El año pasado llegué a mi cumpleaños número 37, y como cada año digo, fue un cumpleaños espectacular. Realmente me encantó y, sobre todo, las muestras de cariño que me manifestaron ese día me afirmaron en mi convicción de que la vida es maravillosa, que la vida es bella, y más si se comparte con otras personas, porque al final para ello estamos en este mundo y esa es gran parte de la finalidad de estar aquí en la tierra.
De manera general, describo el 24 de diciembre del año pasado en dos grandes momentos de compartir que tuve. Primeramente, en la mañana, comenzando bien temprano, a las 6am, con la Eucaristía en una capilla que atiendo desde la parroquia. Allí fui recibido con el canto del cumpleaños y las felicitaciones respectivas. Luego de celebrar esta Eucaristía, estuvimos compartiendo el desayuno, seguido de un rato muy ameno donde algunas personas, dentro de sus posibilidades, me dieron algunos presentes. Más allá de los presentes, es el gesto de acordarse, es el gesto de apartar tiempo de sus vidas para ubicar un regalo para mí, fue algo maravilloso.
El segundo momento, u otra tanda de compartir y recibir regalos, comenzó al mediodía, luego de buscar a mi hermana, a mi mamá y a mi sobrino. Fuimos a almorzar, y fui sorprendido luego en la casa parroquial por algunas personas que también quisieron unirse para darme una gran sorpresa. De manera especial aquí me quiero detener, porque fueron muchos detalles cuidadosamente coordinados por mi hermana que hicieron que fuera un momento inolvidable y precioso. Allí también me dieron varios regalos, donde una vez más resalto que, más allá de lo material (que también lo resalto muchísimo, como siempre digo, allí estrené varias cosas de las regaladas y aún sigo estrenando) pero más allá es el gesto, es lo que hay detrás del regalo, que es la persona misma y la muestra de cariño.
De hecho, en este momento, que también debo unir con el primero, me dieron unas palabras que manifiestan precisamente ese cariño que manifestaron las personas y quisieron expresar. Ya en la mañana las había expresado una niña. (Esto es para que veamos que uno no sabe a quiénes llega) Esta niña manifestaba lo mucho que había aprendido de mí, lo importante que para ahora ella es la misa, sobre todo porque aprende de la palabra de Dios.
Ahora, de lo que me escribieron en la tarde quisiera resaltar unas cosas. Primeramente, la redacción fue cuidadosamente hecha por mi hermana, pero en esa redacción estaban servidores, amigos y conocidos de mi persona. Allí manifestaron primeramente su apreciación sobre mí, y eso me llenó de muchos sentimientos, sobre todo de gratitud.
Ellos allí resaltaban, en primer lugar, una descripción de mi persona como guía, alguien incondicional, con un gran corazón y sobre todo como un gran amigo. También resaltaban cómo ha dejado en ellos huellas el trabajo en la parroquia, retiros, homilías, diversos eventos, santificación de parejas mediante el sacramento del matrimonio, etc. Hay que resaltar que, a pesar de la edad, a muchos les impresionó o les ha impresionado todo lo que he podido realizar.
Particularmente, también me tocó el hecho de que como actualmente no sé si seguiré prestando mi servicio sacerdotal en esta parroquia, me dejaron saber que desean lo mejor para mí, puesto que desde el trabajo que he realizado pueden valorar que también puedo impactar positivamente en otras comunidades, sea cual fuere mi destino.
Quisiera finalmente resaltar que luego de este segundo compartir hubo una ronda de conversación donde varios me preguntaron cuál creía yo que era el carisma de cada uno de ellos. Aquí no me voy a detener en cada uno, pero sí en uno particular que precisamente he nombrado en varias ocasiones en este escrito, y es mi hermana @enmagabriela, puesto que no solo fue la artífice de esta sorpresa que me dieron sino que también la siento muy unida con lo que es mi misión de vida, puesto que la vida nos permite tener en este mundo una razón de ser. Ya ella, muy temprano en su felicitación, me decía algo de lo cual yo resalté dos cosas.
Ella me decía que me admiraba por mi sabiduría y compasión, pero yo decía lo siguiente: y es que aunque ciertamente la sabiduría se entiende desde un punto de vista intelectual, que también lo lleva, es más que esto. Y en este particular ella me ha ayudado muchísimo, puesto que me ha ayudado a aplicar, a analizar la realidad, a estar pendiente de mi alrededor, puesto que nada sucede en vano. De esta manera, todo lo que he conversado con ella ha sido también una manera de filtrar o aplicarlo a lo concreto de la existencia y de la vida.
En segundo lugar, lo que es la compasión, también le agradezco muchísimo a ella, puesto que me ha ayudado a descubrir en mí lo que es esa parte humana de la vida sacerdotal, de la vida incluso del cristiano, puesto que si no somos sensibles a los sufrimientos de los demás, de nada sirve todo lo demás. Por ello también yo desde aquí le devuelvo, resalto nuevamente mi agradecimiento a ella y, como les decía a todos en esa ronda de conversación, es mi manera de agradecer toda su muestra de cariño manifestada no solamente con los regalos, sino por sus palabras y su presencia.
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