Nuestro trabajo es llevar a las personas a Cristo no ser obstáculo. || Our job is to lead people to Christ, not to be an obstacle.

We as children of God must be collaborators in the mission of rescuing people; we must bring people to the feet of Christ, and above all, bring believers to God and not be an obstacle.

Then Jesus entered the temple of God and drove out all those who were buying and selling in the temple. He overturned the tables of the money changers and the seats of those who sold doves. 13 He said to them, "It is written: 'My house shall be called a house of prayer,' but you have made it a den of robbers."
14 Then the blind and the lame came to him in the temple, and he healed them. 15 But when the chief priests and the scribes saw the miracles he was doing, and the children shouting in the temple and saying, 'Hosanna to the Son of David,' they were indignant. 16 They said to him, "Do you hear what these people are saying?" Jesus said to them, "Yes." Have you never read:
Out of the mouths of babes and suckling children
Have you perfected praise?
17 And he left them, went out of the city to Bethany, and lodged there.

Matthew 21:12-17

For the disciples, that Palm Sunday must have been like a dream when they were celebrating in Jerusalem with their people, but something very different happened the next day.

There was a place in the temple where those who were not Jews could enter; that place was the courtyard, and that place had become like a marketplace. While merchants and customers shouted, haggled over prices, and there was bustle between the vendors' tables and the money changers, the teacher and his followers must have passed in the middle of them all. As Jesus passed through this courtyard filled with tables and people, filled with indignation, he overturned the tables and chairs, throwing everything on them, dragging the animals to the door, and finally preventing them from carrying anything through the temple.

and he did not allow anyone to carry anything through the temple.

Mark 11:16

This surely surprised not only those people who were there, but also his disciples, who were surely expecting him to pass some kind of judgment on their oppressors, but not on his people, much less on the place of worship. But at that moment, the Lord raised his voice, reminding them of the written word they had forgotten, thus turning the temple from a house of prayer into a den of robbers.

17 And he taught them, saying, "Is it not written, 'My house shall be called a house of prayer for all nations'? But you have made it a den of robbers."

Mark 11:17

This showed Jesus' zeal in keeping the temple clean, revealing the utmost importance He placed on temple worship, purity, and cleanliness in accessing the worship of God. This demonstrated that absolutely no one, not even God's chosen people, had the right to place any kind of obstacle in the way of anyone who wanted to seek and worship God.

This leaves us with a great lesson: we have no excuse for paving the way for those who want to worship and serve God; our job is to facilitate everything so that this happens.

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Nosotros como hijos de Dios debemos ser colaboradores en la misión de rescatar a las personas, debemos llevar a las personas a los pies de Cristo, sobretodo llevar a los creyentes a Dios y no ser un obstáculo.

Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
14 Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15 Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis:
De la boca de los niños y de los que maman
Perfeccionaste la alabanza?
17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí.

Mateo 21:12-17

Para los discípulos ese domingo de Ramos habrá sido como un sueño cuando estaban celebrando en Jerusalén junto a su pueblo, pero algo muy diferente sucedió al día siguiente.

Había un lugar en el templo donde podían entrar aquellos que no eran judíos, ese lugar era el patio y ese lugar se había convertido como un mercado. Mientras los comerciantes y clientes gritaban, regateaban los precios, había bullicio entre la mesa de los vendedores y los cambista, el maestro y sus seguidores habrían pasó en medio de todo ellos. Al pasar por este patio lleno de mesas y de gente, Jesús lleno de indignación voltio las mesas y sillas, tirando así todo lo que había en ellos arrastrando a los animales a la puerta y finalmente impidió que lleven cosas por el templo.

y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.

Marcos 11:16

Esto seguramente ha sorprendido en gran manera no sólo aquellas personas que estaban en el lugar, también a sus discípulos que seguramente estaba esperando que emitir algún tipo de juicios sobre sus opresores pero no a su pueblo y mucho menos en el lugar de culto. Pero en ese momento el señor levantó la voz recordándole la palabra escrita que ellos habían olvidado convirtiendo así el templo convirtiendo la casa de oración en cueva de ladrones.

17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Marcos 11:17