Ayer se compartió la iniciativa para el mes de marzo, personalmete como miembro de esta comunidad de pensadores curiosos y amantes de las humanidades, he decidido participar, y como primer post, me centré en la historia, pues es el primer tema que nos han sugerido. Si te da curiosidad saber cuales son los temas que personalmente me han llamado la atención, solo da clic aquí. Ahora bien, hoy quiero invitar a todo aquel que le pueda interesar a un viaje reflexivo, uno que nos mueva a explorar cómo la historia, influye en nuestra identidad colectiva, y especialmente en este momento de la historia donde la tecnología blockchain y Web3 están redefiniendo cómo nos relacionamos con el pasado, el presente y el futuro.
Considero que blockchain es una condición de posibilidad ya que con su capacidad para crear registros inmutables, nos permite preservar la historia de manera descentralizada y transparente. Pero, más allá de todos los avances técnicos, me he preguntado: ¿cómo realmente influye la historia en nuestra identidad? ¿Realmente somos ese el resultado de lo que ocurrió antes, o acaso tenemos el poder de reinterpretarnos y reescribirnos con el objetivos de construir un futuro más consciente?
Considero que una perspectiva filosófica valida es pensar que la historia no es solo un relato de eventos; es una suerte de espejo que refleja quiénes somos, de dónde venimos y, quizás lo más importante, hacia dónde estamos yendo. Por lo que en este artículo, quiero abordar en la idea de cómo la historia moldea nuestra identidad, tanto a nivel individual como colectivo, y cómo podemos usar esta comprensión para construir un futuro más inclusivo y auténtico en nuestra era Web3.
Me parece que la historia no es solo una colección de fechas y eventos; es en todo caso una narrativa que nos une como sociedad, pues a través de esta suerte de vinculo que llamamos relatos históricos, construimos un sentido de pertenencia y sobre todo de continuidad. Por ejemplo, cuando hablamos de la Revolución Francesa, no solo recordamos un evento del pasado, sino que también reflexionamos sobre valores como la libertad, la igualdad y la fraternidad, que aun hoy siguen siendo profundamente relevantes.
En nuestra era Web3, creo que la narrativa se vuelve aún más poderosa, ya que las cadenas de bloques nos permiten crear historias que no pueden ser alteradas por un solo ente centralizado. Esto nos da la oportunidad de preservar nuestras memorias de manera más democrática y sobre todo resistentes a la manipulación y alteración. Aunque se me ocurre que nos podemos plantear una pregunta: ¿qué historias elegimos preservar y cuáles dejamos atrás? En este sentido, siempre he pensado que la historia la narran los vencedores, de modo que, aquellos que no poseen poder, podrán participar en la forjación de la historia.
La filosofía nos ha enseñado que la historia no es solo algo que ocurrió y ya, sino algo que es algo que interpretamos, no es algo fijo, es interpretable. En cada época las personas reinterpretan el pasado a la luz de sus propias vivencias y creencias. Pienso que el colonialismo es visto de manera muy diferente hoy que hace cien años, sin hablar de las perspectivas sobre este según a quien le preguntes. Esta posibilidad de reinterpretación constante nos permite aprender de los errores del pasado y sobre todo a construir una identidad socialmete más consciente.
En el contexto de Web3, esta reflexión adquiere a mi parecer una nueva dimensión. Todas las comunidades descentralizadas tienen el poder de crear sus propias narrativas, libres de la influencia de instituciones tradicionales. Esto nos proporciona la oportunidad de cuestionar las "versiones oficiales de la historia", ya que hay más perspectivas que considerar y construir a partir de relatos más diversos y representativos. Aunque, habría que pensar en los mecanismos de legitimidad de las narrativas.
Por otro lado, y mirando a otro punto, creo que nuestra identidad como colectivo no solo se basa en lo que recordamos como grupo, sino también en lo que decidimos hacer con ese conocimiento. El factor de interpretación de la historia nos brinda de amplitud discursiva y que precisamente es la historia, la que nos da las herramientas para entender las causas y consecuencias de nuestras acciones, lo que nos permite tomar decisiones más informadas en el presente de cara al futuro. En pocas palabras recobrar el ayer para comprender el hoy, y construir el mañana.
Las decisiones que tomemos cada día sobre cómo usar la tecnología blockchain, sobre cómo gobernar las comunidades descentralizadas y cómo preservar nuestra historia tendrán un impacto profundo en las generaciones futuras. Por eso, es sumamente crucial que reflexionemos sobre cómo queremos que nos recuerden.
En otras palabras, la historia no es solo un registro del pasado; es un espejo que refleja nuestra identidad social y una suerte de guía que nos encamina hacia el futuro. Hoy tenemos la oportunidad única de preservar y reinterpretar nuestra historia de manera más democrática y transparente gracias a blockchain, pero con este poder viene una responsabilidad: y es que la de poder asegurarnos de que nuestras narrativas sean inclusivas, reflexivas y conscientes de su impacto en las generaciones futuras, en pocas palabras a ser más responsables.
Si has llegado hasta aquí estimado lector, te deseo invitar a que, como miembro de esta comunidad, reflexiones junto a mí sobre cómo la historia ha moldeado tu identidad y cómo puedes contribuir a construir una narrativa colectiva más consciente . Te quiero preguntar: ¿Qué historias crees que deberíamos preservar en la blockchain? y ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestras narrativas sean inclusivas y representativas?
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Así es nuestra historia, un reflejo de lo que somos, de dónde vinimos y hacia dónde nos dirigimos.