Fuente
Después de que un chico saliera del baño completamente aseado, se acercó al clóset de su habitación mientras se secaba el cabello con una toalla blanca, se lo puso alrededor del cuello como si fuera una bufanda. Cuando abrió el escaparate, de unas de las gavetas recogió un par de medias limpias y un bóxer impecable.
Se giró en la dirección opuesta para agacharse frente a una pila de ropa sucia, entre todas las prendas regadas por toda la habitación, buscó e indagó, observó y olió casi todas las camisetas tiradas en el suelo hasta que hallo la menos maloliente: Una camisa azul de poliéster.
Con un conjunto decente en sus manos, teniendo el tiempo en su contra, Rafa se apresuró en vestirse para alistarse, para cumplir con la misión del día: Superarlo a toda costa sin sufrir ninguna perdida y humillación de por medio.
Antes de salir, se dirigió a la cocina para abrir la alacena y tomar la bolsa de panecillos una vez más; él no contaba con el tiempo para desayunar de buena manera, engulló los últimos bollos que quedaban en el interior de la bolsa con mucho apuro, ni siquiera desperdicio las migajas que caían a cada bocado. Se dio por satisfecho y dejó caer la bolsa vacía en el suelo...
En lo que se volvió a poner el reloj digital en su muñeca izquierda, se ató las agujetas de su único par de zapatillas, se peinó el cabello usando sus dedos y recogió su abrigo café del piso...
Rafa se paró en frente de la salida de su departamento cargando una expresión de pesar en su rostro, estiró su brazo derecho para girar el picaporte…
Pero antes de siquiera tocarlo, se detuvo en el acto y alejó su mano; Como si dudara en tocarlo.
Se mantuvo de pie frente a la puerta como si estuviera inmovilizado: Quieto ante el umbral solo pestañeando y suspirando.
Lo que estuviera pensando lo tenía intrincado, pero al verse encasillado en un inmundo nido apropiado para una alimaña, alzó la mirada para inhalar profundo una última vez en su hogar...
Sin darse el lujo de dudar una vez más, tomó el picaporte con fuerza con su mano derecha para salir de su apartamento dispuesto a soportar la marcha de la muerte por un día más...
Un paso seguido de otro, avanzar sin pestañear o desviar la mirada del lejano horizonte ansiando llegar más lejos que el día anterior.
Quienes obtienen la libertad saben que es una mera ilusión; Ya que los objetivos autoimpuestos nos atrapan en un círculo plagado de desolación y deseo...
Quién se conforma disfruta, y quien codicia anhela el bienestar más algo más…
Los límites de los deseos egoístas son impuestos por nosotros mismos: Pero cuando no se tiene un objetivo consolidado o claro, se termina caminando en un retorcido camino infinito...
Todo individuo busca algo en particular, algo que lo llene de dicha o lo motive a buscarla...
Lo que motivaba a Rafa a salir a la calle era un sentimiento casi extinto de esperanza; Pero conforme esa efímera semana seguía su curso natural, ese olvidado sentimiento de ansia y esperanza se apagaba.
Ese martes fue un desafío más...
Uno tan adverso como el día anterior...
Apenas el muchacho salió de su apartamento, corrió a toda prisa por las heladas calles de la ciudad mientras que su estomagó digería los bollos que desayunó a toda velocidad; La brisa de la mañana golpeaba su rostro mientras avanzaba por la acera.
Como todos los días, la hora pico llegaba a su apogeo apenas salía el sol.
El claxon de cada auto sonaba en el tráfico y ese estridente ruido aturdió momentáneamente al joven muchacho en lo que este cruzó la autopista para tomar un atajo por un callejón.
Corrió con intrepidez, Con todas sus fuerzas, como si anduviera por su vida: Se abrió camino entre las multitudes que se le atravesaban al igual que un proyectil.
Por suerte, Ese día llegó justo a tiempo a "Serenata Lion" el restaurante más elegante de la ciudad. Pero llegar a tiempo no era algo por lo cual enorgullecerse, tampoco era un milagro, solo fue una casualidad que lo hizo laborar con puntualidad.
Para él, ese martes fue exactamente semejante al día preliminar: se colocó el delantal para luego fregar de nuevo una pila de tenedores, cucharas y cuchillos.
Sacudió los manteles de las mesas del local justo antes de que llegaran los clientes y como ya era costumbre en un rústico día de trabajo, cumplió su papel como el único mesero del restaurante.
Cuando la clientela cruzó la puerta principal, Atendió con esmero cada una de las mesas del local soportando la dificultad hasta que llegó la hora de retirarse.
Ese día fue rutinario y a la vez particular para el muchacho, Ya que mientras atendía los pedidos de los clientes, para su infortunio, le surgió un repentino dolor de cabeza.
Pero esa irritable molestia no le fue un impedimento en su avanzar, de buena manera le hizo de menos sin darle importancia mientras laboraba en su segundo turno, y así continuo hasta que el sol se desvaneció del cielo.
Fin
-Creditos-
—Esta obra literaria fue escrita por su servidor: @neblomax
[El contenido escrito en este post es de mi propiedad. Si necesitas hacer uso de él, no dudes en comunicarte conmigo o en mencionarme como creador del mismo.]
[Esta publicación contiene contenido original y exclusivo. Su uso para otros usuarios de la plataforma o lectores ajenos a esta se considera plagio en todas las comunidades de HiveBlog. Les recomiendo respetar esta norma para honrar al creador de esta obra]
[Agradezco su atención y todo el apoyo que pueda generar mi contenido de valor, Espero que sea de su agrado para así continuar trabajando.]
—Si desean conocer los siguientes proyectos. Siganme en mis redes sociales para estar al tanto del próximo post:
◆ Twitter
◆ Instagram
◆ Discord
Congratulations @neblomax! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
Your next target is to reach 90 posts.
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP