Saludos, estimado poeta.
Con la música nos sucede como con la comida, no anclamos a los sabores con que crecimos.
A falta de un voto, que ando con el poder menguado, te contaré una anécdota de una fiesta a la que asistí en el Hotel Tamanaco. Sin duda la más grande a la que he asistido en mi vida. El 50 aniversario de la empresa donde trabajaba en aquella época lejana.
La amenizaron Yolanda Moreno y su conjunto de danzas y la orquesta Billos Caracas boys, un evento que costo una pasta y el puesto al organizador del evento. A los jefes les gusto la fiesta, pero la factura no tanto, y para colmo en la película que grabaron, el protagonista resulto ser el Señor que repartía el café.
Como fiesta corporativa estaba previsto que terminara temprano y a eso de la una nos tocó marcharnos.
El desfile por los pasillos del hotel fue épico, chaquetas por el suelo, corbatas con el nudo por el ombligo y todas las damas, sin excepción con los zapatos en las manos.
El Alma Llanera fue tocada y bailada tres veces.
Feliz día @theshot2414
Hola querido amigo, jajaja, que buena anecdota nadie se queria ir, todos al compas de la musica danzaban sin para, qe buen disfrute, saludos un abrazo....