El nombre del escritor sueco Henning Mankell es generalmente asociado a la figura de Kurt Wallander, el personaje creado para hacer esta serie literaria famosa en todo el mundo, con epicentro en la pequeña ciudad de Ystad en el sur de Suecia en el confín con Dinamarca de la cual la separa el clásico puente.
Alrededor de esta zona (Ystad, Boras, Sveg) es donde nace y crece Henning Mankell y donde ambienta todas sus novelas. Pero no todas ellas giran alrededor de la figura del parsimonioso y extremadamente humano comisario de policia que encarna Wallander.
Hay dos novelas policiales que se apartan de esta temática, aunque algunas veces sus personajes vuelven a intervenir junto a Wallander. Se trata de El Retorno del Maestro de Danza y El Chino. De la primera de ellas es de la que me quiero ocupar hoy y compartir con todos los amigos @hivers literarios de esta comunidad mi impresión apenas terminado de leer el libro (que supera las 500 páginas).
Mankell ha escrito también otras novelas no policiales, algunas de las cuales he leido y que compartiré en esta comunidad más adelante.
El Retorno del Maestro de Danza ha sido considerada por muchos críticos literarios por una de las mejores obras de Henning Mankell. Con una trama aguda donde, como es habitual en él, se entremezclan los sentimientos de una sociedad (la sueca) que está cambiando (para mal) en un modo tan rápido como alarmante con la historia, en este caso los resabios de la Segunda Guerra Mundial.
Y también la critica hacia un país que siempre se ufanó de ser neutral en la teoría y en las diversas contiendas mundiales y como los hechos lo demuestran no siempre fue necesariamente así, manteniendo una gran cantidad de alianzas y equilibrios con los distintos poderes de turno, para no ser involucrado ante la opinion publica mundial.
Hecha esta introducción pasemos a la reseña de El Retorno del Maestro de Danza.
La trama de la novela inicia cuando un ex-policia retirado, Herbert Molino, que luego de dejar la policia de Boras ha decidido de retirarse al límite del bosque de Härjedalen, en el centro de Suecia, es asesinado brutalmente.
Pero antes de este inicio Mankell retrotrae al lector en el tiempo situándonos al final de la Segunda Guerra Mundial. En una prisión alemana, y luego del juicio de Núremberg que ha condenado a muerte a la mayor parte de la jerarquía nazi por delitos contra la humanidad, el verdugo británico acaba de ahorcar a doce de estos criminales.
Finalizada su tarea y antes de repartir para Londres toma un café con el mayor Stuckford, encargado de la prisión, sobre los avatares de la profesión y de los criminales ajusticiados. Y a este punto convienen en lamentarse que si bien uno de los hermanos Lehmann -Josef- ha sido ajusticiado, el otro llamado Waldemar con un grado de crueldad incluso superior ha logrado escapar y nadie sabe donde se encuentra.
Molin tenía un carácter reservado. No se trataba prácticamente con nadie, a excepción de un vecino que habitaba a un par de kms en una zona totalmente aislada de cualquier centro urbano llamado Abraham Andersson y de la mujer que cada dos semanas iba a limpiar la casa. Tenía dos pasatiempos con los cuales ocupaba la mayor parte del día: coleccionar rompecabezas de una notable dificultad que compraba por pedido a un antiguo artesano ( y que una vez completados los quemaba) y bailar el tango. Para esto último se ayudaba de un maniquí especialmente diseñado para seguir los pasos de esta danza.
Una noche mientras dormía es agredido desde el exterior por una persona que con un fusil destruye los vidrios de las ventanas, mata al perro de guardia, lanza gases lacrimógenos dentro de la casa y cuando Molin obnubilado por el humo y el ardor a la vista que le han producido los gases sale afuera, armado con un fusil, es golpeado y capturado.
La mujer encargada de la limpieza denuncia el homicidio pocos días más tarde. La policia encuentra un cadáver arrastrado al límite del bosque, cubierto de sangre, torturado y con la piel reducidas a pedazos luego de haber sido azotado con un nervio de buey hasta morir.
Todo llega a los investigadores a pensar en una venganza y comienzan a investigar en tal sentido. Pocos días más tarde aparece asesinado fuera de su casa y atado a un palo Abraham Andersson, también como si fuera una ejecución. Le han disparado con un fusil desde una distancia muy cercana.
Mientras tanto a Stefan Lindman un policía de Boras, con 37 años de edad, le ha sido diagnosticado un cáncer a la lengua y no se da tregua suponiendo constantemente cuanto tiempo le queda por vivir. La relacion con su pareja Elena se deteriora y deambula sin saber qué rumbo tomar. Pide licencia en la policia, se hace los primeros estudios que determinan un tratamiento inmediato con radioterapia y una pequeña intervención para extirpar el nódulo maligno que tiene en la base de la lengua.
Molin había sido compañero suyo en la policia de Boras y si bien no eran grandes amigos lo recordaba claramente porque en ese momento él recién iniciaba a hacer parte del cuerpo de policia. Lo recordaba como una persona reservada, con consejos siempre justos y sin amigos.
Le queda menos de un mes para comenzar el tratamiento contra el cáncer y en medio de una constante inquietud y angustia decide trasladarse hasta el lugar del crimen para averiguar mas sobre el cruel asesinato y de esa manera tener ocupada la menta y no pensar en la enfermedad.
En Sveg (Lindman es de Boras lugar donde por otro lado ha nacido Henning Mankell) contacta al inspector de policia local con quien comienza a simpatizar desde un primer momento. Se llama Giuseppe Larsson (un nombre típicamente italiano) y cuando se presenta la gente lo mira con curiosidad como preguntándose: como un sueco puede llamarse así?
La explicación está en su madre que cuando estaba por dar a luz al futuro Giuseppe había encontrado en un recital a un cantante italiano de canciones románticas que llevaba ese nombre y del cual se había enamorado. Cuando Giuseppe le pregunta si era su padre y de ahí el nombre su madre que responde que no. Que su padre era un bueno para nada y que apenas se había enterado del embarazo había escapado.
Para tener la menta ocupada Stefan comienza a recorrer y rastrillar meticulosamente la zona del delito y descubre que el asesino ha acampado en las cercanías en una carpa de camping y ha dejado algunos rastros, que no obstante todo, impiden de verificar su procedencia, nacionalidad y otras características que hacen que la investigación se estanque.
En la cabaña, encuentra el maniquí ensangrentado con el cual seguramente el asesino ha obligado a su víctima ya torturada a bailar dejando las pisadas de la danza llenas de sangre en el piso.
Afuera hay otra pequeña cabaña que aparentemente Molin usaba para guardar las herramientas de trabajo, cañas de pesca y otros elementos. En el suelo encuentra semi-escondida la tapa que lo lleva a un sótano dentro del cual encuentra un diario. Y, en ese diario, la vida de Herbert Molin. Y descubre su pasado nacista, a pesar de ser sueco y otros datos que permiten a Giuseppe Larsson ir encaminando de a poco la investigación.
Inmediatamente entran en escena otros personajes complementarios como Elsa Bergreen, otra convencida nacista que intenta rememorar viejos tiempos de la guerra y la hija de Herbert Molin, Verónica Molin, bróker de profesión, que gira el mundo entre joint-venture y fusiones de empresas multinacionales y con la cual Stefan Lindman (que se siente atraído por ella) trata de establecer un nexo de confianza para ir descubriendo algunos aspectos ocultos en la personalidad del padre y una misteriosa mujer llamada M. (al final del libro descubriremos que la inicial está por Margaret) citada con frecuencia por Molin en su diario en un viaje que realizo a Escocia cuando todavía era un policia.
De a poco, y fiel a su estilo, Mankell va descubriendo la trama de la novela.
El asesino que se hace llamar -con documentos de identidad falsos, Fernando Hereira- en realidad es un ciudadano argentino llamado Aaron Silberstein, de origen hebreo, que ha sufrido desde niño, tanto él cómo su familia, el ensañamiento de los nazis.
Su padre tenía una academia de danza en Berlín y, a pesar de su condición racial (hebreo de origen), era protegido por el tío de Stefan que cumplía las funciones de masajeador personal de Hermann Göring, uno de los jerarcas del régimen nazi. Otro de los jerarcas de Hitler, Waldemar Lehmann adoctrina y convence a Herbert Molin, y a otros fanáticos suecos, sobre la gloria y la superioridad de la raza aria, sugiriéndole la conveniencia de eliminar a todos los hebreos de la Alemania nazi. Molin toma este consejo textualmente y asesina a Lukas Silberstein, el padre de Aaron, el asesino de Molin, estrangulándolo con su mismo cinturón. El niño asiste a la escena y le queda grabada en la mente.
A partir de ese momento comienza una verdadera búsqueda para tratar de localizar el paradero de Molin hasta que descubre que se ha retirado a vivir en los bosques del Härjedalen sueco. A partir de ese momento deja su trabajo como restaurador de muebles en Buenos Aires y se dedica a dar la caza a Molin. Estudia el lugar, lo vigila, controla las visitas y en el momento adecuado lo mata, no sin antes haberlo torturado.
A su vez Stefan Lindman descubre que la hija de Molin, bajo una falta apariencia, en realidad es una racista más convencida aún que su propio padre y usa la red de internet para mantener sus contactos a nivel mundial.
Es ella que encarga a uno de los secuaces de la organización nazi en Sueca de asesinar a Abraham Andersson, el vecino de Molin, porque descubre que sabía todo sobre su pasado y lo estaba chantajeando.
Finalmente Lindman entra a Silberstein (en realidad este lo captura) y le pide que traiga a la hija de Molin para pedirle disculpas por haber matado a su padre, ambos todavía ignorantes de la verdadera personalidad de la joven bróker.
Esta trata de matar a ambos, pero son salvados por la oportuna aparición de Giuseppe Larsson que queda herido en el tiroteo. Verónica Molin se refugia en la iglesia donde serán velados los restos de su padre y luego de un tiroteo con la policia muere. Cuando Lindman vuelve al lugar donde Silberstein y Larsson habian quedado heridos descubre que el primero ha desaparecido sin dejar rastros.
De regreso a Boras su ciudad natal y donde presta servicios como policia Stefan Lindman comienza con su recuperación con la radioterapia. Los resultados son promisorios y todo hace pensar que logrará derrotar al cáncer.
Para celebrar viajan con Elena, su pareja, una joven polaca, a Londres donde ella se queda a visitar a unos parientes lejanos mientras Stefan sigue viaje hasta Escocia. Quiere encontrar a la misteriosa mujer llamada M. que aparece con frecuencia en el diario de Molin.
Cuando la encuentra Margaret (que así se llama) le cuenta la historia. Ambos se conocen en oportunidad de una visita de cortesía que policías del Reino Unido realizan a Suecia. Molin (que era casado) se enamora de la joven y decide ir a visitarla a Escocia. Todos los días van a pasear a la orilla del mar y Molin le cuenta la historia de su vida, incluyendo el asesinato de Lukas Silberstein. Le dice que está profundamente arrepentido y espera su consejo. Margaret le dice, en cambio, que es algo personal que debe resolver por su cuenta. Desanimado, poco tiempo más tarde Molin deja la policia y se refugia en un lugar aislado en medio del bosque sueco.
Antes de irse Margaret que visita puntualmente el cementerio, donde se encuentran enterrados todos los combatientes y algunos familiares de su clan fallecidos en una de las principales batallas entre Escocia e Inglaterra en el pasado, le revela el verdadero nombre del asesino.
A este punto Stefan le despacha una postal a Giuseppe Larsson diciéndole como está el tiempo en Escocia y agregando al final el nombre de Aaron Silberstein, que probablemente ha regresado a Argentina o se esconde en algún otro país de Sudamérica.
Regresa a Londres para reunirse con Elena, pasan un fin de semana juntos y regresan a Boras para volver, después de varios meses, a su trabajo habitual como policia.
The name of the Swedish writer Henning Mankell is generally associated with the figure of Kurt Wallander, the character created to make this literary series famous all over the world, with its epicenter in the small town of Ystad in southern Sweden on the border with Denmark, from which it is separated by the classic bridge.
Around this area (Ystad, Boras, Sveg) is where Henning Mankell was born and grew up and where all his novels are set. But not all of them revolve around the figure of the parsimonious and extremely human police commissioner who embodies Wallander.
There are two detective novels that deviate from this theme, although sometimes his characters return to intervene with Wallander. They are The Return of the Dance Master and The Chinaman. The first of them is the one I want to deal with today and share with all the literary @hivers friends of this community my impression as soon as I finished reading the book (which exceeds 500 pages).
Mankell has also written other non-police novels, some of which I have read and will share in this community later.
The Return of the Dance Master has been considered by many literary critics to be one of Henning Mankell's best works. With a sharp plot where, as usual in him, the feelings of a society (the Swedish) that is changing (for the worse) in a way as fast as alarming with history, in this case the remnants of the Second World War, are intermingled.
And also the criticism of a country that always boasted of being neutral in theory and in the various world wars and as the facts show it was not always necessarily so, maintaining a large number of alliances and balances with the various powers of the day, not to be involved before the world public opinion.
Having made this introduction, let's move on to the review of The Return of the Dance Master.
The plot of the novel begins when a retired ex-policeman, Herbert Molino, who after leaving the Boras police force has decided to retire to the edge of the Härjedalen forest in central Sweden, is brutally murdered.
But before this beginning Mankell takes the reader back in time to the end of the Second World War. In a German prison, and after the Nuremberg trial that has condemned to death most of the Nazi hierarchy for crimes against humanity, the British executioner has just hanged twelve of these criminals.
When his task was finished and before leaving for London, he had a coffee with Major Stuckford, in charge of the prison, about the vicissitudes of the profession and the executed criminals. And at this point they agreed to lament that although one of the Lehmann brothers - Josef - had been executed, the other, named Waldemar, with an even greater degree of cruelty, had managed to escape and no one knew where he was.
Molin had a reserved character. He had practically no dealings with anyone, with the exception of a neighbor who lived a couple of kilometers away in an area totally isolated from any urban center named Abraham Andersson and the woman who came every two weeks to clean the house. He had two hobbies with which he occupied most of the day: collecting puzzles of considerable difficulty that he bought by order from an old craftsman (and once completed he burned them) and dancing the tango. For the latter he used a mannequin specially designed to follow the steps of this dance.
One night while he was sleeping, he was attacked from the outside by a person with a rifle who smashed the windows, killed the guard dog, threw tear gas inside the house and when Molin, blinded by the smoke and the burning of his eyes caused by the gas, went outside, armed with a rifle, he was beaten and captured.
The woman in charge of the housekeeping denounces the murder a few days later. The police find a corpse dragged to the edge of the forest, covered in blood, tortured and with its skin cut to pieces after having been whipped to death with an oxen's nerve.
Everything leads the investigators to think of a revenge and they begin to investigate in that sense. A few days later, Abraham Andersson is found murdered outside his house and tied to a stick, also as if it were an execution. He has been shot with a rifle from a very close distance.
Meanwhile Stefan Lindman, a 37-year-old policeman from Boras, has been diagnosed with cancer of the tongue and is constantly wondering how much longer he has to live. His relationship with his partner Elena is deteriorating and he wanders around not knowing which way to turn. He asks for leave from the police, undergoes the first studies that determine an immediate treatment with radiotherapy and a small operation to remove the malignant nodule at the base of his tongue.
Molin had been a colleague of his in the Boras police force and although they were not close friends, he remembered him clearly because at that time he was just starting to join the police force. He remembered him as a reserved person, with always fair advice and no friends.
He has less than a month left to start his cancer treatment and in the midst of a constant restlessness and anguish he decides to go to the crime scene to find out more about the cruel murder to keep his mind occupied and not to think about the disease.
In Sveg (Lindman is from Boras, where Henning Mankell was born) he contacts the local police inspector with whom he begins to sympathize from the very beginning. His name is Giuseppe Larsson (a typically Italian name) and when he introduces himself people look at him with curiosity as if wondering: how can a Swede be called that?
The explanation lies in his mother who, when she was about to give birth to the future Giuseppe, had met at a recital an Italian singer of romantic songs who bore that name and with whom she had fallen in love. When Giuseppe asked her if he was his father and hence the name, his mother replied that he was not. That his father was a good-for-nothing and that as soon as he had found out about the pregnancy he had run away.
To keep his mind busy Stefan begins to meticulously scour the area of the crime and discovers that the murderer has camped nearby in a camping tent and has left some traces, which, however, make it impossible to verify his origin, nationality and other characteristics that make the investigation stagnate.
In the cabin, he finds the bloody mannequin with which the murderer has surely forced his tortured victim to dance, leaving the dance steps full of blood on the floor.
Outside there is another small hut that Molin apparently used to store work tools, fishing rods and other items. On the floor he finds a semi-hidden lid that leads to a cellar in which he finds a diary. And, in that diary, the life of Herbert Molin. And he discovers his Nazi past, even though he is Swedish, and other data that allow Giuseppe Larsson to slowly start the investigation.
Immediately other complementary characters enter the scene, such as Elsa Bergreen, another convinced Nazi who tries to recall old times of the war and Herbert Molin's daughter, Veronica Molin, a broker by profession, who turns the world between joint ventures and mergers of multinational companies and with whom Stefan Lindman (who is attracted to her) tries to establish a bond of trust to discover some hidden aspects in the personality of the father and a mysterious woman called M. (at the end of the book we will discover that the initial is for Margaret) frequently quoted by Molin in his diary on a trip he made to Scotland when he was still a policeman.
Little by little, and faithful to his style, Mankell unveils the plot of the novel.
The murderer who calls himself - with false identity papers, Fernando Hereira - is in reality an Argentinean citizen named Aaron Silberstein, of Hebrew origin, who has suffered since childhood, both he and his family, the cruelty of the Nazis.
His father had a dance academy in Berlin and, in spite of his racial condition (Hebrew by origin), he was protected by Stefan's uncle, who was the personal massager of Hermann Göring, one of the Nazi regime's hierarchs. Another of Hitler's hierarchs, Waldemar Lehmann indoctrinates and convinces Herbert Molin, and other Swedish fanatics, about the glory and superiority of the Aryan race, suggesting to him the convenience of eliminating all the Jews from Nazi Germany. Molin takes this advice verbatim and murders Lukas Silberstein, the father of Aaron, Molin's murderer, by strangling him with his own belt. The boy witnesses the scene and it sticks in his mind.
From that moment on he begins a real search to try to locate Molin's whereabouts until he discovers that he has retired to live in the forests of the Swedish Härjedalen. From that moment on, he leaves his job as a furniture restorer in Buenos Aires and dedicates himself to hunting for Molin. He studies the place, watches him, controls the visits and at the right moment he kills him, but not before having tortured him.
At the same time Stefan Lindman discovers that Molin's daughter, under a false appearance, is actually a racist even more convinced than her own father and uses the Internet to maintain her contacts worldwide.
It is she who instructs one of the henchmen of the Nazi organization in Sweden to assassinate Abraham Andersson, Molin's neighbor, because she discovers that he knew all about her past and was blackmailing him.
Finally Lindman enters Silberstein (actually Silberstein captures him) and asks him to bring Molin's daughter to apologize for killing her father, both still unaware of the young broker's true personality.
The latter tries to kill them both, but they are saved by the timely appearance of Giuseppe Larsson who is wounded in the shooting. Veronica Molin takes refuge in the church where her father's remains will be mourned and dies after a shootout with the police. When Lindman returns to the place where Silberstein and Larsson had been wounded, he discovers that the former has disappeared without a trace.
Back in Boras, his hometown and where he serves as a policeman, Stefan Lindman begins his recovery with radiotherapy. The results are promising and everything suggests that he will be able to defeat cancer.
To celebrate, they travel with Elena, his partner, a young Polish woman, to London where she stays to visit distant relatives while Stefan travels on to Scotland. He wants to find the mysterious woman named M. who appears frequently in Molin's diary.
When he finds her, Margaret (that's her name) tells him the story. The two meet during a courtesy visit to Sweden by police officers from the United Kingdom. Molin (who was married) falls in love with the young woman and decides to visit her in Scotland. Every day they go for a walk by the sea and Molin tells her the story of his life, including the murder of Lukas Silberstein. He tells her that he is deeply remorseful and awaits her advice. Margaret tells him, instead, that it is something personal that he must resolve on his own. Discouraged, a short time later Molin leaves the police and takes refuge in an isolated place in the middle of the Swedish forest.
Before leaving, Margaret, who punctually visits the cemetery, where all the fighters and some relatives of her clan who died in one of the main battles between Scotland and England in the past are buried, reveals to him the real name of the murderer.
At this point Stefan sends a postcard to Giuseppe Larsson telling him how the weather is in Scotland and adding at the end the name of Aaron Silberstein, who has probably returned to Argentina or is hiding in some other country in South America.
He returns to London to meet Elena, they spend a weekend together and return to Boras to return, after several months, to his usual job as a policeman
Fuentes de las imágenes. / Images sources.
Portada en español del libro electrónico (ebook) de mi propiedad. / Cover in Spanish of the electronic book (ebook) of my property
Portada en inglés. / Cover in english: Penguin.
Agradezco a ThePeakStudio, Pixabay y Clipartmax) por permitirme usar uno de los magníficos separadores de textos creados.
I thank ThePeakStudio, Pixabay and Clipartmax) for allowing me to use one of the great text dividers created.