Imaginate un libro poliaco donde no hay crimen. Pues eso tal vez es la parte más atrapante que se mueve en los bajos relieves de "Versiones de la traductora" un libro (o más bien dos) qué por una parte nos cuenta la historia de un joven escritor y periodista que por cosas del destino termina investigando sobre las historias entrecrusadas de viejas figuras literarias del sigo pasado que en su mayoría alcanzaron el éxito con los libros policíacos y de misterio.
Mientras por otra parte como si fuera una especie de respuesta y con un tono completamente diferente se nos cuenta la historia de La Traductora, una mujer que va entrecruzando su vida y su trabajo con destacadas figuras de la cultura que se movian en la habana en la segunda mitad del siglo XX, creando alrededor de si misma una suerte de leyenda persona que se nos va desentrañando poco a poco a medida que establecemos conexiones con la primera historia.
Con capitulos cortos y una prosa cautivadora desde la primera oración Roberto Ráez logra atraparnos con una historia que no necesita de grandes so resaltas para mantenernos enganchados y deseosos de desentrañar los numeroso misterios que se van presentando de manera sutil, pero incontenible. Con personajes que por momento parecen distantes incluso hacia el mismo narrado, cosa que nos permite juzgarlos por lo que hacen no por lo que se nos cuenta sobre ellos, razón por la que la experiencia se vuelve más inmersiva aún.
Ciertamente son raras las coacciones donde las prosa cubana se pone al servicio de géneros como este en la actualidad, pero este texto ganador del premio calendario, destaca por la brillantes con que lo aborda a la vez que hace una crítica metanarraitiva al panorama contemporáneo de la literatura en Cuba, contratarlo de una manera casi "inocente" con la efervescencia que experimento el mismo en el pasado. Desde mi modesta opinión es de esos libros que se si se le da una oportunidad puede ser un punto de quiebre importante, para la literatura qué se viene haciendo en la isla en esta segunda década del siglo donde ya el misterio parece cosa del pasado.
English Version:
Imagine a detective novel where there's no crime. Well, that's perhaps the most captivating aspect of "The Translator's Versions," a book (or rather, two) that, on the one hand, tells the story of a young writer and journalist who, by twists of fate, ends up investigating the intertwined stories of older literary figures from the last century, most of whom achieved success with detective and mystery books.
While on the other hand, as if in a kind of response and with a completely different tone, we are told the story of The Translator, a woman whose life and work intertwines with prominent cultural figures who moved around Havana in the second half of the 20th century, creating around herself a sort of personal legend that gradually unravels as we establish connections with the first story.
With short chapters and captivating prose from the first sentence, Roberto Ráez manages to captivate us with a story that doesn't need any grand overtones to keep us engaged and eager to unravel the numerous mysteries that are presented in a subtle but unstoppable way. With characters who at times seem distant, even from the narrative itself, this allows us to judge them by what they do, not by what we are told about them, making the experience even more immersive.
Certainly, it's rare for Cuban prose to be at the service of genres like this these days, but this Calendar Award-winning text stands out for its brilliant approach, while simultaneously offering a meta-narrative critique of the contemporary literary landscape in Cuba, contrasting it in an almost "innocent" way with the effervescence that it experienced in the past. In my humble opinion, it's one of those books that, if given a chance, could be a significant turning point for the literature being produced on the island in this second decade of the century, where mystery already seems a thing of the past.