de Horacio casi del todo y los chillidos de Antonella no podían alcanzar mayor intensidad U clavo la primera lanza en su pecho, Gatimu clavo la segunda a su espalda y así Artemisa, Yasmani, Yuto, las lágrimas en sus ojos no se hicieron esperar, hasta que el fuego se tragó su oscuridad y el cuerpo de Amelia volvió en sí ya muerto.

Dakota lo presentía, el Wendigo los había marcado y renacería entre ellos una y otra vez, así se lo comunico a los poliglotas. Cuando la noticia corrió la desesperación se hizo latente en todo el pueblo o bueno en lo poco que quedaba de este, qué no pasaba de esas pocas casas adornadas con astas. Era un momento para pensar con cabeza fría a pesar de que tenían tres tumbas frescas a las afueras de su otra vez campamento, Abel sería el encargado. Se dio cuenta de que por alguna razón el Wendigo no atacaba nada que como él tuviera cuernos, así que esa fue la solución momentánea, pero mejor que nada, volvieron a levantar las casas, esta vez todas adornadas con las carabelas astadas que conseguían de la caza. Aunque no sabía en quién renacería de conjunto con los poliglotas y Abel, Dakota la nueva líder espiritual declaró qué no habría que temer si todos durante las noches sin luna engarzaban sus cabezas con cuernos de todo tipo. Desde ahora todos serían al Wendigo...

Así dicen que nació la tribu de los cuernos.

«Fin de la segunda parte»

Si les gusta dejen sus comentarios, es una obra en proceso, puede ir mejorando.

Imagen tomada de:
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Me gustó bastante la narrativa y el cómo se va desarrollando la historia.
Lo único que te sugiero, es separar en párrafos más cortos el relato, pues es complicado leer en bloques tan grandes.

Si aún me esto adaptando a escribir por acá, pero es cierto que los párrafos tan grandes tiende a asustar. Gracias por la recomendación

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